Los héroes nunca se retiran

Capítulo II

¿Por qué usaban habitaciones baratas? - De moteles y disfraces

Se habían graduado hacía cinco años cuando decidieron formalizarse cómo héroes pertenecientes a "Might Tower". Fueron aceptados rápidamente, más por el nivel de poder que poseían sus dones que por las proezas realizadas desde su ingreso a UA. Además del hecho de que All Might había dado su explícita recomendación para que ingresaran al cuerpo de héroes de élite de la agencia.

Su popularidad fue creciendo a lo largo de los meses, gracias a que aumentaron por cuenta propia la cantidad de patrullajes que hacían en la semana. Prácticamente trabajaban el doble que sus compañeros, incluso si podían tomarse días libres. Ellos tenían sus propias metas y eso los mantenía mucho tiempo en las calles. Después de todo, ser el Número Uno del ranking no era algo que se alcanzara estando sentado.

Aún así, con tanto trabajo y responsabilidades sobre sus hombros, siempre se hacían un tiempo para estar juntos. Habían empezado una relación cuando estudiaban en UA y, después de tantos inconvenientes, mantenerla era una de sus máximas prioridades. Desde inocentes paseos hasta candentes encuentros sexuales, siempre estaban al cien por ciento en esos momento, antes de que el llamado al deber reventara la burbuja en la que se encerraban.

Siendo los incansables jóvenes que eran, la acción seguía después de los patrullajes. Al principio, siendo integrantes de la agencia de Endeavor, solían encontrarse de incógnito en algún motel poco conocido o en hoteles de una estrella, ya que pasar desapercibidos era fundamental.

Tenían un par de personajes definidos que usaban para moverse entre los civiles sin ser reconocidos. El empresario exitoso de traje caro y corbata arreglada, y el chico deportista de ropa suelta y sudada. Cambio de peinados, cambio de gestos y movimientos, uso de lentes de contacto de color, incluso, de vez en cuando, cambiaban los roles para pasar desapercibidos ante la mirada acechante de la gente de la prensa y los paparazzi.

Pero una vez que entraban en la habitación, todo se esfumaba. Ya no eran ni "Deku" ni "Dynamight", sólo eran ellos, Izuku y Katsuki. Los eternos amigos, los eternos rivales, los eternos amantes. Dentro de su pequeña burbuja temporal, ellos se desataban y se mostraban el uno al otro tal cual eran, no había actuaciones ni excusas, sólo ganas de estar juntos, de adueñarse del otro, de llenarse del otro.

El encuentro entre sus cuerpos era relajado y sereno, todo lo contrario a sus comportamientos habituales. Los dedos surcaban la piel del otro causando una agradable sensación. Tocaban los formados músculos con el cuidado que uno tendría manipulando un adorno de cristal, el tacto lento y suave, hacía que los nervios se erizaran mientras el pacto de su amor, aún secreto, era sellado con un suave pero apasionado beso.

Cada uno desvelaba sus deseos más mundanos y carnales para poder ser satisfechos por el otro. Para su suerte, sus fetiches se complementaban, por lo que llegaron a un acuerdo silencioso de lo que podían hacerse a lo largo de los diferentes encuentros que fueron teniendo desde sus años de estudiantes.

A Izuku le gustaba ser mordido, con fuerza, hasta el punto de sangrar, que el otro le dejara la marca de sus dientes en la piel lo enloquecía. Y a Katsuki le encantaba morderlo. Lo hacía despacio al comienzo e iba aumentando la fuerza de la mordida a medida que se acercaban al climax sexual y acababa lamiendo las gotas de sangre que dejaba la última mordida, ubicada en algún lugar del cuerpo de Izuku que no pudiera ser visto por nadie.

A Katsuki, sin embargo, no le gustaba el dolor durante el sexo. Él prefería ser lamido, que la húmeda y suave lengua de su amante recorriera sus adoloridos músculos luego de un arduo día de trabajo. Y a Izuku le encantaba lamerlo. Usaba su lengua para acicalarlo como un gato, sin dejar ningún sitio sin tocar. Se tomaba su tiempo en los lugares que sabía que a Katsuki le causaban más placer, pero no seguía un patrón fijo, y acababa succionando alguno de sus pezones con tanta fuerza que dejaba una marca de chupón.

La dinámica de la pareja era versátil, no se podía saber quién era el que lideraría el acto sexual hasta que empezaban. No era una cuestión de poder o estátus, las cosas pasaban y ellos sólo seguían el flujo. Era más que obvio que todo tenía que ver con lo que hubiera pasado antes de llegar al cuarto, pero nada estaba arreglado de antemano, ellos se daban cuenta de las necesidades del otro con sólo prestarse un poco de atención.

Así siguieron varios meses, varios años, hasta que de un momento a otro, se transladaron de la agencia de Endeavor a la agencia de All Might para continuar con su trabajo de héroes allí.