❬❛❛ I'm gonna pop your bubblegum heart ❜❜❭
Su corazón golpeaba tan fuerte su pecho que parecía que amenazaba con salirse en cualquier momento, las manos le sudaban y no podía quitar esa estúpida sonrisa de su cara. Sentía como su cuerpo se llenaba de energía y su vientre tenía una extraña sensación.
¿Qué me pasa? Se preguntaba repetidas veces, pero no hallaba respuesta a su pregunta.
Caminaba por las afueras del castillo después de dejar a Potter en la entrada del gran comedor para que alcanzara a Granger y Weasley que mantenían una acalorada discusión. Potter le dedicó una última sonrisa nerviosa y se perdió entre la multitud de estudiantes que regresaban a sus alcobas y salas comunes después de una eterna noche de baile incesante.
Bailes. Odio los bailes.
Caminaba por aquel manto blanco que había formado la nieve, cada vez se acercaba más al lago negro, a aquel punto donde el y Potter habían bailado y reído. Y aquello era cierto, odiaba los bailes ya que le recordaban a los horribles eventos de su padre... pero nunca había bailado así con alguien. Y no se refería precisamente a los no-tan-terribles pasos de baile del azabache, si no a esa sensación que invadió su cuerpo cuando lo tuvo tan cerca. Esos movimientos suaves y delicados, pero a la vez desordenados y poco coordinados, en un baile que solo podría tener con Harry Potter.
Si Astoria lo viese en esos momentos lo mataría, caminando por la madrugada, cerca del lado negro y con solo ese delgado traje de gala protegiéndolo del frío invernal y aquella nevada que amenazaba con comenzar. Pero no quería, no, no podía regresar a su habitación, no podía entrar en el castillo. En el momento que entrase al castillo todo se volvería real, toda esa magia invernal se perdería y tendría que afrontar la verdad, había besado a Potter y ese beso había despertado en él sensaciones y sentimientos jamás experimentadas por Draco.
Se sentía perdido, confundido. Como un niño desorientado y solitario. Había comenzado con un juego, un engaño. No era más que un simple engaño, él no debería estarse sintiendo de esa manera, el no era la víctima del juego, la víctima era Potter. Se supone que tenía que serlo.
Pero... si Potter era la víctima, ¿entonces por qué era él el que estaba solo a la intemperie intentando convencerse a sí mismo de algo que ni él sabía que era?
—O—
Su corazón estaba apunto de estallar y Harry podría jurar que nunca en toda su vida se había sentido tan feliz.
Sabía que estaba vulnerable y expuesto a que Malfoy hiciese con él lo que quisiera, pero, ¿qué no de eso se trataba la vida? ¿De vivirla al máximo?
Sabía que era patético estar pensando eso, pero también sabía que ya no podía contenerse más, ya no estaba asustado, sabía que Draco lo lastimaría pero estaba dispuesto a pasar por todo eso si significaba que podría estar cerca de su Draco aunque sea un poco más. Era como una adicción, perdido, enamorado y estúpido. ¿Qué si estaba loco? Definitivamente lo estaba, pero no podría importarle menos.
Los labios de Draco eran tan suaves como había imaginado y su beso había sido tan lleno de cariño y adoración que casi parecía que no lo estaba fingiendo.
No seas ridículo. ¿Qué acaso quieres sufrir por gusto? Decía esa vocecita en su cabeza, esa vocecita que era la que se había encargado de mantenerlo vivo cada vez que había estado en peligro, de advertirle que se estaba equivocando y que debería retractarse. Pero por primera vez, Harry no tenía planeado escucharla, quería todo de Draco Malfoy, incluso si eso significaba un poco de dolor, al fin y al cabo, ¿qué tenía que perder?
ESTÁS LEYENDO
Bubblegum
Fiksi Penggemar-¿Sabes, Potter? Mis amigos tienen esta estúpida idea de que no se amar. -Bueno, creo que tus amigos tienen razón, tu no lograrías enamorar a alguien ni con todas las fuerzas del mundo- espetó burlesco -. Me siento mal por cualquier persona que teng...