03. Impulsos

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Solo cuando ChanYeol no abre la maldita puerta después de haber estado tocando durante un minuto seguido, es que decido entrar por mi cuenta. No es la jugada más limpia que he hecho —esto de meter palillos de comida en la cerradura para abrirla—, pero es que realmente necesito los apuntes que él tomó prestados el otro día. Las pruebas no se aprobarán solas, y si no tengo mis apuntes, será demasiado difícil que eso suceda.

La habitación es pequeña y tiene la luz del escritorio encendida, pero no hay moros en la costa salvo la luz del baño, que está también prendida y con la puerta abierta. Frunzo el ceño antes de acercarme hacia ahí, pues pensaba que no había nadie, pero ahora claramente puedo escuchar sonidos raros. ¿Alguien se está masturbando?

No, error.

Esta escena no era para nada lo que esperaba.

¿Qué hace Oh SeHun medio echado sobre el retrete? Luce demasiado débil, como si hubiera vomitado hasta su gigantesco orgullo.

—Oye, ¿estás bien? —le pregunto con cuidado; parece estar al borde de la muerte. Él ni siquiera me mira, y doy un paso dentro del baño, nervioso por su falta de reacción—. ¿SeHun?

Todo lo que recibo como respuesta es un gemido que suena equivalente al de un animal moribundo.

—Vete —pronuncia con voz ronca.

Sé que lo que menos desea es que me encargue de él y lo lleve a la cama, así que es exactamente lo que hago, aunque en el fondo sé que no lo estoy haciendo por molestarlo, sino para suprimir esta sensación de malestar que está creciendo en mi estómago.

Le paso una mano por detrás de sus rodillas y otra por su cintura, y lo levanto en el aire. Sorprendentemente, incluso a pesar de su increíble altura, no pesa casi nada. Ya en mis brazos, SeHun me mira sorprendido con las mejillas ruborizadas y parece que va a objetar por unos momentos, pero pronto el cansancio y el malestar le ganan, así que no dice nada y se deja llevar.

Cuando lo dejo sobre la cama, él se cubre los ojos con el antebrazo. Aprovecho su falta de interés para buscar un balde o algo similar en el que pueda vomitar allí dentro si tiene ganas de hacerlo. Encuentro, en cambio, un bote vacío de pochoclos con el logo de Parque Jurásico edición limitada... ChanYeol nos va a matar a ambos si llega a ser utilizado para esto. Con más razón se lo dejo a SeHun junto a la cama; que Park se enoje con él si le vomita su balde friki.

Me siento junto al Omega, que acaba de quedarse dormido. De sus labios entreabiertos sale una suave respiración y todo se encuentra en silencio. La situación me resulta demasiado extraña; ¿por qué lo estoy ayudando? Supongo que aún queda un poco de compasión en mí, incluso aunque lo odie. Quiero creer que es eso y espero que sea por eso, y no porque su aroma esté causando cosas extrañas en mí. Y no es exactamente que su aroma me está dando náuseas. Es algo distinto. El Omega huele diferente y no sé por qué, pero eso mismo me está afectando y hace que quiera protegerlo.

Qué cosa tan descabellada, ¿no? Por ninguna razón en la tierra maldita querría hacer eso por voluntad propia. Él me despreció, y nos odiamos a muerte. Un error como el de la otra vez que llevó a acostarnos juntos no cambia nada. Es todo culpa de su aroma y su naturaleza Omega.

Mientras espero que ChanYeol regrese, comienzo a dar vueltas por la habitación antes de hacer algo loco como acariciar el cabello SeHun en medio de un torbellino de sensaciones protectoras, provenientes de mi lado Alfa. Sé que nadie lo ha reclamado y darle caricias o liberar mis feromonas Alfas puede aplacar el malestar; y por eso mismo no lo hago. No quiero que se me envenene la mano en el intento, gracias-no-gracias. Suficiente con haberlo tocado para llevarlo hasta la cama.

Si no fuera por él ➵ BaekHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora