Capítulo 3

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Capítulo 3

Ese hombre era otro... Uno que nadie conocía, solo Inés...

Ella lo vio ir al fregadero y lavarse las manos.

Inés: ¿Te acuerdas cómo hacerlo...?

Vic: ¿Me lo preguntas en serio??

Inés: hace años que no lo haces...

Vic: ay, morenita... "Lo que bien se aprende..."

Inés: "... Nunca se pierde..."

Victoriano introdujo sus manos en el recipiente donde Inés amasaba el queso y dentro de nada se encontraban solos en la cocina...

Vic: este será el mejor queso que hayas probado... Como los de aquellos tiempos...
Inés: ¿por qué estás tan seguro??
Vic: yo te enseñé... Soy un maestro en esto... Igual que en otras actividades...

Él rio y ella puso cara de indignación fingida, sabía a lo que se refería.

Inés: tú mismo lo sabes, hace años que no hacías esto...
Vic: mi morenita... ¿Me subestimas...? (Tomando ambas manos de ella con todo y masa)

Se puso junto a ella y la besó... ¡En plena cocina!

Inés: no... A ti no podría subestimarte... (Con sus labios sobre los suyos aún)

Vic: ¿esto es solo para nosotros o para todos en la Hacienda?
Inés: para quien quiera... Sigue amasando que yo empezaré a hacer los moldes...

Mientras que lo hacían, Victoriano no perdió oportunidad de acercarse a ella, robarle besos y hasta bromear con ella...

También se ubicó tras ella y le habló al oído... Se pegó a su espalda y le besó la piel del cuello que la blusa no cubría...

En vez de ahorrar tiempo, se estaban demorando más... Pero disfrutaban del momento.

Vic: mi vida... ¿No te gustaría que la procesadora produjera tus quesos...?
Inés: creí que ya lo hacían...
Vic: no los artesanales...
Inés: no sé nada de procedimientos industriales, Victoriano...
Vic: eso es lo de menos... Sé de alguien que podrá ayudarte...
Inés: voy a pensarlo entonces...
Vic: solo es cosa de que me digas "sí" o "no", mi morenita... (Abriéndole la boca con sus labios y colándose en ella)

Eso sí, nada de abrazos ni toques con las manos, las tenían ocupadas.

Inés: ¿eso significa que tendré que frecuentar la procesadora...?
Vic: sí... ¿No quieres...? A mí me encantaría que vengas conmigo...
Inés: pero, ¿y la casa...?
Vic: ahora eres mi mujer... Y quiero que vayas conmigo a todas partes...

Esta vez, el beso de Victoriano fue más hambriento que los anteriores... Era verdaderamente un hombre apasionado.

Al terminar, se lavaban uno junto al otro las manos, él gastándole una broma a ella...

Mientras que Jacinta y Candela entraban a recoger lo que habían usado.

¿El patrón en asuntos de cocina?? Nunca en la vida... Siempre exigía la mejor comida y en abundantes cantidades pero no ponía ni un pie ahí...

Aunque las veces que lo hizo, fue porque buscaba o hablaba con Inés.

Vic: esta noche que no preparen cena para nosotros...
Jac: como usted diga, patrón...
Inés: ¿por qué no...?
Vic: saldremos a cenar tú y yo, morenita...

Inés: muchachas, lleven el queso a la mesa...
Can: enseguida, doñita...
Inés: gracias... (Tomando el brazo de su marido para salir, luego de secarse las manos)

Vic: ¿no te agrada la idea...?
Inés: Victoriano, es a ti a quien no le gusta cenar fuera de la Hacienda...
Vic: eso era antes... Todo es diferente ahora...
Inés: ¿puedo saber qué ha cambiado...? Es cierto que ya no estoy tan al pendiente de la cocina como

anteriormente, pero...
Vic: estar juntos lo cambia todo...

Ya habían llegado al comedor y como el caballero que era, le abrió la silla a su mujer.

Inés: si es lo que tú quieres... (Con una sonrisa en su rostro)
Vic: ya antes le había encargado la procesadora a Diana... Ahora tengo también a nuestro hijo... Yo podré dedicar mi vida a ser feliz contigo...

Las manos de ella se plantaron en las mejillas de él e inminentemente sus labios se tocaron.

Inés: no me equivoqué... Sigues siendo el mismo hombre del que me enamoré hace años...
Vic: morenita... Llegué a creer que con solo mirarte y tenerte cerca era suficiente, pero no lo fue... Por eso, ahora deseo hacer las cosas que siempre quise contigo...

Ya todo estaba servido en la mesa, esperaron a que les llevaran el famoso queso.

Fue él quien se encargó de cortarlo.

Vic: podría jurarte que este será el mejor queso que hemos probado en todos estos años...
Inés: ay Victoriano...
Vic: hmm... Te lo dije, pruébalo Inés...

Ella no se lo quiso decir, pero era cierto... Aquel queso tenía algo diferente, que lo hacía especial.

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