Sin Escape

[•XI•]

Hermano.

-¡Alan!-espeto-Dios, no sabes lo mucho que te he echado de menos.

-¡Pequitas...! Joder, te estaba buscando. Por fin te he encontrado-me abraza más fuerte-¿Estás bien? Dime por favor qué estás bien...

Donovan mira la escena con el ceño fruncido.

-¿Y tu quién coño eres?-inquiere molesto.

-Es mi...

Me interrumpe.

-¡¿Tu qué?!

-¡Joder, que es mi puto hermano. Cálmate!-lo tranquilizo.

Donovan adquiere un aire más tranquilo y asiente. Yo me apresuro a salir de la institución abrazada con mi hermano. La gente está sigue aterrorizada, corren de allá para acá en tanto escucho las sirenas policiales y mis sentidos se ponen alerta cuando escucho un disparo.

La algarabía se hace más presente con el eco que hace la bala en dirección a mi derecha. Me doy la vuelta y mi corazón se destroza en mil pedazos cuando veo a Donovan mirando fijamente a su estómago.

-No...¡No! ¡Donovan...!-la voz se me quiebra y me abalanzo a atraparlo para que no se desplome en el suelo-No por favor...Donovan, no...

Se le van los ojos y noto como su mirada cada vez se hace más pesada. Acuna una de sus manos en mi mejilla llenándola de sangre brotante de su estómago.

-Ma'lady...¿Alguna vez te dije lo ridícula que te ves bailando?-me hace reír entre lágrimas-. Te ves ridícula pero jodidamente sensual.

Jadea preso del dolor.

-Te tomé cariño, ¿sabes?...-veo un pequeño destello de una lágrima en su ojo-Contigo me sentía muy bien.

-No hables como si fuera una despedida, Donovan, tu...-Se me quiebra la voz-¡Tu prometiste no dejarme! ¡Prometiste protegerme! ¡Joder, no me dejes sola...! ¿Quién va a protegerme ahora?

Pega su frente contra la mía.

-Me duele...-murmura.

-¡Donovan, por favor! Te lo suplico...¡Una ambulancia! ¡Una maldita ambulancia por favor...!-la voz se me quiebra con el desgarrante grito que dejó salir.

Donovan empieza a soltar mi mejilla lentamente para dejarla caer solo su estómago. Se está desmayando, lo estoy perdiendo...

-Cuídate, Grey.

Susurra y termina de cerrar los ojos mientras mi corazón se destroza en millones de fragmentos.

-No...¡No! ¡Donovan! ¡Abre los ojos! ¡Joder, te amo! Yo...de verdad lo hago. No me dejes ahora te lo suplico, vuelve...

Llegan unos paramédicos que lo suben en una camilla la cuál se dirige a la camioneta de emergencias. Uno le toma el pulso y yo lo miro cargada de una leve ilusión de que tenga pulso.

-¿Está...?-no puedo decirlo-¿Está muerto?

El alza la mirada y me mira con los labios apretados.

-Lo siento, señorita...

Las palabras llegan a mis oídos como balas cargadas de fuego destrozando mi corazón. Mis piernas flaquean y mi vista se nubla por las lágrimas. Donovan está muerto, las palabras se repiten en mi cabeza haciéndome caer en el suelo. Los paramédicos se llevan a Donovan en la ambulancia la cual se va dejándome tendida en el suelo, llorando y sobre todo rota. Rota porque lo quería, joder lo quería, me gustaba de verdad y ahora no podré verlo, no podré verlo jamás y tendré de que vivir con su bonito recuerdo.