seis

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Desde que ambos eran pequeños, Zhan solía ponerse celoso cuando alguien se acercaba a Yibo a hablarle e intentaba coquetearle sin éxito.

Zhan sabía que eran celos normales porque, ¿quién no se pondría celoso cuando otra persona intenta alejarte de tu mejor amigo? El pelinegro no podía ni imaginar cómo sería pasar los recesos sin la compañía de Yibo, riendo de tonterías.

Zhan creía que eran celos "amistosos" hasta que se encontró a sí mismo espiando al pelinegro conversando con un chico, dos meses después de enterarse que Yibo gustaba de él.

Era extraño, sentía el mismo ardor en el pecho de siempre, pero ahora tenía en mente la idea de que estaba mal sentirse así. ¿Seguían siendo celos amistosos?

—Ugh, ¿por qué están tan cerca? —susurró para sí mismo.

No debería afectarle, Yibo era alguien demasiado fiel a su amistad, sabía que, aunque el pelinegro tuviera pareja no lo dejaría de lado. Pero, ¿no se supone que gustaba de él? ¿Entonces por qué estaba tan cerca de aquel chico?

—Oh. —sintió su sangre arder y sus ojos cristalizarse cuando vió como la pareja que hace rato estaba espiando unían sus labios en un delicado y tierno beso. Giró su cuerpo y se apoyó en la pared.

No debería molestarme.

Debería alegrarme.

No debería molestarme.

Debería alegrarme.

No debería... no debería llorar.

Con lágrimas resbalando por sus mejillas volvió a asomarse observando a aquellos dos moviendo lentamente sus bocas.

—¡No lo creo! ¿Esos son Haikuan y Zhuo Cheng? —apareció Yibo detrás de él, haciéndole saltar en su lugar.

—¡¿Q-qué?! ¡¿No eres tú el de... —volvió a ver a la pareja. Ahora estaban de lado, abrazándose, podía visualizar sus rostros con claridad, Haikuan estaba tomando la cintura de Zhuo Cheng mientras éste rodeaba su cuello con los brazos.

—Por dios, no me digas que me confundiste con Haikuan, ¡no nos parecemos ni un poco! —tocó su pecho dramáticamente con una sonrisa divertida que rápidamente desapareció al ver al mayor llorando. —¿Qué te pasó, Zhan-ge? —acunó el rostro de Zhan en sus manos limpiando las mejillas llenas de gotitas saladas. —Dime a quién le parto la cara. —besó las últimas que lograron escapar.

—N-nada, a n-nadie. —dijo entre hipidos, controlando su llanto.

—¿Quieres ir por un helado a la salida? Yo invito. —dijo sonriendo, intentando animar a Zhan.

El castaño sólo pudo asentir, sintiendo un alivio recorrer su cuerpo entero.

—Yibo...

—¿Si?

—¿S-sólo te... Sólo te gusto y-yo?

Yibo sonrió.

—Sólo me has gustado tú desde que tengo doce años.

blush ✦ yizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora