Capítulo 1
La fiesta por la boda triple de los hijos de Victoriano Santos estaba en todo su apogeo.
Música, comida, bebida para todos los gustos.
La señora de la casa y de toda la Hacienda comprobaba que todo funcionara como lo planearon, entonces se encontró contemplando la felicidad de sus hijos... De los 5, porque las hijas de su marido también eran como suyas...
Victoriano hablaba con sus socios y ella vio cuando con una mano le pidió a Alejandro que se acercara a ellos.
También vio cómo él pasaba un brazo por los hombros de su hijo y sonreía.
Xx: es una tremenda casualidad que Alejandro haya resultado ser tu hijo, Victoriano...
Vic: pues así es... Quizás fue el destino, pero para mí es la mejor de las bendiciones...
Xx1: el hijo varón que tanto deseabas...
Y de la mujer de mi vida, pensó Victoriano...
Con sus ojos sobre ellos, Inés supo que en ese momento Alejandro se sentía como un niño cuando su padre presume de ellos y les echa Flores hasta más no poder.
Xx2: es el día de tu boda y no queremos quitarte tiempo, Alejandro... Pero le comentábamos a tu padre el éxito que ha tenido el producto que tú fabricaste...
Ale: no, no fui yo... Diana...
Vic: no seas modesto, hijo... La misma Diana nos dijo que todo se dio gracias a ti...
Ale: fue un trabajo en conjunto, no sólo mío...
Xx3: el hecho es que queremos seguir invirtiendo en productos de ese tipo... Especializada para personas con enfermedades crónicas... Que si obesidad, colesterol...
Xx: y de más está decirte que nuestro deseo es que tú estés al frente de todo eso...
Vic: no se preocupen por eso... Ya mi hijo sabe que lo quiero conmigo, trabajando en la procesadora que algún día será suya.
Le palmeó el hombro a su primogénito, rieron, intercambiaron unas cuantas palabras más y el grupo se desintegró...
Esta vez, los ojos de Victoriano buscaron a su esposa... La encontró y fue hacia ella...
Se encontraron en un beso, pero no de los que ya habían acostumbrados a todos en la familia y en la Hacienda, uno más corto.
Vic: ¿hmmm...? (Posando sus manos en la cintura femenina)
Inés: te vi platicando con tus socios y con nuestro hijo...
Vic: nuestro hijo... Morenita, no sabes lo hermoso que suena eso a mis oídos...
Inés: yo tenía el presentimiento...
Vic: y yo fui un imbécil por negarme a creerlo...
Inés: no es momento de reprocharnos nada... (Jugando con las solapas de la chaqueta)
Vic: en eso tienes razón... Es hora de retirarnos, ¿no crees...? Me muero por estar a solas contigo...
Inés: mi vida... ¿Te olvidas del favor que Alejandro y Diana nos pidieron...?
Vic: no tiene nada que ver con lo que yo quiero de ti... (Encogiéndose de hombros y levantando una ceja)
>> El reloj de Victoriano marcaba más de la medianoche... Él mismo lo comprobó sentado en la sala, ya sin la corbata ni el saco. A su lado y recostada en su hombro se encontraba Inés.
Casandra y Eduardo ya habían partido a su viaje de bodas, igual que Constanza y Emiliano.
Inés: ¿qué...?
Vic: ¿qué tanto hacen Diana y Alejandro que no se terminan de ir??
Inés: despidiéndose de las niñas...
Vic: estarán solo una noche fuera, Inés... Qué locura esa de llevárselas al viaje de novios...
Inés: el buen corazón de tu hija...
Vic: eso sí... (Palmeándole una mano) Gracias a la educación que le diste...
Inés: que le dimos... Siempre lo hicimos juntos...
Vic: juntos...
Inés: ¿qué pasó hijo?
Ale: dejé a las niñas acostadas, pero Diana está terminando de cambiarse...
Vic: Alejandro, ¿están seguros de llevar a mis nietas con ustedes...?
Alejandro tomó asiento junto a ellos, porque sabía que su nueva esposa se tardaría, como todas las mujeres.
Ale: sí papá, después de todo lo que ha pasado, no queremos que se sientan mal... Ni apartadas, menos ahora que Diana está embarazada...
