Descubierta

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Adrik

Llevo toda la noche dando vueltas por la cama. Apenas he podido pegar ojo. ¿Por qué no me he dado cuenta antes de las cosas? ¿Realmente se arrepiente de todo?

Miro el reloj de la mesita y veo que son las seis de la mañana, así que decido levantarte para salir a correr un rato. A ver si en este rato me llama Vernon.

Intento bajar sin hacer ruido porque no quiero que se despierte Emma. Voy hacia la cocina y me hago un café con hielo. Si, al final cogí la manía de tomármelo con hielo porque si no, no me lo tomo. Supongo que eso me hacía sentirme un poco más de cerca de ella en todo este tiempo que hemos pasado distanciados, porque aunque no quiera admitirlo no ha dejado de estar en mi.

De repente noto como el móvil me vibra y veo que me está llamando Africa ¿que quiere?. Decido cogerlo mientras me acerco a la puerta y salgo a correr un rato. Está amaneciendo y hace un poco de frío, pero pronto voy a empezar a tener calor.

¿Sabes lo bueno? Que al ser todo esto de mi propiedad y estar tan alejado de la "civilización" puedo correr tranquilamente sin que nadie me moleste.

-Dime- le digo nada más coger el móvil. Nunca he sido de alargar conversaciones.

-Hola guapo, ¿Dónde estás?-me pregunta

-No puedo decírtelo Afri, lo siento. No sé si lo mejor va a  ser seguir teniendo contacto.

-Pero, pero, ¿por que?- me pregunta y se que no dar explicaciones es algo que duele mucho, lo sé de primera mano, pero no puedo permitir que nadie mas se arriesgue más de la cuenta.

-En mi vida está habiendo bastantes problemas y no quiero que salga nadie más herido, lo entiendes ¿no?-Espero su respuesta pero no llega.- Escúchame África, espera a que solucione estos problemas que estoy teniendo y ya hablamos que es de nosotros ¿vale?- siento como sonríe a través del teléfono.

-No tardes mucho en hacerlo, ¿vale?

-Vale cariño. Un beso-Me despido y cuelgo.

Comienzo a andar para salir de la casa y empiezo a correr. Son las 6:30, a ver cuánto tardo en volver a casa. Necesito aclarar ideas porque ayer me descoloco todo.

(...)

Llevo andando un rato y me estoy preguntado como se supone que tengo que actuar delante de ella. A veces me pilla con la guardia baja y solo pienso en lo que la echo de menos. Luego me acuerdo de todo lo que paso y se me pasa, pero algo ha tenido que pasarla para que se comporte de una forma tan extraña. Y más después de lo que leí anoche.

Es tarde y decido subir a dormir. Después de la discusión que tuvimos necesitaba un rato para calmarme ¿Cómo puede ser capaz de echarme en cara tantas cosas? ¿Acaso quiere que me quede estancado en algo que ya ni siquiera tiene futuro? ¿Que se esperaba, que iba a perdonarla nada mas verla?

Cuando llego al pasillo veo la puerta de su habitación entre abierta y veo que hay una pequeña luz que se cuela por la abertura de la puerta ¿no se ha ido a la cama todavía? Entonces me acerco y abro la puerta un poco por curiosidad. Pero lo que veo me sorprende más.

Veo su cuerpo medio destapado y la luz que proviene de su mesita, así que me acerco y en ese momento percibo una cicatriz en su brazo derecho ¿es la del balazo? ¿Se habrá curado la otra herida? Recorro su figura por toda la cama hasta que veo un pequeño cuaderno. ¿Ahora escribe?

Me acero a él con cuidado e intentando ver que pone, pero solo puedo leer varias frases antes de que se cierre porque se ha movido.

"No puedo dejar que él sepa lo que me pasa
Supongo que echo de menos todo lo anterior . Que nos echo de menos. Y que echo de menos aquella vida que hubieses tenido, pero no tenemos.
En fin. Hoy es un mal día. Simplemente me apetecía escribir un poco.
Hasta la próxima. Supongo.
Emma."