❛❛Coffee❜❜
— Eres tan ordenada que te pareces a Kita. — confesó el castaño, sacándose sus zapatos para ir a dormir.
Después de que lo vieras llorando en tus brazos, o tal vez no especialmente en tus brazos, pero si a tu lado. Invitaste a Suna a tu casa, es algo definitivamente extraño teniendo en cuenta que se conocían hace poco, pero con lo que pasó está noche la confianza es mutua podría decirse.
Rintaro tuvo una discusión con sus padres, se enteraron que el fumaba cigarrillos. Atacaron su sueño diciendo que si seguía haciendo esto, arruinaría su vida al igual que su salud física, haciendo que no pudiera conseguir el sueño que anhelaba desde que era un niño.
No había mucha lógica, el lo hacía por que escapaba de sus pensamientos con eso. Tal vez el se sentía de la misma forma que tú, extrañaba a sus amigos, o simplemente intentabas comparar situaciones totalmente distintas.
En este momento simplemente querías darle todo tu apoyo. Aunque ni siguiera podrías mirarlo a la cara al día siguiente.
— Dormiré en el sofá.
Entregaste una pastilla para el dolor de cabeza.— Gracias. — bajó la mirada hacia la pastilla que entregaste. — Hay un vaso de agua al costado de la cama. — El silencio y la sequedad entre ambos, hacia que ambos no pudieran establecer una conversación normal entre dos personas normales.
— Buenas noches, duerme bien. —
Cerraste la puerta con una leve sonrisa en tu rostro...
Un extraño aroma recorría tu sentido del olfato. Despertaste debido a eso, fuiste hacia la cocina apenas despertaste del largo sueño. Un café con panes tostados junto a una nota, pero Suna no estaba ahí. — ¿Acaso es un chico a la antigua? — agarraste la nota.
esto es una muestra de
agradecimiento por lo de anoche,
te veo en la escuela.
atte: suna rintaro.Sentiste como la sangre subía a tus mejillas, haciendo que inevitablemente sonrieras, llevando tu despeinada melena hacia atrás por el momento. Suna no tardó mucho en adaptarse en ese pequeño departamento individual que contaba con dos piezas y un baño, tal vez podrían vivir juntos..
Agarraste el pan ya tostado y lo dirigiste hacia tu boca con pocas expectativas, pensabas que tendría veneno o algo parecido, pero solo es tu imaginación ¿No?
— ¿Uh?... son deliciosos.
Probaste otro bocado, hasta terminar el desayuno. Un pequeño detalle que hizo que quisieras agradecerle. Dejaste la mesa llena de migajas para salir a la preparatoria. Con tres carpetas en mano, junto a una pequeña bolsa en la que ponías tu ropa de mánager. Al llegar a la entrada viste al castaño que durmió en tu casa hoy. El lucía definitivamente tan espléndido apesar de haber estado triste. — Eres genial, Suna Rintaro.
Susurraste en un tono tan despacio, que solo te podrían escuchar los perros, por su agudo oído.— Hey Suna. — levantaste la mano para saludar. — Te estaba esperando. — sonrió ante tu presencia siguiendo tu paso. — No hacia falta.
— ¿Eh? ¿Qué dices? Si hacía falta.
— ¿Cómo estuvo el desayuno? — cambio el tema, preguntando y reflejando como sus fríos ojos se delataban con cada segundo que pasaban a tu lado.
— ¿El desayuno? Ah.. sí, no estuvo mal.
Burlaste hasta llegar a la clase, haciendo que se te escapara una pequeña risa de tus labios. — Otro día lo harás tú. — al decir esto, adelanto su paso y fue el primero en entrar a clases. Volteó la cabeza y guiñó su ojo con una sonrisa.
<<¿Otro día?>>
Amor, todos los seres humanos sentían amor. ¿Verdad? ¿Es posible acaso que puedas enamorarte una vez? En ese leve segundo, cuando sentiste su cálida sonrisa. No pensabas en un amor romántico, sino un amor mucho más fuerte.
Sacudiste tu cabeza, estabas pensando pensando tantas estupideces. <<Yo amo a Kiyoko, mis sentimientos no pueden cambiar tan fáciles>>
Pudiste ver a Aiko asomarse por la ventana junto a otros compañeros. Cuando noto tu penetrante vista hacia ella. Cambiando su dirección y yendo hacia ti. — ¿Que estabas haciendo?
Acomodaste tus cosas en esa pequeña silla. En la cual Aiko se tiro sin más. — Oh... estábamos viendo un gatito.. deberías verlo.— alardeó, mirando a la nada. — ¿Eh? —
Antes de que pudieras asomarte el profesor entro al aula, con una presencia un tanto sería. Mirando de pie a cabeza a cada uno de sus alumnos.
— Buenos días. — puso los cuadernos y carpetas que traía en la mesa. Y comenzó a pasar lista.
— Aiko Nakamura, Kamado Shouji, Fudo Mitsuri, Osaki Alison, Suna Rintaro. — siguió hasta llegar a tu nombre, en la cual asentiste al instante.
— つづく
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𝗅𝗈𝗏𝖾 𝗆𝖾 | suna rintaro. (female reader) hiatus.
Fanfictionhey, suna ¿puedes amarme para siempre?