El es mi daddy. Libro #1

39

Mi labio inferior tiembla pero rápidamente lo capturo entre mis labios. Cuando llego a mi destino , suspiro y estampo suavemente mis nudillos contra la ventana. Solo espero que abra la maldita ventana , hacía demasiado frío aquí afuera.

Una luz me hace exaltarme un poco pero en el momento que en mi campo de visión se cruza ese hombre perfecto , ese hombre al cual le mostré mi dedo de el medio , no puedo evitar la enorme sonrisa que crece en mi rostro , tanto que comienzan a doler mis mejillas.

Él parece asombrado y enseguida abre la ventana que nos divide. Arregla el puente de sus lentes y balbucea algo que en realidad no logro entender ni un poco.

-Eres tan raro. - estallo en risas y sus mejillas se vuelven rojas. ¡Joder! Quisiera poder estar en mis pies delante de él para lanzarme a sus brazos , y besarlo. -Quiero besarte.

-Tu...ommm...- desliza una mano por su cabello y extiende sus manos para ayudarme entrar.

Caemos sobre su cama. Él con su espalda sobre el colchón y yo a horcajadas sobre su abdomen. Él tomándome de sorpresa nos hace cambiar de posición y acaricia mi mentón cuando tiene el poder.

-Eres preciosa...n-nena...- duda en sus palabras , puedo notarlo debido a su ceño fruncido. Lame sus labios y suspira para entonces dejarse caer sobre mi con delicadeza.

-Me gusta cuando tartamudeas. - dejo un pequeño beso en su mejilla y al alejarme lo capto sonriendo mientras me observa.

-Me gusta cuando...dices que quieres besarme...me hace sentir tan...v-vivo y b-bien...- Acerca su rostro al mío y besa mi mejilla.

-Me gusta cuando me haces tuya...- deslizo una mano por su cabello y con la otra libre acaricio su mejilla.

-Isis...tu me gustas...

Sonrío y beso sus labios. Él me aprieta en sus brazos y gime pegado a mi boca en el momento que acaricio la piel caliente debajo de su camiseta.

-Lo siento por llamarte demente...

-Lo siento por casi ahogarte...

Sonríe y presiona sus labios en mi mentón provocando leves cosquillas en el centro de mi estómago.

Algo que hace mucho dejé de sentir.

-¡Marcel! ¿¡Que es ese ruido!?