Llanitos [Ecuador x USA]

6.

—¿Por qué te enamoraste de él?

USA y Ecuador sinceramente no sabían por qué la insistencia con aquella pregunta. Donde estuvieran, en la situación por la que pasaran, incluso si se quedaban callados porque ya no sabían qué decir, siempre había alguien que sacaba esa cuestión a la conversa.

Jamás respondían, solo se miraban, y sonreían.

Porque ninguno estaba dispuesto a responder.

Fue Argentina quien se dio cuenta de eso, y entendió que cuando la pareja estaba junta evitaban responder a esas cuestiones existenciales. Hijos de la gran puta. Dedujo que ese par se había puesto de acuerdo, tal vez incluso no sabían la respuesta o no querían decirlo.

Fue por eso que junto a Chile armó un plan simple para embriagar al gringo y al tricolor menor por separado, y así sacarles la información.

—¿Qué te enamoró de Ecuador?

Atacaron primero al gringo, aunque admitían que fue difícil embriagarlo a la primera, porque generalmente siempre andaba acompañado y tarea difícil fue llevárselo con ellos. Pero valió la pena porque esta vez sí les respondió.

—He's so cute —hablaba mientras balanceaba su vaso—. Lindo y adorable. ¿Han visto sus mejillas que se sonrojan? ... ¿O cuando se enoja? —suspiró antes de reír y beber de su vaso—. Es dulce también y honesto.

Escucharon más y más halagos que demostraban que el gringo había sido conquistado honestamente por el hijo más sobreprotegido del difunto Gran Colombia. Y bueno, admitían que se lo vieron venir, por eso perdieron el interés en USA y fueron por Ecuador.

Le invitaron unas cañas manabitas, bebida que Chile y Argentina sabían que iba a noquear al tricolor lo suficientemente rápido para devolverlo a su casa antes de que Colombia y Venezuela se enteraran. Les ardió las entrañas desde el primer trago, pero Ecuador parecía muy feliz de experimentar esa sensación.

—No le digan —a la segunda botella ya arrastraba la lengua— al gringuito.

—No, no, che. Así que vos soltá la lengua.

—Confía en nosotros weón

Ya saboreaban su triunfo. Ansiosos en medio de ese silencio hasta que el tricolor menor se terminara su incontable vaso y suspirara animado. Lo vieron reír antes de analizar de nuevo la pregunta y después elevar su dedo con ese rostro serio.

—Su culito.

Dos palabras, una sola expresión completamente seria y honesta. Chile y Argentina se quedaron callados y quietecitos.

—Su ¿qué?

—Conchatumadre. ¿Hablaí en serio?

Ecuador solo rio a carcajadas antes de servirse otro vaso, siendo cuidadoso de no regar su preciada caña manaba.

—Yo... —bufó— les digo la plena —bebió un sorbo—, ¿o acaso no han visto esa... hermosa y redonda existencia? —besó la punta de sus dedos y amagó con enviar su imaginario beso al cielo—. Puta que está bien bueno.

Después solo hubo risas. Y es que. Esa respuesta sinceramente no se la esperaron, pero les dejó satisfechos de cierta forma.

Notas finales:

Les dejo mi HeadCannon jajajjajajajajaja.

No pude ingresarlo en la historia principal, así que bueno, al menos se los comparto por aquí.