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Ecuador le dio muchos besitos entre sonrisas, y lo abrazó por el cuello.

—Dear, sé que íbamos a tener sexo... pero creo que cambié de opinión.

Se miraron un momento en silencio.

—¿Estás bien? —lo revisó rápidamente—. ¿Quieres hablar? ¿Te duele la pancita? ¿Te preparo un chocolate con una de esas cosas a las que les prendes fuego?

—¿Fuego?

—Ya sabes... en las fogatas de las películas.

—¿Malvaviscos?

—Eso.

USA rio bajito.

—¿No estás enojado?

—No, ¿por?

—Es que arruiné el plan.

—Darlincito, más importante es que tú te sientas bien. Lo demás es secundario

—Gracias.

Ecuador se dedicó a consentirlo, porque amaba a su gringo. 

Llanitos [Ecuador x USA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora