Tom Varon siempre ha creído que es mejor pedir perdón que pedir permiso. Jamás se ha arrepentido de nada excepto de una cosa: No traer sus zapatillas deportivas. Está corriendo a través de los pasillos huyendo de un novio furioso al que dejó sin novia. Corre tan rápido como puede, las chicas no pueden apartar la mirada de su cabellera rubia bailar con el viento. A través de su tez empiezan a deslizarse pequeñas gotas de sudor. "Un adolescente en su máximo esplendor" susurró una chica al verlo pasar.
"Que sexy"chilló otra.
Él ya se estaba agotando de tanta carrera, debía encontrar un escondite. Pronto.
Del otro lado de la escuela hace unos minutos...
Emma Gomez siempre había seguido las reglas del colegio, pero este día era diferente. En plena clase de Algebra, sintió un liquido correr en sus pantaletas. Necesitaba una toalla higienica, con urgencia. Sin embargo, no tenía dinero y ni Selene ni Bella tampoco tenían ni uno, se le ocurrió, entonces, robar uno del baño para discapacitados. -"Allí son gratis" pensó. Era una emergencia.
Salió corriendo al sonar la campana y cuando nadie la veía se metió en el baño. Exhaló profundamente antes de mirarse en el espejo, temía haberse manchado la falda del uniforme. "Gracias a Dios "suspiró con alivio. Estaba limpia.
Ella se aproxima al inodoro y se baja las pantaletas para encontrarse con una pequeña mancha roja." Parece Japón" se rie entre dientes mientras coloca una toalla higienica.
No obstante, las risas terminaron cuando escucho a alguien más entrar al baño. Había olvidado poner el seguro. "¡Demonios!" piensa. Esa persona cierra la puerta de golpe, se le escuchaba agotado. Ella temía que fuera un alumno discapacitado que necesitara el baño, pero la verdad era mucho peor.
La intimidaba la figura de un chico rubio cubierto en sudor apoyando su peso en la puerta. Estaba de espaldas. Emma daba gracias al universo que el chico no volteara en ese momento pues ella se encontraba justo detrás de él, sentada sobre la tasa del inodoro, con las pantaletas en las rodillas y su cara como un tomate.También, se escucha desde el pasillo las voces de otros chicos. "No está aquí, se debe haber ido al segundo piso". "Vamos" dijo otro. Emma aprovechó el poco ruido para pararse y subirse las pantaletas en un magninmo movimiento digno de los atletas que corren una maraton. Entonces, decide jalar la palanca, no tenía otra opción, después de todo había sangre en el inodoro y ni en sus sueños querría que ningun chico viera eso.
A Tom se le cortó la respiración, hasta el momento había estado atento a los sonidos de afuera, no se había dado el tiempo de examinar el baño. Él se reincorpora y gira lentamente topandose con la imagen de Emma.
Ambos abren los ojos cual buhos ... Tom, sin soltar ni una vocal, se gira nuevamente hacia la puerta para escapar de tan humillante situación, no obstante, se da con la sorpresa de que la puerta está atorada. "¿Que de-" comenzó a discutir con la puerta.
Emma no sabía que hacer, excepto rogar para que la tierra se la tragase en ese preciso momento. Ella se resondra a si misma por haber ingresado a ese baño y reniega para sus adentros, debía salir de esa incómoda situación. Había reconocido al instante a Tom. "Es aquel chico que siempre está en la boca de todos... y sobre todo en todas" pensó. Él era atractivo, sí. Pero lo había visto en clase, era relajado y vanidoso. La última persona con la que habría querido quedar atrapada.
Tom Varon.
Él, sin embargo, no la reconoció de buenas a primeras. "¿Eres de primer año? " preguntó a lo que ella lo fulminó con la mirada. "Ya veo que no... Al menos no eres una lisiada, habría sido muy incómodo"
"Es un idiota" pensó ella. No quería hablar con él.
Tom mira el reloj de su muñeca, estaba viejo y desgastado. Emma notó que desentonaba con sus zapatos super caros. "Faltan dos minutos para que toque la campana, será mejor pedir ayuda" dice Tom, acto seguido comienza a gritar a los que pasan por la puerta.
ESTÁS LEYENDO
UGLY HEART || Una historia original de M.A.L
Ficção AdolescenteEmma sueña con encontrar el amor. Tom solo quiere divertirse. Por azares del destino, ambos quedan encerrados en el baño de discapacitados. Desde ese día, todo la escuela piensa que tuvieron sexo. Él se enamora perdidamente de la idea de acosta...