🦋T R E S🦋

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Me levanté a hacer la misma rutina como todos los días, ésta vez no haré tanta comida, ayer la dejó toda por tener la panza repleta de cerveza y me molesta que desperdicie la comida cuando me levanto súper temprano para hacerla.

Al dar la hora de ir al colegio, le hice el desayuno y solo pude comer huevos y pan, no había agua y de jugo solo quedaba un cartón y estaba por la mitad. Lo que significa que no hay para mi porque ese que queda es para él.

Ya pronto me pagarán del trabajo así qué podré hacer las compras.

— ¿Quién era ese?.

Su voz me da tremendos escalofríos. Es gruesa, como si de un monstruo se tratase y su sola presencia da un vuelco a mi estómago. Cuándo lo conocí la primera vez que mamá lo presentó tuve una ligera sensación como la de ahora, porque su voz desde siempre fue así, pero era tanta la diferencia de antes cuando me caía bien y jugaba conmigo sin prejuicios.

Y ahora que lo pienso, era tanta su amabilidad que me genera incomodidad ahora de solo pensarlo. Acariciar mi espalda a cada rato, jugaba conmigo a veces de forma brusca halando mi cabello pero siempre lo excusaba diciendo que era juego y dejaba que yo halara el suyo para "estar a mano"... Todo era parte de su mente retorcida y daba señales de lo que pretendía hacer conmigo. Es increíble lo remotamente inocente que yo era y lo ciega que estaba por su amabilidad.

— ¿Quién era quién?— le pregunté a su misma pregunta y el solo soltó un suspiro áspero.

— el chico de la bicicleta.

¿Cómo se enteró?, traté lo mayor posible de que Wonwoo no me dejara en la cera de mi casa para que no se diera cuenta. La última vez que Park me vio con un chico me molió a golpes y el chico llevó por igual y quería evitar eso... ¿Cómo diablos se dio cuenta?.

Y ni siquiera puedo mentirle al respecto o será mucho peor.

— ¡Respóndeme!— grita asustándome.

— es de la escuela.

— ¿De la escuela?.

— sí — le asiento seguidas veces — ya no volverá a venir, solo vine con él porque quería venir temprano...

Me callé volviéndome a espantar por su repentino golpe a la mesa. Se acerca a mi cautelosamente haciendo que mis piernas tiemblen y mi corazón quiera salir.

Tengo miedo de que otra vez lo haga, ya tuve suficiente ayer, me golpeó fuerte las costillas solo por despertarlo por caerse un maldito vaso. Si llega a golpearme con el enojo porque un muchacho me trajo, no se apiadará de mi y tal vez no vaya a la escuela hoy.

— que sea la última vez que te montas con ese muchacho, o sino, te quito de la maldita escuela para que te quedes aquí y seas más esclava de lo que ya eres. ¿Entendiste?.

Le asiento. Me empuja haciéndome chocar mi espalda con la esquina de la mesa y me quejo por el dolor.

Salió apresurado de la casa y yo me fui a la escuela casi corriendo ya que iba cuatro minutos tarde y toca el maestrito a primera hora y conociéndolo un poco, de seguro no tolera las impuntualidades.

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— no tolero las impuntualidades.

Era de esperarse. Suelto un largo suspiro y lo miro con cara tristona para que se apiade de mi.

— perdón, hoy me levanté un poco mal del estómago — ya que menciono el estómago, me duele. No desayuné muy bien que digamos y siempre me lleno de gases fácilmente.

— ¿Qué otra excusa tiene?.

— ninguna, de hecho, el dolor de estómago siempre es efectivo, ¿Por qué no se la cree?.

𝐁𝐮𝐭𝐭𝐞𝐫𝐟𝐥𝐲 → 𝐾𝑖𝑚 𝑀𝑖𝑛𝑔𝑦𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora