Bubblegum

capítulo 8; ¿con quién quieres bailar?

❬❛❛ Soda pop, soda pop, baby, here I come
Straight to number one ❜❜❭

Estúpido, era la manera en la que se sentía. El se sentía estúpido y odiaba el estúpido Yule Ball, ¿cuál era la necesidad de poner a los alumnos ante tal presión en la que si no encontraban una pareja se sentirían humillados frente a todos? ¡No había!

Mientras Hermione, Ginny y Neville hablaban entusiasmados de con quién les gustaría ir al baile, Harry y Ron, como los amargados que eran (según Ginny) comían sin aportar nada a la charla.

—¿Crees que si la invito me diga que sí? —dijo Ron embobado, viendo a Fleur Delacour, que se acababa de sentar en la mesa de Ravenclaw, justo en un lugar que, para buena suerte de Ron, era perfecto para apreciar la belleza de la chica.

—Yo creo que si la invitas te dirá que no, así que no lo hagas —dijo Hermione fulminándolo con la mirada.

—Yo quiero verte intentándolo, tal vez te lancé un hechizo como al dragón —comentó Ginny, burlándose de su hermano.

—Ustedes siempre hacen todo para que fracase —dijo dolido Ron, haciendo un ademán que le sumaba dramatismo, mientras Neville reía.

—Eso no es cierto —repuso Ginny—. Tú fracasas solito, sin ayuda de nadie —dijo y Hermione soltó una carcajada bajo la mirada indignada de Ron.

—¿Y tú a quién quieres invitar, Harry? —preguntó Neville.

—Oh... no lo sé —dijo y sus mejillas adquirieron un tono rojizo.

—¿Estás seguro? Esa no es la reacción de alguien que no sabe a quién quiere invitar —recriminó Ginny y Harry le miro molesto.

Y es que él sí que sabía con quién quería ir a ese condenado baile, el problema es que no podía llegar al baile con un él, ¿o si? Y menos si ese él era el mismísimo Draco Malfoy.

Se imaginaba llegando de la mano con Draco, bailando con él, charlando, riendo. Se imaginaba que Draco lo besaba. Que Draco era su primer beso, quería que él fuera el primer beso que diera. Lo anhelaba, y no iba a mentir, ya en varias ocasiones se había planteado el pensamiento: ¿qué pasaría si lo besara justo ahora?

Ya había estado cerca de besarlo en una ocasión, que fue trágicamente interrumpida por Hermione. Eso había despertado en Harry un latente deseo de querer besarlo, había estado tan cerca...

—Tal vez tenga alguien en mente —confesó sonrojado—. Pero nunca me dirá que sí —dijo apagado, sin darse cuenta de que cierta castaña lo fulminó con la mirada en cuanto abrió la boca.

—No lo creo, amigo, cualquier chica querría que la invitaras. ¿Qué no tan solo hoy te han invitado ya tres chicas? —musitó Ron intentando animar a su amigo.

—Vamos, Harry, no me vas a decir que te da miedo invitar a la dichosa chica, ¡literalmente te enfrentaste a un dragón! Una chica no debe ser mucho problema —comentó la pelirroja.

—Si, pues prefiero a los dragones —confesó Harry. Cosa que, en realidad, era medio cierta, pero prefería a un dragón en específico.

—Pero... las chicas son muy bonitas, ¿no crees, Harry? —le preguntó Hermione, interviniendo por primera vez en la conversación.

¿Qué demonios significa eso?

—Bueno... si, las chicas son lindas, en serio. Pero también me pueden gustar los dragones, ¿no?

—¡No! —chilló su amiga, pero al darse cuenta de que había alzado demasiado la voz, bajó su tono—. Quiero decir... se puede, pero no es muy... normal.