Capítulo 18

4 1 0
                                    

Jacob

-¿Por qué no me has despertado antes?- me quejo cuando los dos nos sentamos en el banco.

Hemos ido a por algo de beber y comer para sentarnos en un banco de un pequeño parque.

-No tenía sueño.

-No te creo- me mira esperando una respuesta.-Cuando estábamos en el bosque dijiste que llevabas sin dormir dos días y que tenías sueño.

-Si bueno pues ahora no tenía sueño, además, dormí en el tren.

-Eso no fueron ni diez minutos, aparte de que tenías fiebre es imposible no sentirte mal.

-Estoy acostumbrada a sentirme mal- dice en un susurro que me costó entender.

Cuando me acuerdo de todo lo que me ha contado Gigi me hace pensar que mi vida no es tan mala como la suya; yo me quejo de mis padres y ella no tiene, muchas veces me gusta estar solo y ella lo está constantemente, a mi me cuesta sonreír por naturaleza y a ella le arrancaron la sonrisa.

Más de una vez vi su foto en el escritorio de mi padre y a pesar de todo lo que ponía en su expediente no era reportada como peligrosa, de hecho ayudaba bastante a la FIES ya que las pocas personas a las que ha matado eras buscados por casi todo el mundo, todos violadores, mafiosos y asesinos.

Y me sigue sorprendiendo el hecho de que ella sola haya aprendido a hacer cosas que seguramente mucha gente con años de preparación no sería capaz de hacer, nos enseñan y preparan para todo tipo de situaciones –y más teniendo en cuenta que somos los cargos más altos- pero nunca nos preparan para torturas o incluso situaciones más a nivel sentimental, Gigi con 17 años ha sido capaz de superar todo eso y seguir con la cabeza en alto, sabe lo que es capaz de hacer, tiene seguridad en sí misma y en lo que hace y eso se nota desde fuera, toda esa fuerza interna y esa seguridad se nota en cada palabra y en cada acto.

Seguimos comiendo sin hablar y mirando a todas las personas, ahora mismo hay pocas personas, se han ido yendo a sus casas por el nubarrón que hay justo encima.

-¿Y si vamos a un motel? Supongo que tendrá que haber alguno a las afueras- dice rompiendo el hielo después del completo silencio.

-¿No crees que lo tengan vigilado? Dos adolescentes escapando de la mafia y la policía, sin ningún sitio a donde ir y con una tormenta cerca, los moteles y hoteles será lo que más tendrán vigilado- asiente dándome la razón.

Puede que no la conozca bien, ni de hace mucho pero sé que le pasa algo, puede que sea así siempre pero la noto demasiado distante, me dijo que llevaba dos días sin dormir, durmió diez minutos en el tren y no ha vuelto a dormir más, no soy médico pero sé que algo malo le pasa; no dormir tanto tiempo, la fiebre y el mareo que le dio en la estación no son signos de que esté muy bien.

-Vamos a buscar algún sitio para escondernos antes de que empieza a llover.

Nos levantamos y empezamos a caminar buscando cualquier cosa que nos sirva para no mojarnos y estar a salvo, pero antes de que pudiéramos encontrar algo empezó a llover más fuerte que ayer.

-Vaya, parece que la suerte está de nuestro lado- maldice sarcástica.

Seguimos buscando hasta que por fin encontramos un callejón donde había un portal bastante grande.

-Nos vamos a poner malos.

-Tú ya lo estabas- deja de escurrirse la ropa para mirarme fijamente. –No me mires así, vi como te mareabas en la estación, tienes fiebre, no has dormido más de diez minutos en los últimos tres días y aunque no te conozca sé que no estás bien, ¿Por qué no admites que estás enferma?

-Aunque lo admitiera no cambiaría nada, seguimos tirados en Paris, con la mafia detrás y no podemos ir a la policía ni salir porque lo tienen todo comprado, ni podemos llamar mucho la atención para nuestra seguridad, aunque me estuviera muriendo me moriría sola antes de entregarme de esa manera a la mafia, demasiado tiempo estuve con ellos.

La entiendo, entiendo que no podemos hacer nada porque no tenemos a nadie de nuestra parte aquí y no sabemos cuándo saldremos de aquí, pero espero que sea pronto.

(···)

A noche convencí a Gigi para que durmiese un poco y aunque se durmió muy temprano todavía no se ha despertado, sigue teniendo fiebre y creo que cada vez le sube más, si llego con Gigi muerta a casa mis padres me odiarán más, cosa que no me importa, pero Gigi me está empezando a caer bien.

Ayer cuando se hizo la hora de comer salí para comprar algo y Gigi lo hizo para la hora de la cena. No salimos de este portal desde que lo encontramos, nadie ha salido ni entrado y eso nos relajó un poco. Hablamos todo el tiempo, nos conocimos más y me di cuenta de que a partir de cierta edad no tiene momentos felices y que hace demasiado tiempo que no habla con nadie como lo está haciendo conmigo ahora.

Me sobresalto al sentir el cómo Gigi empieza a temblar y entiendo que es la fiebre ya que hoy no hace tanto frío como ayer.

-¿Por qué hace tanto frío?- se queja con voz de dormida.

-Si hiciera frío sería normal porque estamos en invierno y justo hay una tormenta, pero no hace frío, es la fiebre que te ha subido más- se queda callada y gira para mirarme. -¿Qué?

-Tiene que haber una central de la FIES por aquí, ¿no?-

-De hecho no, está en una ciudad cerca de aquí.

-Pues vaya, para una vez que me sirve tenerla cerca.

-¿Por qué estas mala?

-No, porque estando conmigo corres peligro y aunque estés entrenado y sepas defenderte nunca has tratado con la mafia cara a cara, nunca he tenido que proteger a nadie más que a mí misma y el que ahora esté enferma son puntos en mi contra, aunque tengo que dar gracias a que seas tú y no Paul.

-Creo que él se habría quedado en el centro hasta que pudieran sacarlo- asiente con una pequeña risa.

-Veo bien que no quiera pertenecer a la FIES porque no a todo el mundo le gusta, pero teniendo en cuenta que su padre es el capitán y mucha gente odia a la FIES veo peligroso que no sepa aunque sea defenderse mínimamente.

-Parece que la miedo hasta respirar pero solamente le tiene pánico a las armas, es un poco tímido pero por lo demás es como nosotros.

-¿Nosotros?

-Los chicos y yo, todos los que habíamos el otro día en tu casa somos amigos fuera de las murallas de la FIES; bueno todos no, Emily y Alison se llevan un poco mal con todos, pero pasamos de ellas.

-¿Y porque se llevan tan mal con vosotros?

-Sinceramente nadie lo sabe, ellas son un año mayor que todos nosotros y según ellas todavía somos demasiado "mañacos"

-Habría que ver cómo se comportan ellas cuando están solas. 

En el punto de miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora