Capítulo 5: "No más perdidas por favor"

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Séptimo día, ya estaba más amigada con todos. La noche anterior, de hecho, nos habíamos quedado charlando después de cenar y la verdad es que a pesar de que no aporte mucho me sentí cómoda. No hace falta aclarar que Peter era con quien más hablaba. Siempre en las noches que nos cruzábamos de cuarto buscándonos físicamente, pero claro está que lo físico empezó a ser un poco una excusa. Un poco, porque la necesidad física estaba, y la saciábamos pero después de eso siempre nos quedábamos hablando. Aunque nunca de nuestras vidas. Todavía me pregunto que hubiera pasado si él era un asesino o algo así, al fin y al cabo ninguno sabía nada del otro.

Ese día me desperté en su cama, tome la toalla que habíamos robado de mi habitación y baje despacio las escaleras para no despertar a nadie. Tincho ya lo estaba y cuando le levante la toalla para que entendiera que estaba por hacer asintió y volvió a apoyar la cabeza en su almohada. Fui hasta la cocina donde había una puerta que salía a un pequeño patio. Los primeros tres días la teníamos cerrada con muchas cosas encima para que nadie pudiera meterse a la casa pero desde el cuarto día que lo sacamos y salíamos a bañarnos. Por separado claro. Teníamos un jabón, una crema de enjuague y shampoo, y una toalla cada uno. A pesar de que el frio era abismal una necesidad básica es bañarse asique me desnude dejándome el corpiño y mi ropa interior claramente y salí para rápidamente bañarme con el agua de la lluvia. Cuando entre me enrolle en la toalla y sentí el frio demasiado fuerte asique agarre mi ropa, y subí en puntas de pie pero rápidamente hasta mi habitación y me cambie. Pero apenas termine de hacerlo se escuchó un ruido de una ventana y me di cuenta que venía de la habitación de Peter porque era la única ventana que quedaba bien, asique corrí y cuando entre tuve que taparme los ojos porque la lluvia entraba demasiado fuerte junto con el viento. Vi a Peter en la cama y me di cuenta que estaba sangrando en la panza. Tincho entro también corriendo y entre los dos lo sacamos de la habitación y se quedó acostado en el pasillo.

- No, no, no, no –dije a la vez que buscaba la manera para ayudarlo porque un pedazo de vidrio estaba clavado en su panza.

- LLAMEN AL SEÑOR QUE ES UN DOCTOR –grito bella que se arrodillo con nosotros. Úrsula salió corriendo y cuando volvió estaba hablando con el señor.

- Pero si sacamos el vidrio se va a morir –dijo Tincho mientras yo estaba un poco en shock, busque la mano de Peter y al sentirla no tan fría suspire un poco aliviada porque las de Candela estaban completamente frías.

- No, no se va a morir, tienen que sacarlo y junto con unas vendas, ¿tienen?

- Sí, tenemos –las agarro del especie de botiquín que habíamos armado y me miro –vas a sacar el vidrio a la cuenta de tres.

- No... –intento decir Peter que estaba consiente pero dolorido.

- Hay que sacarlo Peter, va a estar todo bien. Va a doler pero va a estar todo bien –le dijo Tincho y me miro yo negué rogándole que no lo hiciera yo pero el asintió.

- Háganlo rápido pero con cuidado de no moverlo mucho

- Uno... -preparo un bollo de vendas y yo mire a Peter que cruzo su mirada con la mía- Dos... -Bella se tapó los ojos, Gigi le puso un pedazo de tela en la boca para que mordiera cuando le doliera y yo puse mis manos alrededor del vidrio- Tres, ahora Marian –lo hice, y Peter grito del dolor, yo cerré los ojos y las lágrimas no dejaron de salir. Cuando los volví a abrir Peter estaba inconsciente y Tincho siguiendo las instrucciones de nuestro nuevo amigo Nicolás.

Agustín me levanto porque yo solo estaba a un costado arrodillada con el vidrio en la mano aun y con la mirada perdida. Me corrió un poco y me curo las manos que estaban cortadas por el virio ya que de los nervios lo apreté demasiado. Escuche que el medico dijo que habían hecho todo bien según su parecer y que ahora lo mejor era trasladarlo a una cama. Así lo hicieron entre el chino, Tincho, Gigi y Bella. Yo me quede con Agustín vendándome a mí. Cuando salieron Gigi se tomó el atrevimiento de abrazarme y yo la deje hacerlo. Les pregunte como estaba y Tincho me hizo un resumen de lo que le había dicho el Doctor Nicolás. Después ayude a el chino a acomodar la pieza y con mucha dificultad pudimos tapar un poco la ventana pero igualmente decidimos no usar esa habitación, agarramos las cosas que el tenia ahí adentro y lo sacamos. También sacamos el colchón pero deje de ayudar porque quise ir a ver a Peter. Me senté en mi cama, prendí la vela que estaba sobre la mesa de luz de mi habitación porque estaba todo a oscuras y levante la remera que le habían puesto los chicos para ver la herida. Estaba toda cubierta con vendas pero aun así me recorrió una especie de escalofríos de recordar ese momento

- Ey... -dijo y me di cuenta que tenía sus ojos abiertos.

- Hola... -nos quedamos callados unos segundos. El con sus ojos cerrados y supongo sintiendo el dolor y yo simplemente con mi mirada en el – ¿Cómo te sentís?

- Como si me hubieran calvado un vidrio en mi panza –reímos y él se quejó del dolor – no debería reírme mejor –asentí –es tu cumpleaños –sonreí y revolee los ojos

- Peter, no es momento de pensar en eso

- Es aburrido pensar en todo lo que está pasando. Es mejor poner la cabeza en otra cosa y tu cumpleaños me viene bien. Había pensado que podíamos pasarlo con mucho sexo pero aparentemente no voy a poder

- No, me lo debes –el asintió y sonrió y ahí fue cuando me cayó una lagrima. A decir verdad era una mezcla de emociones –no, no quería hacerte llorar, vamos a poder celebrar igualmente

- Fue fuerte Peter, tuve que sacarte el vidrio de adentro tuyo. Si morías era mi culpa

- No morí, estoy acá y no hace falta que pienses en eso cuando no paso –me tomo la mano y negué- ya paso, parecemos un matrimonio –reí y seque mis lágrimas inútilmente- feliz cumpleaños La

- ¿Cómo fue que pasaste de decirme Marian a La? –y el rio por eso se quejó y tuve que pedirle perdón con mi vos nasal y mis lágrimas aun cayendo –gracias, hace mucho nadie más que mis amigas me felicitan

- Ah, bueno en ese caso podrías decirle a todos que es tu –me vi obligada a interrumpirlo

- No, no quiero que nadie se entere. Con que vos lo sepas está bien –el asintió y yo me acerque para besarlo y el sonrió y me acaricio la espalda. Después me deje acostar en la cama sobre su pecho

Estuve con él toda la tarde, merendamos en mi habitación junto con Tincho que se sumó. En la noche me entere que no fue capaz de guardar el secreto y resulta que cuando Gigi fue a comprar el día anterior le pidió que buscara una vela para soplar y unos Doritos. Ambos me desearon un feliz cumpleaños, sople la vela y comí los doritos mientras hablaba con ellos. Y me termine durmiendo en mi cama pero con un almohadón separándonos porque tenía miedo de golpearlo y lastimarlo. Cuando estaba a punto de dormirme el momento en el que le saque el vidrio a Peter vino a cabeza de vuelta. No lo supe en ese momento pero no se me iba a borrar nunca de la memoria, igual que la imagen de Candela abajo del auto. Esos dos momentos me atormentarían por no meses, si no por años. 

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora