Capitulo 7

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-'Eres una zorrita muy cerrada. Voy a hacer que grites mi nombre'-, gruñó Yaxley, agarrando la polla flácida de Harry con un puño apretado.

Harry se retorció en el suelo, pero no de placer. Cerró los ojos mientras Yaxley entraba en él, obligando a su mente a quedarse en blanco. Sólo así sobreviviría a este infierno.

-'¡No! ¡No! ¡Noooo!'-

Había manos tocándolo, sacudiéndolo, gritando su nombre.

-'¡No me toques! ¡No! ¡Suéltenme! Nooooo!'- Los ojos de Harry se abrieron de par en par, y se sentó en la cama, una ráfaga de magia abandonando su cuerpo, enviando a tres personas volando lejos de él en la explosión.

Harry respiró con fuerza, con los ojos puestos en su manta. Sintió que la bilis subía y, inclinándose sobre la cama, vació lo poco que tenía en el estómago. Cuando ya no le quedaba nada en el organismo, siguió respirando en seco, haciendo que se le acalambrara el estómago.

Todo el tiempo, los ocupantes de la habitación permanecieron en silencio. Cuando estuvo seguro de que no venía nada más, se sentó, agarrándose el estómago mientras tenía espasmos. Alguien murmuró un encantamiento de limpieza.

Harry no levantó la vista, temiendo ver quién estaba en la habitación con él. No quería ver su disgusto.

-Harry-, la suave voz de Charlie le indicó suavemente. -¿Quieres hablar de ello?ello-.

Harry mantuvo su voz sin tono. -Ya le he dicho a Molly que me violaron. Estoy seguro de que toda la Orden del Fénix lo sabe ya. ¿Qué queda por hablar?-.

Kingsley fue el siguiente. -Quizá si hablaras de ello...-

-Como si fuera a hablar con alguno de ustedes. Ustedes son los que se aseguraron de que sucediera-, interrumpió Harry.

-Harry, querido...-

-Molly, no quiero tener nada que ver contigo. No quiero que me hables. No quiero que me toques. No quiero nada de ti. Desearía que Voldemort me hubiera matado aquel día en Azkaban. Lástima que sea demasiado sádico-.

Harry se acostó y cerró los ojos. Vio a Yaxley en su mente y empezó a temblar.

-Voy a ir por Floo George mañana a primera hora-, susurró Charlie.

-No necesitamos a tu hermano-, intentó Kingsley.

-Te guste o no, George es el único que le gusta a Harry o en el que confía por aquí. George es el único con el que Harry habla, y teniendo en cuenta lo que pasó en Azkaban, no estoy seguro de culparlo. Ambos saben que no estoy de acuerdo con Dumbledore. Están molestos porque su héroe no quiere luchar por su causa. Tal vez deberías haberte asegurado de que no se rompiera. No tienen que culpar a nadie más que a ustedes mismos-. Entonces los pasos se retiraron.

Harry no estaba seguro de si debía escuchar eso para que Charlie pudiera ganarse su confianza y luego espiarlo para Dumbledore. O tal vez Charlie lo decía en serio. Podría preguntarle a George. Si alguien sabía qué clase de hombre era Charlie, sería George.

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Harry estaba en el suelo con un libro abierto ante él cuando George entró a la mañana siguiente. Hizo la lectura normal, deshaciéndose de todos los encantos de escucha. George cruzó los brazos sobre el pecho, y lo primero que dijo fue -Charlie tiene miedo de que seas un suicida-.

Harry parpadeó. -Te dije que deseaba que Voldemort me hubiera matado ese día. No te hagas el sorprendido-.

George se sentó en el suelo junto a Harry. -Me contó lo de tu pesadilla y tu ataque de magia-.

-¿También te contó que vomité por todo el piso?-.

-Sí. ¿Quieres hablar?-.

-Fue una pesadilla-, murmuró Harry.

-Me lo imaginaba-. George guardó silencio.

Harry mantuvo los ojos desviados. No quería hablar de ello. Quería olvidar que había sucedido. -Yo era su juguete. Casi todos los días, alguien podía jugar conmigo. A veces más de una persona al día. No, no una persona-. Sacudió la cabeza. -Animal. La gente no trata a otras personas de esa manera-.

-¿Eras el juguete de todos menos de Rabastan?- preguntó George.

Harry no miró a los ojos de George. Sabía que George tendría preguntas acerca de que Harry hablara tan fácilmente de un mortífago. -Rabastan se acostó conmigo. No es un ángel. Pero no era tan malo como los otros. Fue amable. Hizo lo que pudo para no hacerme daño, para que fuera algo placentero. La primera vez que mi cuerpo reaccionó a su toque, estaba tan confundido. Yo también estaba horrorizado, pero me di cuenta de que intentaba hacerme sentir bien para que no lo odiara tanto. Incluso me protegió de los otros prisioneros tanto como pudo-.

-Harry, sigue siendo un mortífago-.

Harry puso los ojos en blanco y miró fijamente a George. -Lo sé. Me recordó más de una vez que no era un hombre agradable ni bueno. Era como si tuviera miedo de que lo olvidara y me enamorara de él-.

-¿Lo hiciste?-.

-Por supuesto que no. Sin embargo, se convirtió en mi aliado en cierto modo. En Azkaban, probablemente era el único al que no le tenía un miedo absoluto-.

George miró fijamente a Harry; su mirada era tan seria e inquebrantable.

Eso asustó a Harry. ¿Qué significaba esa mirada? -¿Qué es?-.

-En el hospital hace dos días, ¿lo viste?-.

Harry asintió. -Tenía su varita apuntando hacia mí-.

-Te dejó ir-, supuso George. Harry no respondió. -Parece que también te tiene cierto cariño-.

Harry se encogió de hombros. Nunca pretendería entender cómo funcionaba la mente de Rabastan.

-¿Es él quien mató a Hermione?-.

Harry pensó en mentir, pero aún no le había mentido a George. ¿Qué sentido tenía empezar ahora? -Yo también le pregunté. Ella está mejor-.

George pasó el brazo por los hombros de Harry, apretándolo. -Lo entiendo, pero si los demás se enteran, lo usarán como ejemplo cuando declaren que te estás volviendo oscuro-.

-La saqué de su interminable miseria, y nunca me disculparé por ello, ni siquiera si me envían de nuevo a Azkaban-.

-Lo entiendo, de verdad. Sabes que estoy de tu lado. Pero sabes que lo usarán como prueba de que tenían razón sobre ti todo el tiempo-.

-Lo sé-.

-Necesitamos un plan de juego. Si no, te pasarás la vida aquí sin varita-.

-He estado pensando en eso-. Harry levantó los ojos y se encontró con los de George. -Necesito salir de aquí, pero la única manera de que Dumbledore me dé aunque sea un poco de libertad es si cree que veo las cosas a su manera-.

-No será fácil engañarlo-, advirtió George. -Es demasiado desconfiado después de años de guerra, y no puede ser algo instantáneo. Tienes que cambiar lentamente tu actitud hacia él y hacia los demás. Tiene que ser gradual. Si no, no se creerá tu cambio de actitud-.

-¿Voy a tener que ser amable con Molly?-.

-Definitivamente. Y con Percy, y con Dumbledore, con casi todas las personas con las que has sido antagonista desde que llegaste-.

-Divertido-.

-Entonces, la pregunta es ¿qué tanto quieres salir de aquí?-.

PRISONERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora