Ramé

Capítulo 2: "Simplemente sobrevivir"

Ese primer día estuvimos casi todo el tiempo dispersados por la sala de estar cada uno en su mundo. El único momento en el que se juntaron varios menos yo, bella, que para ese entonces ya era la llorona, y un chico más que no había hablado nunca, fue para organizarnos para dormir. Habían un par de habitaciones arriba asique sacaron los colchones y los pusieron todos en el especie de living. Como yo no me moví casi, me dieron una manta y me dejaron el sillón para mí.

No dormí, nada y creo ver que nadie lo hizo, y los que si se despertaron por los relámpagos. Mi panza no dejaba de crujir del hambre que tenía.
A la mañana siguiente vi irse al chico silencioso hasta la cocina y quise saber que pensaba hacer asique lo seguí en silencio y lo descubrí mirando por una de las únicas dos ventanas que estaban sin romperse. Apenas entre se giró para verme y creo que lo asuste un poco. Después volvió a mirar a la ventara pero supongo que se acordó de mi pie y por eso bajo su mirada hasta él.

- ¿Duele? –y ahí fue cuando me di cuenta que era el chico que estaba hablando con Candela antes de que todo eso pasara.

- Me... me duele más la panza del hambre que tengo –no sé porque en ese momento hable con el pero lo que si se es que no había hablado con nadie más de tres palabras.

- Hay un supermercado a dos cuadras –dijo bella cuando entro a la cocina, me hizo asustarme a mi esa vez.

- ¿Queres ir con toda esta lluvia a un lugar que posiblemente este cerrado? Sos grosa eh... -creo que tenía como un odio especial por ella en ese momento.

- Sin comida no vamos a sobrevivir, no sé ustedes pero yo no quiero morirme de hambre cuando sobreviví a un accidente donde mucha... -y se calló, es el día de hoy que agradezco que lo haya hecho porque la hubiera golpeado si seguía. Y lo hizo por mí, porque era la única que había perdido a alguien en ese maldito colectivo.

- Tiene razón –hablo el chico misterioso -capas hay alguien refugiándose como nosotros pero en el supermercado.

- Exacto...

- Okey, pero vamos solos y nadie se entera –dije yo.

- Pero mi hermana-

- Solos y nadie se entera –Repitió el chico.

Cruzamos el living caminando muy despacio, tomamos una manta para cubrirnos y salimos. Salimos y nos dimos cuenta porque el relámpago de ayer a la noche había sonado tan cerca. A unas cuadras a la derecha se veía una casa incendiada. Pensé en ir a ayudar pero eso se me borro cuando Pedro, hoy lo sé pero en ese momento no sabía cómo se llamaba, empezó a caminar para el lado contrario. Mire a bella, que tenía la boca cubierta con su mano para aguantar el llanto que igualmente no se distinguiría por la lluvia nos estaba empapando, y corrí para alcanzarlo e ir caminando muy rápidamente porque además de que la lluvia molestaba podía caer granizo en cualquier momento, podían robarnos, podían incluso, matarnos. Cuando llegamos la llorona hizo lo suyo y lloro cuando nos dimos cuenta que no había nadie adentro. Aunque el chico del autobús rápidamente agarro un fierro que había a un costado y empezó a abrir la puerta. Le pregunte si estaba seguro porque aunque parecía no era un apocalipsis por lo tanto nos iban a meter presos si se enteraban. Pero el me callo cuando me explico que no había manera de que lo sepan porque las cámaras no funcionaban. Asique lo ayude y tardamos como 15 minutos en abrir la puerta mientras bella se quedó apoyada en la pared porque se asustó cuando un árbol se cayó. Y entramos, entramos y fue como ver el paraíso después de estar en el infierno. No organizamos y nos dividimos los pasillos. Bella fue al de la ropa, Pedro a buscar mantas y cosas que nos sirvieran para sobrevivir y yo al de la comida. Lo primero que hice fue agarrar unas galletitas e ir comiendo mientras ponía cosas en el chango que sirvieran, recuerdo perfecto dudar si poner todas las botellas de agua que encontré pero lo termine haciendo junto con latas de distintas cosas, arroz, pan, galletitas, también puse algunas papas y cuando estaba por abrir unas sabor a chédar el apareció en mi pasillo y dejo algunas cosas mientras tomo un paquete y abrió otras papas

- ¿Bella? –pregunte.

- No lo sé, supongo que debe seguir buscando ropa, esto también pone –y tiro al chango un par de Doritos a lo que reí y agarre un par más.

- Son mis snacks favoritos.

- ¿De quién no?

- ¿Está muy mal si decidimos guardarlos en un lugar y no compartirlos?

- En la habitación de arriba hay un cajón, pienso guardarlos ahí –reí y el siguió agarrando cosas mientras caminábamos, yo llevaba el carrito.

- ¿Cuánto tiempo estaremos encerrados?

- No soy meteorólogo –respondió un poco de mal humor asique decidí no seguir hablando –perdón –supongo que capto el problema.

- Esto es todo lo que me parece que vamos a poder llevar –dijo bella apareciendo en el pasillo.

- Mierda –ahora las dos nos giramos para ver lo que él estaba viendo y nos dimos cuenta que un árbol se estaba a punto de caer

- Tenemos que salir ya porque si cae en la puerta no vamos a poder salir –les dije y empezamos a correr con los changos, si hubiera sido una película este momento sería sin duda de comedia. Logramos salir aunque el árbol termino cayendo cerca pero no sobre la puerta.

Cuando llegamos a la casa todos mojados suspiramos y todos estaban juntos en ronda supongo que preocupados por nosotros. Nos miraron, la hermana de bella lloro y corrió a abrazarla.

- No pueden irse así, ahora estamos todos juntos. No sabíamos dónde estaban y podría haber pasado cualquier cosa –Me reí y tome del chango de bella un poco de ropa y me fui al baño que había al final del pasillo para cambiarme. Estaba muriendo de frio pero cuando salí me di cuenta que todos nos estaban puteando a los tres.

- No somos una familia, okey? No pretendan que nos cuidamos los unos a los otros, porque acá a todos nos chupa un huevo lo que le pase al otro, no nos conocemos, no sé ni siquiera sus nombres –dije fríamente, si supiera lo que iba a pasar...

- No me importa eso, no pueden salir los tres sin avisar

- Les trajimos comida, no rompan –dijo Pedro y tomo sus paquetes de Doritos para subir arriba, yo me senté en el sillón y simplemente me dedique a ver como guardaban todo en la cocina y se sorprendían de la cantidad de cosas que habíamos traído.

- Ahora que pienso... en el colectivo, los conductores tenemos unas radios que –y ahí me hizo un clic-

- ¿Vos sos el conductor?

- Si, y te decía que – de nuevo lo interrumpí

- ¿Perdón? ¿Y vos que carajo estás haciendo acá? Por tu culpa estamos acá en la mierda. MI AMIGA ESTA MUERTA, TIRADA EN EL MEDIO DE LA CALLE. LO UNICO QUE TENIAS QUE HACER ERA FRENAR EL PUTO COLECTIVO -y para ese punto de mi enojo, yo ya me había parado y todos se habían acercado a nosotros. El señor quería decir algo pero creo que me tuvo miedo y no lo dijo. Algunos trataron de calmarme pero yo ni siquiera les preste atención- ES TODO TU PUTA CULPA Y ENCIMA TE VAS A REFUGIAR CON NOSOTROS

- Mariana...

- CALLENSE, NO ME CONOCEN. PARA NADA, DEJEN DE FINGIR QUE TODO ESTA BIEN, NOS VAMOS A MORIR ¿OKEY?

- PARA, no hables por demás. Deja de echar culpas y busquemos la solución

- SE MURIO MI MEJOR AMIGA, ¿CAPTAS ESO IDIOTA? – sí, tenía y tengo poca paciencia – todo tu culpa– dije antes de subir las escaleras y encerrarme en una habitación que encontré.

Ese día había empezaba bastante bien, con comida y termino horriblemente mal, solo salí para buscar algo para comer y me di cuenta que la casa prácticamente estaba dividida en dos. Los que queríamos sobrevivir simplemente, y los que querían sobrevivir juntos. Él y yo... estábamos en el primero.