Capítulo 7

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Capítulo 7


Habría que identificar el motivo de la sorpresa de Inés, si porque Victoriano se hubiera levantado de la cama o porque le había invadido un espacio hasta ahora privado e íntimo.

Y es que en los meses de matrimonio no había saltado ese límite... Por uno u otro motivo...

La cama era una cosa y la regadera o cualquier lugar diferente era otra.

Inés: Victoriano... Espérame en la cama...

Ella se quitaba el agua de la cara, mientras él le pasaba los brazos alrededor de la cintura.

Vic: no quiero... (Llevando su boca hasta el cuello mojado de ella)

Inés: por favor... Aquí no...

Vic: no hay diferencia del lugar... Somos tú y yo... Necesito hacerte mía... Recorrer tu cuerpo...

Y mientras hablaba, la abrazó contra su cuerpo, Inés colgada a sus hombros quedó de puntillas.

Fue inevitable que ella no abriera la boca para él... Sintió la presión de sus labios contra los suyos...

No solo los besaba, sino que los apresaba y los saboreaba...

Sus manos se deslizaron por su espalda desnuda... Y su pecho se pegaba a los senos de su mujer...

La sensación de piel contra piel mojada era diferente, sí... Y también muy sensual...

En medio de sus cuerpos se alzaba la definida prueba del deseo masculino...

Victoriano hurgó con sus dedos en la unión de sus muslos... Haciéndola soltar un gemido de sorpresa...

Su boca volvió a apoderarse de la de Inés... Con un contacto tan arrebatador, que le hizo olvidar en dónde estaban...

Inés: te amo...

Vic: y yo a ti, mi morenita... Mía... Solo mía... Para siempre...

Inés se vio atrapada entre la pared de azulejos y él... Su apasionado marido...

Se agarró a su cuello Y Victoriano la alzó apenas lo necesario para poder encajarse a la perfección con ella...

Un movimiento y ya estaba dentro... Donde tanto ansiaba...

Victoriano le sostenía las piernas y le preguntó si se encontraba bien...

Al escuchar que sí... Empezó a embestirla... Mientras su boca devoraba la piel de sus hombros y buscaba la de sus pechos...

Culminaron jadeantes... Y temblorosos por las secuelas que siempre les dejaba los niveles de pasión a los que llegaban...

>> Media hora más tarde tocaban a la puerta, por supuesto que ninguno de los 2 había escuchado...

Constanza Santos en la indecisión de entrar o no... A lo mejor estaban dormidos y por eso no se escuchaba nada...

Desistió y eligió bajar a desayunar sola con Emiliano...

Tanto Inés como Victoriano salieron envueltos con batas de baño, él abrazándola por atrás y hablándola al oído.

Vic: entonces morenita... ¿Te gustó...?

Inés: Victoriano...

Vic: No estuvo tan malo... ¿Qué crees...?

Inés: sabes que no estoy acostumbrada a...

Vic: pero ya estás acostumbrada a mí... Y yo a ti, a tu cuerpo, a tu pasión...

Él le acarició el rostro, pues le había dado media vuelta y se miraban a los ojos...

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