Capitulo 10

4 1 0
                                    

—Maestro Black, podría repetirme —dijo Brian, mientras caminaban por el bosque, alejados de la barrera de la Academia. Satoru hace un sonido de escucharle, continúa—. ¿Porque nos alejamos tanto de la Academia?

—Necesito algunas abejas para dejarlas en la habitación de Claudia —responde divertido, mirando a través de la venda los árboles, buscando algún panal—. Que sus alumnos no hayan ganado la competencia no es suficiente para restregarle en su cara la derrota

—Eso es muy infantil —murmura Álex, quien les acompañaba junto a Luca y Daniel.

—Seria divertido ver la cara de la profesora Claudia —comenta Daniel, sonriendo perverso. Pero luego alza una ceja confundido—. ¿Pero porque abejas?

—La profesora Claudia no soporta los animales pequeños —responde Luca, mientras le quitaba algunas hojas del cabello a Brian—. Pareces un arbusto

—Lo se, siempre me pasa —murmura y voltea a verlo—. Gracias

Siguen su camino hacia un prado de flores donde Satoru dijo que podría haber abejas. Al pasar entre los árboles, se sorprendieron al ver a lo lejos en el prado al príncipe Giovanni junto a un hombre de cabellos negros como sus ojos, quien debía ser su mayordomo.

—Majestad —menciona Satoru, inclinándose hacia adelante y siendo copiado por sus alumnos.

Los dos pelinegros voltean a verlos y Giovanni sonríe levemente al visualizar a Brian, quien le devuelve la sonrisa al recuperar su postura recta.

—No es por ofenderlo, ¿Pero porque se encuentra lejos de la seguridad de la Academia? —cuestiona Satoru, neutramente y algo intrigado.

Había notado la mirada que le dirigió a su despistado alumno castaño.

—Deseaba disfrutar del aire libre antes del acto para los ganadores —responde tranquilo el ojiambarino, para luego ladear el rostro en curiosidad—. Aunque ustedes también se encuentran lejos de la Academia

Los tres alumnos miran de soslayo a su maestro quien decidió ignorarlos. Pero antes de poder excusarse, escucharon pasos y de entre los árboles apareció Gabriel.

La sonrisa amable de Giovanni abandonó sus labios al verlo.

—Majestad —el ojiazul se inclina en señal de respeto al verlo, y luego fija su mirada en Brian.

—Gabriel, ¿que haces por aquí? —pregunta curioso, acercándose al nombrado. Sin notar como sus tres compañeros le miraban atentos a cualquier acción de parte del de ojos azules.

Les preocupaban que el alumno de Durmstrang intentará lastimar de nuevo a su amigo.

—Sus compañeras les estaban buscando, y pensé en venir a buscarles yo, ya que falta poco para que empiece el acto —responde serio, y el príncipe avanza junto a su mayordomo.

—Es mejor volver entonces.

Satoru suspira resignado de no poder cumplir su pequeña broma a Claudia. Sus alumnos también avanzaban hacia Gabriel para retirarse.

Pero nadie podría esperarse lo que vendría a continuación.

Brian se detuvo de golpe, confundiendo a los demás. Fijando su mirada hacia atrás, en un segundo sus ojos cambiaron por su alter ego.

Se movió con rapidez hacia Giovanni, y con su mano atrapó una flecha negra que se dirigía al rostro de este. Todos se exaltaron, ya que nadie había escuchado o notado de donde venía la flecha.

—¡Majestad!, ¿se encuentra bien? —pregunta su mayordomo, examinando detenidamente al príncipe.

—Estoy bien Leopoldo —musita impasible, observando la flecha en la mano del castaño.

LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora