Capitulo 8 | Hay un precio por todo

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Shi Gen aguardó para que el pirata vigía desviara la vista y correr hasta el barco. Valt y Shu la siguieron en completo silencio. Shu encontró una cuerda que colgaba del barco y subieron por ésta. Cuando llegaron a la cima, algunos piratas estaban cantando, otros bebiendo ron y otros más jugando con sus espadas junto a Toko. Ellos subieron silenciosamente y se escondieron detrás de unos barriles.

Shi Gen vio que Toko estaba asintiendo, con cansancio, la cabeza; cuando los vio, su cara se alegró. Un pirata vio que estaba sonriéndole a algo y se puso frente a él.

—¿Qué estás viendo, niño?

—¡Toko! —Valt no resistió más y salió de su escondite para abrazar a su hermano.

—¡No, Valt, espera! —gritaron Shi Gen y Shu, al mismo tiempo, provocando así que los piratas voltearan a verlos y los apuntaran con sus afiladas espadas y potentes pistolas.

—Bien, bien, bien... ¿A quiénes tenemos aquí? —preguntó un pirata que se abrió paso entre la multitud; tenía un puntiagudo pelo azabache y una cinta amarrándolo, algunos colgantes y una mirada fría y hostil—. ¿Shi Gen? ¿Y tú compañero es...?

—Shu Kurenai. Daigo, ¿qué haces?

—¿Que qué hago? Capturar a una traidora, por supuesto.

—Yo no soy una traidora; les dije de mi renuncia de esta tripulación tiempo antes de que me fuera.

—Pero no lo hiciste de la manera correcta, y te fuiste con el otro pirata... el maldito Quon Limón.

—Sólo hice lo que tenía que hacer. Además, el Capitán Ren Wu me mando por ello.

—¿Ah, sí? ¿Y para qué?

—Recuperar a tu hermano, Daigo.

Daigo la miró con añoranza y enojo.

—Sabes que no puede volver.

—¡Hay una manera!

—La maldición lo atrapó. No se puede revertir.

—¡Encontré la manera!

Shi Gen se levantó del duro suelo de madera. Caminó hasta Toko y le dijo:

—¿Tienes el collar?

—No,.. era falso.

—¡¿Qué?! No, no, no... Si es falso, eso significa... Qué ya lo tienen.

—¿Y por qué debería de ser así? —le dijo Valt—. Si están buscando un collar perdido, podría estar en alguna parte de todo el mundo, pero no es algo que deba de ser así, pudo haber regresado a su país natal.

—Hmmm... —Shi Gen lo pensó un momento—. Daigo...

—¿Mande?

—...¿quieres traer devuelta a tu hermano?

—Lo juro por mi corazón.

—Entonces, únete a mi bando.

—¡¿Qué?! —Daigo dio media vuelta, viendo al mar—. Calypso, ¿hay alguna otra forma? —esperó unos segundos, la marea empezó a chocar violentamente contra los barcos y un relámpago resonó a la distancia—. Ya veo... ¡Shi Gen! —la chica volteó a verlo—, si me uno a tu tripulación, ¿recuperaremos a mi hermano?

—No te lo aseguro completamente... pero lo encontraremos.

—Con eso me basta. ¿Pacto de sangre?

—Prefiero... un pacto normal, si se puede.

—Bien.

Daigo y Shi Gen estrecharon sus manos viéndose fijamente, un brillo iluminó a ambos.

BeyBlade | En el bosque...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora