catorce

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Zhan buscaba a Yibo dentro del plantel escolar a la hora de la salida, mientras sostenía en sus manos un chupetín de dulce de leche que había comprado en la tienda que había frente a su escuela pensando en lo mucho que aquel dulce le gustaba al pelinegro, la miraba con inquietud, preguntándose si realmente tendría el valor de darle ese pequeño obsequio a Yibo.

Se supone que, como todos los días, Yibo lo acompañaría a casa. Sin embargo, llevaba quince minutos esperándolo en la puerta de salida de la institución y no aparecía. La calle comenzaba a quedarse vacía, entonces comenzó a preocuparse y por eso decidió buscarlo.

Lo observó a través de la ventana del salón de matemáticas jugando con su celular. Entró al lugar escondiendo el chupetín detrás de su espalda.

—¿Zhan-ge? ¿Por qué no te has ido? —dijo Yibo dejando su celular a un lado.

—Uh... Yo... Ahm... ¿Tú por qué no te has ido?

—Voy a salir con Wenhan, vamos a comer y como él perdió una apuesta me comprará un videojuego. Pero fue a buscar sus cosas a su casillero en el piso de arriba.

—Oh... —hizo un puchero inconscientemente.

—¿Y tú, por qué no te has ido?

—Ah... No... N-no sé. —sus mejillas se colorearon de un leve rosado. —Entonces... ¿No me acompañarás a casa?

Yibo sonrió ampliamente, el mayor lo había estado esperando. Se acercó a él.

—Perdón, Zhan-ge, es que ya tengo planeado salir con Wenhan.

—Wenhan es lindo...

Yibo se sintió confundido con esa respuesta.

—Sí, lo es.

Zhan mordió su labio inferior antes de hablar rápidamente.

—¿Será una cita? —preguntó olvidándose de la dichosa apuesta, centrándose en la idea de Yibo y Wenhan, saliendo solos.

—¿Eh? No, ¿o sí? Tal vez, depende de Wenhan.

—Pero dijiste... Dijiste que sólo te gustaba y-yo. —su pecho ardía, le preocupaba la idea de que a Yibo le gustara alguien más. Y entonces lo supo, estaba celoso. Muy celoso.

—Pero Zhan-ge, tú me has dicho que no te gusto, y parece que no cambiarás de opinión. Entonces, ¿por qué no intentar con alguien más?

—Pero... —apretó la correa de su mochila con su mano libre, sentía su corazón a punto de explotar y ni siquiera sabía cómo expresar lo molesto que se sentía. ¿Qué significaban para él todos esos besos que le había regalado? Aunque muy en el fondo sabía a lo que el pelinegro se refería, y sabía que tal vez tenía razón.

—¿Necesitas algo más, Zhan-ge? Ahí viene Wenhan. —señaló a través de la ventana al chico que se acercaba por el pasillo.

—Nada.

—Nos vemos luego, Zhan-ge. —se despidió con la mano antes de salir e irse con Wenhan.

Mientras Zhan lo veía alejarse con un nudo en la garganta y un chupetín de dulce de leche en la mano.

Quizás Zhan tenía que pensar muchas cosas al respecto.

blush ✦ yizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora