el fin del principio

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POV Flavio

La tarde con Hugo y Eva pasó bastante rápida, nos lo pasamos genial cuando nos reunimos los 4, pocas veces me he sentido tan cómodo.

A pesar de eso, mis nervios aumentaban por cada toque que dara la aguja del reloj.

Esta noche quería pedirle salir a Anaju, pero salir de verdad, comprometernos a ser algo y dejar de dudar sobre qué decir cuando nos preguntan qué somos.

Hablé con Hugo a escondidas mientras Eva le contaba cosas sobre cómo podría hacerlo, y me propuso ir a la colina que hay a las afueras de la ciudad. Se ve el anochecer muy bonito allí, y quiero que el momento sea especial.

Me tiré toda la tarde jugueteando con mis dedos y con subirme las gafas constantemente, nunca me había puesto así por nada ni por nadie, y no sé cómo tomármelo.

La tarde se adelantó y llegó el momento de la despedida.

— Bueno, ya nos veremos mañana. — Habló la de ojos azules sonriente.

— Claro. — Respondió su amiga también sonriente, para luego abrazarse.

Yo, mientras, me despedí dándole otro abrazo a Hugo, y este se acercó a mi oído.

— Suerte. — Dijo en una leve risa mientras susurraba, yo también reí y le di suave en la espalda para separarme y darle otro abrazo a Eva, gesto que imitó Anaju con el rubio.

La pareja se fue del parque y yo miré a la chica que aún permanecía a mi lado.

— Quiero llevarte a un sitio. — Me miró sonriente.

— Pues vamos donde quieras. — Sonreí de vuelta y caminé de su mano hacia mi moto.

Ahí nos subimos ambos con nuestros respectivos cascos, y arranqué dirigiéndome hacia la colina.

En ese trayecto sentí muchísima paz. Sólo con sentir la respiración de Anaju contra mi cuello me hacía estar más tranquilo.

Ambos nos bajamos cuando llegamos a la colina, aunque ella se quedó sin habla mirando como el sol se va escondiendo entre las montañas.

Sonrió, y eso hizo que mi seguridad aumentara respecto a que las cosas estaban yendo bien.

Acaricié su cintura y caminé con ella unos cuantos pasos hasta llegar más adentro de aquella colina.

— ¿Y este sitio? No lo conocía. — Pregunta con curiosidad, sonriente.

— Una sorpresa. — Emití una risa nerviosa y ella me miró.

— ¿Pasa algo?

— Hm... A ver, Anaju, necesitaba decírtelo ya, si no, explotaba. — Sus ojos se clavan en los míos mientras mis manos permanecen acariciando su cintura. — Hace tiempo que quiero decírtelo. Demostrarte lo que siento, ya que nunca lo hice bien. No sé si alguna vez pensaste o dudaste sobre mí, aunque eso no quiero saberlo ahora. — Negué. — Solo quiero que sepas que aunque llevemos poco tiempo, ya siento que quedarme contigo, a tu lado, eres hogar, Anaju, eres casa. — Respiré profundamente tomándome una pausa. Sentí que vomitaba las palabras, no sabía bien cómo ponerles un orden.

Su mirada se mantenía fija en mí, asomando una leve sonrisa que lo único que provocaba en mí eran mariposas de esas que dicen, por primera vez las sentía.

— Y... Pensándolo, creo que mi lugar es en tu casa, en ti, contigo. Quiero estar contigo, Anaju, y no como ahora... Quiero hacerlo siempre, salir juntos, y tener huevos de decir que somos novios cuando nos pregunten. Poder besarte más delante de gente, y que nos la suden todas las personas que intenten entrometerse, porque me dan igual. Quiero salir contigo... Y no sé si tú querrías.

Ella asiente sonriendo algo más amplia. — Claro que quiero, joder, Flavio. — Cuando me quise dar cuenta se lanzó a mis labios sin darme tiempo a reaccionar. Mis manos acariciaban sus mejillas mientras nuestros labios seguían sincronizándose y nuestras lenguas danzaban.

Cuando nos quedamos ambos sin oxígeno, decidimos separarnos al unísono, aunque nuestras manos permanecían en la posición que se quedaron.

— Te quiero. — Me susurró en volumen extremadamente bajo, para solo oírlo ella y yo.

— Yo te quiero más. — Respondí en el mismo tono.

— Como me digas eso nos quedaremos en un bucle, eh. — Ríe levemente y mi risa también acompaña la suya, aquella tan dulce.

— Contigo me quedo en los bucles que me digas. — Arrugué la nariz riendo. Me siento demasiado romántico, aunque no sé, me sienta bien poder mostrar ese lado a alguien, un lado que nadie conoce de verdad.

— Pues cuántos más mejor, así más tiempo. — Sonreímos mientras acaricio sus mejillas con mis pulgares, y ella permanece con su mirada fija en mí mientras por sus labios asoma una sonrisa divertida a la vez que tierna.

Asentí sonriente ante la propuesta, cómo para no hacerlo.

Al rato de estar dándonos abrazos y besos varios, la noche cayó, y con ella, el frío.

— ¿Te quedas a dormir en mi casa hoy? — Pregunté sonriendo.

— Por mí claro. — Sonrió de vuelta. Ambos nos levantamos y volvimos a la moto para poner rumbo a mí casa y dormir allí.

Llegamos a mi cama, ella con una camiseta mía y yo solo con unos pantalones viejos, notando su respiración contra mi cuello mientras por mi cabeza no paraban de pasar pensamientos.

No me creía que al fin me habría encontrado, que ella y solo ella habría logrado sacar otra parte de mí que yo di por perdida.

La parte mala que sacó mi padre por tratarnos mal a mí y a mi hermana y la que sacó después Samantha. En cambio ella, ha logrado que se esfumara.

Que mis insomnios se fueran, y que las pesadillas también lo hicieran, hacía tiempo que ya no las sufría desde que está.

Y sé que quiero que esté, sé que es ella la persona que quiero en mi vida, y si algún día se acabara, nada será igual con nadie por más que lo intente.

Ella es mi angelito, angelito que yo pensaba que era de cristal por la tremenda fragilidad y luz que desprendía. Pero todo lo contrario, es más fuerte de lo que pensaba, aún así, la luz la conserva y la conservará siempre.

Seamos siempre eternos, pequeña.

FIN

Bueno pues hasta aquí hemos llegado 🥺, no sé si se os ha hecho cortita, pero sinceramente no quería que se alargara mucho puesto que no quería que se tornara una novela pesada.

Espero que os haya gustado como a mí me ha gustado escribirla, y espero que estéis para conocer lo que se viene con Etéreo.

Haré un epílogo, seguramente pronto, para que sepáis que fue de nuestros flanes favoritos ;)

Muchas gracias siempre por leer y por vuestra intensidad 💞

Angelito de cristal | Flavio & Anaju. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora