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—¿Qué haces, darling?

—El postre que querías.

—Awwww, sí me amas.

Ecuador miró al gringo un instante.

—Más te vale no engañarme.

—¿Eh?

—Aquí me ando sacándome la madre cocinándote bonito, para que después me estés a abandonando.

—Dear...

—Dear, ni que dear. Mejor ni me hables que ya me hice una película yo solito y ahora siento que me vas a dejar.

—Ah... ¿Sorry?

—¡Ya ves! ¡Te estás disculpando!

Llanitos [Ecuador x USA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora