Capítulo 24

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Estamos a solo dos días de Navidad. Después de casi 10 años sin haber celebrado absolutamente nada especial, y no especial tampoco. Alice me está arrastrando, literalmente, de tienda en tienda. Ni siquiera sé el porqué acepté, bueno sí, me sobornó con comida.

No le puedo decir que no a la comida.

Quiere comprarme un bonito vestido ya que vamos a cenar a un sitio con bastante prestigio. En cada tienda me enseña veinte mil vestidos diferentes, pero ninguno me gusta. No es que no me gusten los vestidos, si no que no me gustan con tantos brillantes y tanta pedrería, que es exactamente como le gustan a Alice.

-Alice- la llamo y se gira con una sonrisa.

-Dime cariño- dice con notoria alegría.

-No me gustan los vestidos que me enseñas- soy sincera. -¿Por qué mejor no me dejas verlo a mi? Bastante con que voy a aceptar celebrar Navidad.

Se lo piensa.

-Está bien, iré a mirar accesorios.

-Tampoco quiero accesorios, ni zapatos con brillantes, ni nada que llame mucho la atención, ¿de acuerdo?

-Bien, nada llamativo, ni accesorios- acepta resignada.

Se va hacia un lado de la tienda y comienzo a buscar algo.

No me gusta ir de comprar

Nunca me ha gustado, ni me gustará, solo vengo si es de extrema necesidad, y esto no es de extrema necesidad.

Camino por toda la tienda sin algo que me guste, hasta que a lo lejos veo uno que...

-¿Señorita necesita ayuda?

-No.

Dejo a la chica allí y me acerco al vestido. Su color hace referencia a la navidad, rojo.

-¿Has encontrado alguno cariño?- asiento sin decir nada más. -Cogelo, quiero que te lo pruebes- hago una mueca.

-No me gusta probarme ropa.

-Tonterías- sin dejar que diga nada coge el vestido y mi muñeca y nos arrastra hacia los probadores- Venga.

No llevo mucho tiempo con ella, pero me he dado cuenta de que no le gusta escuchar un 'no'. Igualmente se lo digo constantemente.

Cada dos por tres le estoy diciendo que necesito acostumbrarme a las cosas, no ir tan deprisa con todo y aprender a convivir con gente. Siempre le digo que terminaré matando a alguien, ella se ríe, pero lo digo con toda la verdad que pueda haber. Me molesta demasiado que la gente no me tome enserio.

Empiezo a quitarme la ropa para solamente quedar con la interior y empezar a ponerme el vestido.

Cuando llegué, Alice aceptó que no quisiera salir de casa así que se ocupó ella de comprarme ropa, la cual en ningún momento pedí, pero ella se empeñó en comprarla.

¿Lo peor?

Todo eran faldas con brillantes, camisetas rosas y amarillas, también con algunos brillantes. Menos la ropa interior, esa si que era bonita y merecía lucirse.

Por eso terminé cogiendo la ropa de Jacob. Alice vinó todo el camino molesta conmigo porque no iba "decente", cuando lo único que llevaba era una sudadera gris con un pantalón negro, ¿que tiene eso de malo?

Vale que le molestara porque todos los lugares a los que entra son demasiado caros, pero yo puedo vestir como me dé la gana, tengo ese derecho.

Cuando termino de ponerlo me giro hacia el espejo.

En el punto de miraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora