Disculpa.

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Tenía que admitirlo, la verdad es que si fue un desgraciado con su ex mujer.
Fue infiel, distante, grosero e incluso...mmm...no, eso no, jamás se atrevió a dañarla físicamente, aunque eso no quita lo patán.

Poseidon miraba con asombro cómo esa hermosa mujer de largos cabellos tan azules cual mar le hacía mimos a sus hijos, pequeñas caricias y sonrisas que eran contestadas con gorgoteos alegres, parece que se cayeron bien.

Tras el "pequeño" espectáculo de hace unos momentos, ahora se encontraban en la parte más alta del edificio, propiedad de la Familia Solo, hablando.

En principio él no quiso contar nada de lo ocurrido, salvó que intimo con su hermano y ya, pero Anfitrite no lo dejo pasar, algo en la mirada de Poseidon le decía que no fue un simple acoston, su mirada se veía vacía, triste y llena de rencor, lo conocía lo suficiente como para saberlo.

Después de que Sorrento se llevará a los niños a tomar una siesta tras la comida, ellos se quedaron solos y Anfitrite lo obligó a hablar.

Nunca habían sido muy unidos la verdad, discutían mucho y... bueno, digamos que su matrimonio no era el ideal, pero pese a ello se tenían una especie de cariño, o almenos así lo creía la mujer.

Escuchó la historia del emperador, sorprendiendose aún más, incluso sintió lástima. Ella siempre supo que Poseidon tenía un cariño y atracción especial por su hermano, claro que parecía no ser consiente de ello o simplemente no quería aceptarlo.

Que la persona que amas te lastimé y humille de esa manera...duele, mucho, y ella lo sabía muy bien, la verdad es que conoce la sensación y le produce lastima y empatía con él.

Se sonroja al sentir como ella lo abraza, mostrando apoyo y comprensión, le susurra al oído que está bien y que ella lo ayudará. Esto sorprende al Dios que devuelve el afecto.

La verdad es que después de mucho pensar, se da cuenta que él también le debe una disculpa por todo lo que le hizo sufrir.

¡Lo siento! ¡Perdóname por todo lo que te hice antes!

Anfitrite sonríe y lo abraza con más fuerza, más vale tarde que nunca.

el precio de tu perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora