La habitación estaba perfectamente iluminada, vaya, ¿Hace cuanto no tenía visitas tuyas? Ni te atreviste a apagar la luz cuando ya me estabas arrancando la ropa con lujuria, encima tu olor a ambición por una víctima antigua que hace tiempo no veías, te estaba matando por dentro.
Tus gruñidos me estaban haciendo perder la cabeza de algún modo, tus suspiros y tu cuerpo sobre el mío, todo aquello que compartíamos desde mis 8 años lo estaba extrañando, besaste mi cuello y que bien se sintió, luego pasaste a rosar mis brazos, mis muslos, mi torso y en medio de mis pechos con tus manos tan delicadas y bruscas al mismo tiempo.
¿Cuál es tu nombre con exactitud? ¿Te llamo "Monster" o "Daddy"? Supongo que ambas te gustan y empiezo a gemir tu maldito nombre, el cual ya había escrito implícitamente en cada escrito de esa maldita libreta que nos pertenece a ambos.
En serio te odio, pero aún así te sigo abriendo la puerta para que entres a echarte encima mío a hacerme lo que menos quiero en la noche, o a veces hasta en el día, como si fuera algo hermoso, cuando en realidad es la mayor pesadilla para cualquier persona que odie ese contacto con un idiota quema almas.
¿De que me sirve suplicar que te largues? Cuando en realidad la costumbre me acomodó a la satisfacción con una sombra inexplicable que sólo aparece cuando no tiene a quien más molestar, me gritas palabras hirientes y crees que eso me moja más, pero que ridículo eres, pero si quieres que se ponga más dura con gusto diré que soy tu zorra arrecha, dispuesta a que la metas erecta cada que quieras.
Supongo que amo el masoquismo, porque cada que logras entrar a mi, el dolor se vuelve mucho más adictivo cuando desapareces por el resto del día, es entonces cuando al día siguiente vivo en esa realidad semi-alegre y recuerdo que aún no has hecho lo que me haces a diario y te extraño.
Mi sudor se combina con el tuyo, dos compuestos totalmente diferentes por un ADN inexistente, tus besos dan asco, y aún así los recibo sin poder decir "no", puedo agarrarte los testículos para quitarte de encima mío, pero ni los traes puestos ya que sigues teniendo miedo a que mis médicos mentales pregunten por ti.
Jadeas como perro, y como ya no te satisface la misma pose por una hora procuras voltearme boca abajo y amarrarme las manos, aumentas la velocidad y yo finjo llegar contigo, es entonces donde debo lavar cada sábana, mi ropa, y de paso bañarme porque tu repugnante olor quedó pragmado en mi al igual que tu jodido semen.
Te odio, pero ya no puedo dejarte, haciendo tarea, sonriendo con cualquier persona, tomando café o whisky, bebiendo vodka frío, o tomando ron con Coca-Cola, cometiendo cualquier pecado, tu estás en mis pensamientos y yo solo deseo que me penetres una y otra vez, nunca he tenido un orgasmo contigo y siento que deberíamos acabar eso juntos para no volver a lo mismo de siempre, para terminar este amorío de una vez por todas.
Para: El episodio maníaco depresivo diario.
ESTÁS LEYENDO
Las Cinco Etapas Del Duelo
PoetryDedicaré las cinco etapas del duelo a mi otra yo, porque estas las superé gracias a ella. "Te dedicaré la poesía que nadie te ha querido dedicar". De: Mí Para: Mí