Llegue a mi casa alarededor de las 5:30 pm, estaba demasiado cansada, siempre he pensado que las personas que se suben a los buses son quienes consumen nuestra energia y por tal motivo resultamos mas agotados.
Los inseparables.
Jenn: ¿Donde andas?
Stev: ¿Por qué no respondes?
Jenn: Tu nueva relación no me agrada.
Stev: x2
Jenn: Vamos a ir a tu casa.
Stev: Me parece. Nos tienes pan y chocolate.
Desde que comencé con Chris, me daba pereza hasta responder mensajes, salir con demás personas, así que lo unico que hacia era silenciar el grupo e ignorar los mensajes. Aun así sonreí cuando leí los mensajes de Jenn y Stev, como siempre ellos dos alegrando mis dias, me sentía afortunada de tenerlos en mi vida. Cada uno me aportaba cosas bonitas.
Christopher:
- ¿Donde estas?
- ¿Por qué no me respondes?
- ESTANDO SUPUESTAMENTE ENFERMA Y ¿DE RUMBA, EMMA?
- Eres una mentirosa.
- Te vas para tu casa ya.
- Emma, exijo que te comuniques conmigo. No quiero ir a tu casa y hacer un escandalo. Tu decides.
- Te lo advertí
- Disculpame. Dile a tu mamá que perdón.
- ¿Aun sigues sin responder? Entiendo que no quieras responder.
- Iré a tu casa en la noche. Tenemos que hablar.
Quiero golpear algo, este hombre siempre me hacia enojar. ¿Acaso cree que estoy para estar aguantado su groseria? Pues no, no quería ni verlo, pero era mejor solucionar las cosas de una vez.
Jace:
- Hola Emma. ¿Como te termino de ir la nohe que nos vimos?
- No sé si estas enojada conmigo, pero me quiero disculpar contigo por dejarte botada.
- Ya sé que estoy de intenso, pero no me respondes y no sé si llegaste bien.
- ¿Quieres salir a tomar algo?
- Esta vez te llevaré hasta tu casa. Lo prometo.
Mi corazon brinco de la alegria por saber de nuevo de Jace pero tambien estaba un poco enojada y decepcionada. ¿Despues de casi 5 días se le da por escribirme?
- Hola Jace. Estoy bien, fui rehen como por 3 días pero ayer en la mañana me rescataron.
- Gracias por su preocupación.
Fue la unica respuesta que se me ocurrio. Esperaba que con eso dejara así, se quitara la culpa y no me escribiera más.
Ya eran las 8 de la noche y Christopher estaba por llegar. No quería verlo, pero tenía que afrontar la situacion. Las luces del carro alumbraron la entrada de la casa. Abrí la puerta y salí, quería hablar con él a solas. Subí a sí auto y cerré con fuerza la puerta.
— Hola Emma. — se acercó para darme un beso.
— Ni te atrevas. — Lo detuve.— ¿Qué te pasa? ¿Acaso eres idiota?
Frunció el ceño.
— Te calmas, vine a decirte que te perdono por mentirme
Pero que imbécil es, ¿perdonarme? Ya esto se acabó, no puedo seguir con este idiota.
¿Estas segura Emm? Ese idiota es la única persona que te va a querer, piénsalo bien. No eres linda, nada inteligente y sobretodo, fracasada.
— Pero dime algo, no te quedes callada. — Insistió Christopher. — ¿Olvidamos estos días y hacemos como si nada hubiera pasado ?
Sentía como mi cara se tornaba roja del enojo pero preferí no decir nada y solo asentir.
— Estoy cansada. — Bajé rápido del auto, cerré la puerta de este e ingrese a la casa.
Por que nos dejamos llevar por las emociones y pensamientos negativos, no estaba segura de lo que hice pero tampoco iba a echarme para atras. Ya fui idiota y acepté.
No podía dormir, me sentía decepcionada de mi misma de no ser fuerte y mucho menos pensar en mi tranquilidad. Lo unico que podia hacer era aceptar y llorar. Llorar hasta quedar dormida.
******
La alarma no paraba de soñar, la silencie de mala gana y me levanté enojada. Obligue a mi cuerpo a caminar hasta el baño, cuando me miré al espejo, tenia los ojos rojos e hinchados. Frunci el ceño por dejar que otras peronas me afectaran y porque ahora todos se darian cuenta que lloré. Mi unica excusa, usar gafas y decir que amaneci con dolor de ojos, ¿que si me iban a creer? Ni idea, pero no tenia mas ideas.
— ¿Como te fue con Christopher? — Pregunto mi mamá cuando coloco una canaste de pan en la mesa.
— Bien.— Fue lo unico que respondí, rodeo los ojos y no preguntó nada más. Ya sabía lo que sucedio, no estab de acuerdo con mi relacion pero tampoco iba a meterse.
El desayuno fue silencioso, sentí que estaba triste y decepcionada de mi, tenía razón de estarlo, pensó criar a una mujer empoderada y valiente, pero lo unico que consiguio fue una debil y cobarde mujer.
— Adios, madre.— Me levante de la mesa y tome mis cosas. — Te veo más tarde.
Cuando cerre la puerta de la casa, comence a rasguñarme los brazos, de esa forma podía contener mis emociones, liberandome y concentrandome mejor en el dolor que causaban mis uñas al enterrarse en la piel de mis brazos.
Cuando llegué eal trabajo ya estaba mi compañero sentado en su escritorio trabajando. Lo saludé e hice lo mismo, me senté en mi lugar de trabajo para seguir leyendo los manuescritos.
El día paso rapido, me sentía tranquila en mi lugar de trabajo, junto a libros, manuescritos e historias, todo aquí era mejor.
— ¿Sales ya Emma?.—Preguntó Erick.
— Aun no, me faltan unas pocas paginas para terminar. Me voy a quedar un poco más
— Esta bien. Nos vemos mañana.— Me sonrío, se dio la vuelta y se fue.
Ya estaba sola en la oficina, tomé un respiro y seguí con la lectura.
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¿Y SI PRIMERO ESTOY YO?
Non-FictionCuando eres pequeña solo piensas en jugar y pasarla bien, tus únicas preocupaciones son: no caerte y hacer que tu mamá se enoje y busque a su fiel amiga "la chancla". Ese era nuestro único temor. Cuando empezamos la adolescencia ya las preocupacion...