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Muevo entretenida mi pie debajo de la elegante mesa y introduzco a mi boca una pequeña porción de el delicioso espaguetti.  Al menos algo a estado bien durante estos infinitos minutos que he tenido que soportar a Tomás hablando sobre sus vacaciones.  Me informa que a llegado aquí con una prima muy cercana y yo solo opto por encoger mis hombros sin importancia.



¡Jesús! Estos espaguettis están en la madre.  Quizás ordeno otro plato. Después de todo , Tomás es el que paga.  Eso alegra un poco mi noche.



-¿Y cuando se van? Digo , no es que quiera que te vayas , solo...un poco de curiosidad.  -  finjo una sonrisa y le doy un sorbo a mi té helado.  



¡Jo-der! Y vaya que quiero que se largue de una maldita vez. No soporto tenerlo cerca , es asfixiante. Intenta todo el tiempo un movimiento y comienza a ser una gran molestia.



-Siempre tan...directa , Isis. - ríe pero claramente puedo fijarme en lo falso que está luciendo ahora mismo.   Es mas falso que un par de senos operados y eso da a mucho que decir. -En unas semanas , supongo.  Estamos intentando hacer una pequeña...digamos que...- ríe y bebe de su té helado y yo lo ignoro. Seguramente es una maldita estupidez como siempre. -Escucha , no quería llegar a esto , créeme que no pero...



Ignoro completamente que él se encuentra hablando y observo el hermoso local donde nos encontramos en nuestra desgraciada cita.  Mis ojos se detienen en una mesa especial y me ahogo con mi saliva.



No puede ser.



No puedo estar viendo bien.



Mi corazón se acelera y mis manos comienzan a temblar pero las escondo rápidamente en mi regazo debajo de la mesa.  Finjo una sonrisa y regreso mi mirada a mi acompañante. Por desgracia.



Él me observa claramente aturdido y extiende sus manos sobre la mesa para alcanzarme pero yo lo evito. No quiero que me toque. No quiero verlo. No quiero estar a su alrededor. No quiero tan siquiera estar en este maldito lugar por que duele y siento como si me faltara el aire.  Marcel está aquí y muy bien acompañado de esa chica. ¿Por que ella insiste tanto?  Deseo tanto correr hasta su mesa y estampar su estúpido rostro contra su plato , para hacerla tragar toda su maldita comida dietética.



-¡Maldita rubia de...



-¿Está todo bien , Isis?



Cierro mi boca y respiro hondo para entonces continuar sonriendo falsamente. ¿Estar bien? Todo está mal. ¿Por que ellos estaban aquí? Justo en este restaurante y teniendo una maldita cena  justo a unas mesas no tan lejos de la nuestra.  ¿Será que él escucho mi conversación con Tomás en el gimnasio? ¡Eso era estúpido! ¡Estaba demasiado lejos para poder escuchar!

El es mi daddy. Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora