Llanitos [Ecuador x USA]

7.

—Se me antojó una de tus donas.

—No vuelvas a esas bromas sexuales, darling —suspiró antes de seguir leyendo su libro.

—No, esta vez hablo en serio —se acomodó para reposar su quijada en el hombro del gringo—. Quiero una dona.

—Pensé que no te gustaban.

—Tú las comes con hartas ganas... y ya me contagiaste. Gringo malo —hizo una mueca.

—Está bien —se giró para besarle la mejilla—, te traeré unas.

—Ey, ey, pero despídete bien.

Se sujetó del gringo, importándole poco estar con zapatos sobre el sillón, solo se abrazó de ese grandote para darle un piquito. Siempre era así de cariñoso, y le correspondían con una sonrisa y un beso más largo.