Capítulo 27

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 Al final no pegué a Jacob cuando volvimos de la cena. Los dolores empezaron a mitad de camino y no quería tener que lidiar con nadie. Nada más llegar subí lo más rápido que pude a mi habitación y me encerré como siempre lo hago, no creo que les sorprendiera mucho que lo hiciera.

Hera y Adonis siguen acostumbrándose a estar rodeados de tanta gente y a no estar en el bosque con los demás, aunque la casa sea grande, sigue siendo pequeña para la inmensidad del bosque.

Normalmente prefieren estar conmigo por la casa, y como siempre estoy en mi habitación ellos tampoco se mueven demasiado.

Cuando desperté no bajé a desayunar -no estoy como para comer- así que preferí seguir leyendo el libro que empecé ayer por la mañana.

Unos golpes en la puerta me hacen salir de entre las páginas.

-Adelante- me incorporo en la cama.

-Cariño, ¿estás bien? no has bajado a desayunar.

-Sí, estoy bien, simplemente no tengo hambre.

¿Como unas simples palabras pueden ocultar tanta mentira?

-¿Segura? puedo subirte algo si no quieres bajar.

-Segura.

-Bueno, sabes que si tienes hambre solo tienes que bajar- justo antes de cerrar la puerta por completo la vuelve a abrir -Casi se me olvida, ahora voy a hablar con el director del instituto, supongo que no querrás venir.

-Supones bien.

-Bueno, pues si quieres, después podemos ir a comprar cosas necesarias para que empieces, ¿qué te parece?

No quiero ir.

-Vale.

Noooo

-¡Perfecto! cuando esté llegando le diré a Marta que suba a avisarte, porque dudo que vayas a coger el teléfono, hasta luego cariño.

Y ahora es cuando empiezo a arrepentirme de haber dicho que sí, ni siquiera sé el porqué he dicho que sí, no puedo ni sostenerme en pie.

Decido ponerme de pie e ir hasta el baño -anoche sudé mucho por culpa de las pesadillas- nada más entrar mi vista se va a lo demacrada que estoy por culpa de todo y el no querer comer lo empeora todo muchísimo más. Rápido entro en la ducha y cuando siento el agua caliente caer por todo mi cuerpo me relajo notablemente, el dolor disminuye un poco y mi cuerpo deja de estar tan tenso.

Dejo de pensar en todo y todos y me centro en masajear lentamente mi cabeza. El shampoo me recuerda a uno que utilizaba mamá en casa, cuando murió dejé lo poco que quedaba y de vez en cuando lo olía para acordarme de ella, nunca supe de dónde lo sacaba pero volver a olerlo ha sido como volver a los buenos tiempos con ella. Odio no recordar muchas cosas.

Termino de ducharme y salgo para coger un poco de ropa. Me quito la toalla y cuando me veo entera no puedo evitar decir algo alentador:

-Por muy jodida que estés siempre tienes que parecer que tienes el control de todo, se como un ave fénix y resurge de tus cenizas. Que el estar aquí no irrumpa en todos tus planes.

Desde siempre he tenido la necesidad de saber que tengo el control, sobre todo porque si en algún momento no lo tenía no podía acabar nada bien.

Salgo de mi habitación y con cuidado voy hacia mi escritorio para tomarme las pastillas, se supone que Alice lo puso como tocador pero yo odio maquillarme, admiro a todas esas personas que tienen la capacidad de que les salga bien.

Bajo y camino hacia el jardín con Hera y Adonis justo detrás pero antes de llegar noto bastante movimiento fuera y bajo la velocidad, nada más llegar a las puertas del jardín veo a unos cuantos pasos a Jacob y los demás.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2022 ⏰

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