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Tenía que seguir. Son las palabras que repetía una y otra vez después de aquélla pequeña pelea con Marcel en su casa. Solo habían pasado dos días desde entonces , y no sabía que hacer. Quería ir a su casa y hacerlo arrepentirse pero sería algo indebido aunque son mis más ganas de ir y besarlo. Quería gritarle que fue un idiota , y luego besarlo. Demostrarle que no soy imposible , que podemos hacerlo , que soy la indicada para el.

-Papá y yo saldremos un par de horas.- Anuncia mamá desde la puerta y por un momento quisiera preguntar si puedo ir con ellos pero algo mejor cruza mi mente.

-Esta bien. - sonrío.

-¡Espero encontrar la nevera justo como está cuando regrese!

Rodo los ojos ante sus típicas palabras antes de salir.

-¡Yo también lo espero! - me burlo y ella arruga su nariz para entonces desaparecer segundos después.

Salto de mi cama al escuchar un ruido molesto proveniente de afuera. Me acerco a mi ventana y maldigo en voz baja al ver de que se trata.

Maldito Bryan. ¿Por que no me deja en paz?

Voy a ignorarlo pero opto por solo acabar con esto. Me acomodo en el marco de la ventana y me cruzo de brazos esperando el por que de su ridícula visita.

-¡Se que es ridículo...- él comienza y sonrío. Al menos coincidimos en algo. -pero quisiera pedirte otra cita...de una manera más...original!- encoge sus hombros y pongo los ojos en blanco.

-¡Será mejor que desaparezcas antes de que te lance mi lámpara , Bryan! - Le hablo seriamente mientras en segundos sostengo la lámpara en mis manos. Se la muestro y el abre los ojos sorprendido.

Una carcajada brota de mis labios sin poder evitarlo al verlo como retrocede asustado. Sabe muy bien que hablo en serio. No me importará. Será como el plato de comida que le lance justo en el rostro. Tengo una muy buena puntería.

Mi respiración se detiene cuando mi mirada tropieza con una Esmeralda muy conocida. Regreso mi mirada a Bryan y luego a la Esmeralda que continúa sobre mi.

No puedo creerlo.

-¡Bryan! ¡Espera!

Se que me voy a arrepentir por lo que estoy apunto de hacer pero no sería la única que sufriría. Él lo hará tanto como yo lo hice.

Marcel desaparece de mi campo de visión. Desaparece de su ventana pero puedo sentir lo cerca que está.

-Si , quiero salir contigo. - Acepto mientras devuelvo mi mirada a Bryan. Él parece sorprendido unos segundos y luego sonríe.

-¡Gracias , yo te...

-¡Cállate! ¡Mañana a las ocho en punto!

Finalizo la ridícula conversación cerrando con brusquedad mi ventana. ¡Genial! ¡Soy una estúpida! ¿¡Como demonios se me ocurre semejante estupidez!? Solo espero que Marcel lo haya escuchado , es solo por eso que lo hice , si no será una verdadera pérdida de tiempo.

Unos toques en la puerta principal me hacen despertar de mi pequeña burbuja. Decido empujar lejos unos minutos mis pensamientos de Marcel , y con pereza me muevo hasta la puerta en la planta baja.

Un grito se escapa de mis labios y abro mis ojos espantada debido a la sorpresa. ¿Que demonios cree que hace?

-¿Que haces aquí? ¡Fuera! - Intento ser ruda y me funciona , pero parece que eso es lo menos que le importa a él ahora mismo.

-¿Aceptaste una cita con...Bryan?

Sonrío orgullosa de que mi plan haya funcionado. Él esta celoso y por eso está aquí.

-Si ¿Algún problema?- me deshago de nuestra cercanía y me cruzo de brazos.

Esta es mi parte favorita.

-No. - ríe y mi sonrisa se desvanece. -No tengo problema.

¿¡Que!? Me golpeo el rostro mentalmente y lo observo sin poder creer cual a sido su respuesta.

-Si dices que no te molesta...entonces...¿Que haces aquí? - levanto una ceja y el sonríe amplio mientras poco a poco deshace la distancia entre nosotros.

Dios , este hombre es tan confuso.

-No me preocupa. - se baja a mi altura y nuestros labios hacen un pequeño contacto. Mi pulso se acelera ante sus palabras y su aliento chocar con el mío.

Mis palabras se quedan estancadas en mi garganta y me sostengo de la pared a mis espaldas para evitar caer como torpe. Él me observa con su penetrantes ojos através de sus espejuelos mientras retrocede , y en segundos desaparece.

¿Por que me hace esto? ¿Él acaba de decirme que...está seguro de si mismo y que yo le pertenezco? ¡Madre mía! ¡Que sexy!

El es mi daddy. Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora