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La señora Lais y Ashley me habían invitado a un pequeño compartir en su hogar. Al parecer era algo como algo especial para Marcel , tipo una bienvenida para el o eso creo.

Salto de mi cama y observo por mi ventana hacia el jardín de la casa de Marcel. Las personas ya comenzaban a llegar y el esta allí. Lo localizo rápidamente , ahí está con sus feos lentes. Se que quizás no puede ver sin ellos pero me encanta ver en directo esas hermosas esferas verdes que son sus ojos.

Recuerdos de la semana pasada inundan mi mente , cuando lo toque justo delante de la puerta de su habitación. A el le encanto y no dejó de repetir que había sido su primera vez que le hacían algo como aquéllo. ¡Maldición! Y se siente tan bien que te digan que has sido la primera. Es la mejor experiencia que puede existir.

Empujo a mi cuerpo mi traje floreado sin mangas y con el ruedo justo encima de mis rodillas. Hago de mi cabello una coleta en lo alto de mi cabeza y para finalizar me pongo mis chancletas blancas. Quizás era sencilla pero quería impresionar a Marcel. Se que lo haré.

-¡Mamá! - canturreo mientras bajo las escaleras.

-¿Que?

Doy un brinco en mi lugar y volteo a ver a mis espaldas para entonces encontrar a mi madre con un vestido parecido al mío.

-¿Vas a la fiesta de los Cox?- ella continúa con una pequeña sonrisa mientras pasa por mi lado arreglando su cabello.

-Si...supongo que tu también. - sonrío.

Luego que ella termina de retocar su cabello cruzamos de nuestro hogar hacia el de los Cox que está justo a unos pies de el de nosotros.

Me muevo desesperada en mi lugar y sonrío al ver que no demoran en abrir la puerta.

-¡Hola chicas! - saluda la señora Leis.

Dios ¿Donde está Marcel? Ya quiero verlo y apretarlo en un abrazo.

-Hola ¿Como estás Leis?- mi madre inicia una conversación mientras abremos paso a la elegante casa.

Observo todo a mi alrededor mientras la Señora Leis nos guía hasta la terraza. Sonrío al ver a todos y rápidamente intento localizar a mi papi.

Mordisqueo mi labio al enseguida detectarlo cerca de el Grill dialogando con un grupo de personas. Me acerco a un paso rápido pero natural , no quiero parecer desesperada por verlo. Cuando estoy a su lado estampo suavemente mi dedo índice y de el corazón contra su hombro.

-Hola Marcel. - saludo cuando el se voltea y el parece sorprendido unos segundos.

-Isis...Hola. - una pequeña sonrisa crece en sus labios. -¿Como estás?

-Bien...¿Y tu?

-Bien...

-Hummm , no te eh visto desde nuestro...

-Si. Creo ya saber. - ríe y desliza una mano por su cabello. -¿Que haces aquí?- frunse el ceño.

-Eres un mal educado , Marcel. - elevo una ceja.

-No , lo sien...

-No , basta. Si no quieres que este aquí entonces...

-¡Maldición! ¡Lo siento! - susurra con la boca apretada y cierra sus ojos mientras toma una gran bocanada de aire. -Si quiero que estés aquí.

Sorprendida y feliz por su cambio rompo un poco la distancia de nuestros cuerpos.

-¿En serio?- agarro sus manos y jugueteo con sus largos dedos. ¡Dios mío! ¡Son realmente grandes!

El ríe y poco a poco sus lentes son empañados. Frunso el ceño y se los quito para limpiarlos.

-¿Que le sucede a tus lentes?- cuestiono curiosa mientras limpio uno a uno con el borde de mi vestido.

-No lo se , sucede últimamente. - encoge sus hombros.

Le coloco sus lentes nuevamente en su lugar y el me dedica una de sus hermosas sonrisas. -Gracias , nunca alguien lo había echo.

-¿Que?

-Eso...limpiar mis lentes. Solo yo lo hago o...Ashley pero ella no cuenta. Quizás cuando tenga una esposa o...por Dios , creo que estoy hablando demasiado ahora ¿Verdad?

-Si...- carcajeo y sus mejillas se vuelven rojas. -Quizás cuando tenga un esposo me de unos varios azotes en el culo. - encojo mis hombros y el abre los ojos sorprendido.

-¿Te...gustaría eso? ¿Acaso eso no es algo malo?

Rodo los ojos y sacudo mi cabeza en señal de negación.

-Me encantaría eso , demasiado , es como mi sueño.

-Más bien es tu fantasía sexual ¿No?

Ahora me susurra al oído y no puedo evitar morder mi labio. ¡Jesús!

Un hormigueo se apodera de mi sexo y las ganas de besarlo se hacen cada vez más grande. Lo quiero para mi.

-Si...- le susurro devuelta y lo escucho reír bajito. Se va a alejar pero lo detengo tomando sus manos. -¿Y sabes algo? Deseo tanto ahora mismo esos azotes. - dejo un beso en su mejilla y lo siento temblar. -¿Me azotarías papi?

-¿Papi?- su voz es más profunda de lo normal y creo saber por que al sentir algo duro contra mis manos.

-Si...papi.

El es mi daddy. Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora