20.

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—Confirma, gringo.

—¿Confirmar qué?

—Ya tu sabesh.

—¿Saber qué?

Pero Ecuador sólo sonreía y bailaba sus cejas.

Entonces alguien entró en histeria.

—¿Saber qué? —USA lo sujetó de los hombros—. ¿Qué necesito saber? ¡Necesitas decírmelo! ¡¿Es algo malo?! —silencio—. Oh dios... ¡Necesito estar alerta! ¡No hay tiempo!

Salió corriendo. De prisa. Sin saber a qué atenerse.

—Y así se confunde al gringo.

—Usted es diabólico.

Pero Venezuela terminó riéndose a vivo pulmón.

Llanitos [Ecuador x USA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora