Ramé, una palabra que pocos conocen. Es de origen balinés y significa que algo es hermoso y caótico a la vez. Y ahí estábamos, ese 3 de octubre en el colectivo a punto de vivir algo que yo describiría, posteriormente claro, Ramé. Me acuerdo perfectamente ver a la gente correr con camperas, paraguas en sus cabezas para cubrirse de la lluvia. En ese momento nadie sabía que lo que habían anunciado como una simple lluvia con granizo, iba a ser una que matara a mucha gente, una que hiciera que todos nos encerráramos en casa, sin luz, sin electricidad y por varios días...
Pero para contarles un poco como lo viví yo, voy a empezar por el principio, porque sería una estupidez comenzar por el final y decirles que termine encerrada con varias personas en una casa que no era mía, y tampoco de ellos, y que me termine enamorando de uno de ellos. El lunes 3 de octubre para mucha gente empezó en sus casas, con una manta cubriéndolos del frio, viendo las gotas caer y chocar contra sus ventanas mientras se miraban una serie o tomaban mates. Para mí, empezó yendo a la Facultad de Derecho con una de mis mejores amigas apodada "Canela". Íbamos en un colectivo, más precisamente el 87, cuando Candela recibió un llamado de su mama diciéndole que vuelva a su casa porque la tormenta parecía ser peor. Nos reímos juntas de la exageración y volvimos a nuestra charla anterior a ese llamado: lo lindo que era uno de los chicos que se encontraba parado casi en el principio del colectivo. Pero esa charla duro dos segundos porque de repente el autobús se frenó, y eso es todo lo que recuerdo aunque lo que nunca me voy a sacar de la cabeza es todo lo que sentí cuando me desperté.
Lo primero que sentí fue el fuerte dolor de cabeza, lo segundo fue mi pie enganchado en uno de los asientos del colectivo, y lo tercero fue la desesperación de no ver a Candela a simple vista. Las ventanas estaban rotas y la lluvia entraba asique me cubrí mis ojos con mi brazo. Cuando intente sacar mi pie no grite del dolor, llore. Hasta que vi a alguien con los ojos abiertos del otro lado, a simple vista parecía bien pero lo cierto es, ¿quién está bien después de tal accidente? Le hable para que me escuchara y no reacciono hasta que le suplique que me escuche porque si no, nos íbamos a prender fuego acá adentro. Ahí asintió y yo lo guie para que se fijara si tenía alguna fractura o lesión, me dijo que no sentía ningún dolor más que simples moretones por lo que le pedí que tratara de pararse y viniera a ayudarme. Me ayudo, me saco el pie después de decirme que estaba, literalmente, empezando a estudiar medicina, lo cual me importaba poco en ese momento. Y cuando me logre parar, busque y grite para encontrar a candela. Vi como algunas personas también estaban recuperando la conciencia. Por suerte, no estaba viajando mucha gente en ese colectivo ese día. Logramos salir junto con otro par de personas y busque a mi amiga por todos lados, nunca entendí como ni porque estaba tan calmada y ni siquiera me caía una lagrima cuando estaba pisando con un pie que estaba sangrando y mi mejor amiga no estaba por ningún lado. Los demás estaban ayudando, en otras circunstancias yo hubiera ayudado pero primero tenía que encontrar a Cande. El lugar era un caos, la gente lloraba, gritaba para buscar a alguna persona igual que yo- Tu pie está sangrando, necesitas ayuda – se acercó un chico y me tomo del brazo para hablarme.
- No, mi... mi amiga, yo necesito encontrar a mi amiga –no estaba llorando ni sentía el dolor pero me costaba mucho formular una frase.
- Está bien, yo te ayudo. Describime como es, ¿Queres?- Y cuando estaba a punto de decírselo, la vi. En el piso, con medio auto aplastándola asique corrí como pude hasta ella y le tome el pulso. No tenía, asique grite y empecé a hacerle RCP, lo cierto es que no sabía cómo asique el chico me freno diciéndome que no había nada que hacer y yo claramente me enoje y le grite. Mi mejor amiga estaba en el piso, muerta.
Eso fue el principio del caos. Me quede sentada debajo de la lluvia, muerta de frio tomando su mano y simplemente mirándola. Creo que no terminaba de entender lo que estaba pasando, pero un grupo de personas se acercaron a mí. Eran como diez personas.
- Ella... ¿está muerta?- pregunto con miedo y yo asentí, no sé como pero lo hice- Veni, vamos a buscar un lugar para refugiarnos de la lluv –pero la freno el ruido de un relámpago que nos hizo asustarnos a todos y a mi soltar la mano de Candela.
La chica me toco el hombro y me ayudo a pararme, no quería dejar a candela sola pero tampoco quería morirme de la hipotermia o de todo lo que podía pasar. Recuerdo caminar en silencio con ese grupo de gente, lo único que se escuchaba era el llanto de una chica. Fuimos tocando las puertas pero pocos nos abrieron y los que sí lo hicieron nos sacaron apenas les pedimos ayuda. Yo solo los seguía a ellos, no hablaba, no lloraba, nada. Era como que estaba en automático. Recuero que en mi cabeza solo pensaba en la cara de candela pero me sacaron de ese pensamiento cuando llegamos a una casa y uno de los chicos, después de que tocaran por unos minutos la puerta, nos aclaró que estaba abandonada, asique empezaron a forcejear la puerta para poder abrirla. Lo cierto es que hasta el día de hoy no estoy segura si realmente la casa estaba o no abandonada pero el punto es que lo logramos abrir y entramos. Revisaron todo mientras una mujer me preguntaba algunas cosas porque al parecer era la única que había perdido a alguien en este colectivo. Querían ayudarme, pero no lo estaban haciendo. Yo solo necesitaba que se callaran para que mi cabeza pudiera pensar en frio.
Cuando me recupere un poco, si es que eso era posible, me levante y ayude a cerrar las ventanas que estaban rotas con cinta. Otros estaban buscando mantas, revisando cajones para ver si había cosas que sirvieran para curarnos las heridas, y otra, en específico, estaba llorando en el sillón de la sala donde entrabas.- Bueno esto es todo lo que conseguí, creo que la más grave es... -y cuando escuche el silencio de todos que estaban alrededor del sillón donde estaba sentada junto con la llorona, levante la cabeza y supuse que estaba esperando que le dijera mi nombre.
- Mariana -con suerte lo escucharon. Se pusieron a debatir que tenían que hacer con mi herida del pie hasta que me canse -lo que sea que vayan a hacer, háganlo ya y por favor calmen a la llorona –una de las chicas se rio suavemente y asintió sentándose al lado de esta y abrazándola.
- Ella es bella, mi hermana. Es un poco sensible –y creo que si en ese momento sabia a lo que se refería, me iba corriendo de ese lugar. También me acuerdo perfecto la envidia, no sana, que sentí de que las dos estuvieran bien ahí, sanas y salvas pero sobre todo juntas
- ¡Miren! –exclamo uno que venía de un pasillo –es como un woki toki. Podemos buscar a alguien y pedir ayuda –en ese momento recordé mi celular y lo busque en mi bolsillo del jean que llevaba puesto pero lo encontré todo roto.
- Creo que hay que organizarnos, ¿Porque no primero tratamos de curarnos?, tu cabeza está sangrando y el pie de mariana está a punto de salirse prácticamente –y recuerdo pensar en mi cabeza que no era muy bueno alentando a la gente porque mire mi pie y entre un poco en pánico aunque no lo dije.
Y a pesar de eso, nos organizamos. Me enrollaron mi pie con una manga de una campera y me encontraron un palo de hockey para poder caminar sin forzar tanto el pie. Y después nos sentamos en ronda en el piso para ver si podíamos lograr una manera de comunicarnos con alguien ya que claramente con una tormenta así no había luz ni electricidad. Cada relámpago que había me asustaba y creo que una chica lo noto por eso me acaricio la espalda con una sonrisa, ella era la misma que había consolado a la llorona antes. Hablamos con un señor que al principio no nos entendió porque hablamos todos juntos, pero después cuando le pedimos ayuda nos dijo que la policía no salía a las calles, que los hospitales no mandaban ambulancias y que todos, TODOS estaban sin luz ni nada de todo eso. Pero lo que nos aterro mas es que, después de unos segundos donde todos entendimos que nadie nos iba a rescatar el señor hablo de nuevo: "Van a tener que cuidarse solos, esto seguro dure varios días..." Y ahí sí, ahí si mire a cada uno a sus caras y me di cuenta que con ellos iba a tener que sobrevivir. Con ellos y con él...
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Ramé
RomanceLluvia, caos, un accidente y diez personas que se ven obligadas a convivir juntos por un tiempo. Necesitan sobrevivir, y piensan hacer lo que sea necesario para esperar a que la tormenta pase y poder salir para ir con sus familias. Aunque bueno, no...