Vic: ¡Ese es mi muchacho! (Riendo fuertemente) Tú sí me estás dando los nietos que quiero... Porque por lo visto, tus hermanas están decididas a esperar...
Inés: no las presiones, Victoriano... (Acariciándole un brazo)
El hijo de ambos volvió a comprobar una vez más lo que a leguas se notaba... Estaban enamorados perdidamente el uno del otro...
Vic: hijo... Ya que todo lo de la boda pasó, quisiera que iniciáramos los trámites para que lleves mi apellido... Y el de tu madre por supuesto... (Tomando una mano de Inés) Aunque respeto si quieres conservar el "San Román"...
Ale: nunca tuve un padre...
Vic: pero ahora lo tienes... Y quizás piensas que a esta edad ya no me necesitas y te sirvo para poco o nada, pero...
Ale: no digas eso ni de broma, papá... Claro que te necesito, siempre te necesité...
Inés estaba conmovida hasta las lágrimas... Viendo el abrazo entre padre e hijo... ¿Qué más podía pedirle a Dios si ya lo tenía todo...?
Cuando Diana finalmente bajó, se encontró a su esposo riendo a carcajadas con su padre... Esos 2 tenían tanto en común... Más de lo que cualquiera había podido imaginar...
Dia: ¿de qué tanto se ríen, eh?
Inés: ay Diana... Estos 2 son tal para cual...
Vic: ¡pero claro! Es mi hijo... Y toda la vida estaré arrepentido por la forma en la que te traté...
Ale: yo ya ni me acuerdo, papá... Así que mejor tú también olvídalo... ¿Nos vamos, mi amor...?
Dia: sí...
Vic: pues vayan ya que es demasiado tarde...
Inés: se van con cuidado, eh...
Ale: mañana estamos de vuelta temprano...
Vic: de ninguna manera... Mis nietas estarán bien cuidadas aquí... Con sus abuelos... (Mirando a Inés como si quisiera reír)
Ella sonrió, su marido seguía empeñado en querer dirigir la vida de los otros... En el buen sentido, por supuesto... Porque ella estaba ahí para controlarlo si se pasaba de la raya.
>>>
Vic: ¡por fin solos! (Abriendo los brazos en un gesto de libertad)
Inés: no grites... Recuerda que las niñas están arriba... Y los muchachos terminando de recoger todo lo de la fiesta... Iré a ver cómo van...
Vic: no. Morenita... Me gusta que estés al pendiente de todo, pero tendrás que empezar a delegar tus responsabilidades en la casa... Ahora eres mi esposa... ¿De acuerdo...?
>> Tardaron un poco en llegar a la habitación porque Inés quiso detenerse en la recámara de las niñas a comprobar que dormían y se encontraban bien...
Desde la puerta Victoriano la contempló... Enamorado de ella y de su capacidad para amar...
Ya en la habitación principal, todo era diferente... Otra cama, otros muebles, diferente decoración que incluía cambio de colores en las paredes...
Idea de sus amazonas y que a Inés le había gustado...
Igual que a él, que no quería ningún tipo de recuerdos de Deborah o Eugenia...
Inés: te veías muy guapo con ese traje... (Ayudándolo a quitarse la chaqueta cuando estuvo detrás de él)
Vic: no... (Haciendo un sonido como chasquido con su boca)
Inés: eras el padre más orgulloso...
Victoriano se dio media vuelta y las manos de ella fueron al nudo de su corbata.
Vic: están todos casados...
Inés: como tú querías, mi amor...
Vic: lo que me interesa es que sean felices...
Inés: y lo son... Como yo...
Vic: y como yo... (Acercando su boca entreabierta a la de ella)
Sus brazos la tomaron de inmediato y la estrecharon contra su cuerpo...
Mientras su boca se abría más y hacía lo mismo con la de Inés...
Ella gimió y él sonrió por el gusto de oírla...
Inés: ¿hmm...?
Vic: ¿te gusta...? (Apartándole la manga del vestido para regar besos en su cuello)
Inés: si... Sí...
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Lo Mejor
Fanfiction¿Qué pasó después de la boda de las amazonas? Una corta historia de la continuación de Inés y Victoriano.