[•II•]

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¿Icor?

Me despierto gracias a la luz diurna que se asoma por mi ventana.

Me levanto con cuidado y en silencio para no despertar a los dos cuerpos que yacen dormidos a las esquinas de la habitación, me dirijo al baño para lavarme los dientes pero detengo el paso al escuchar jadeos provenientes de la habitación de Annabel y Nova. Como soy Doña Curiosa me acerco a su puerta y pego la oreja.

-Tienes que darme más,-Se oye una voz femenina entre jadeos-Si quieres más momentos así, tienes que darme más icor.

-Sabes que no puedo-Habla una voz masculina la cuál no logro reconocer.

-Por favor, lo necesito...

-Está bien, pero hacemos esto las veces que se me dé la gana y a la hora que se me dé la gana-Se oye una risa proveniente de la voz femenina.

Separo la oreja de la puerta al empezar a escuchar gemidos. ¿Icor? ¿Qué mierda es eso?

-Buenos días, linda-Me saluda Dylan mientras se cepilla los dientes-. Vístete, ¿vienes con nosotros? Vamos a la cafetería-Asiento y me dirijo a la habitación para cambiarme.

Me visto con la correspondiente ropa deportiva; mailot, mallas y zapatillas. Me ato el cabello en un moño perfecto que no deja sin una hebra de mi pelo a la vista. Recojo mi mochila metiendo en ella una botella de agua, ropa de cambio y una toalla.

Me encamino a la sala donde están Aria, Dylan, Annabel y Nova esperándome.

-¿Nos vamos ya?-me pregunta Aria.

-Sí.

Salimos y recorremos los pasillos de las habitaciones. Caminando recuerdo la escena de hace un rato, ¿qué es Icor? ¿Y por qué la chica lo pedía? ¿Era Nova o Annabel? Y... ¿Quién era el chico? Mil preguntas se me pasan por la cabeza al imaginar cosas retorcidas... ¿Será un medicamento...? No, ¿Una...droga?

Tenemos prohibidas las salidas del centro mientras en el transcurso de la semana, solo podemos salir los viernes después de los entrenamientos y los sábados y domingos... Pero, ¿Qué tan fácil puede ser escabullir una droga en el centro? Soy tonta al hacer esa pregunta, por supuesto que sería súper fácil para adolescentes como nosotros.

Llegamos a la cafetería, nos sentamos y dejamos las mochilas a un lado.

-La cafetería es mi sitio favorito-Habla Aria con las manos apoyadas en su mentón-Hay comida deliciosa y puedes comer cuanta se te dé la gana-Aplaude.

-¿Cuantos años llevan ustedes aquí?-indagó.

-Yo llevo nueve años, estoy en Alfea desde que tengo diez.-Responde Aria.

-Yo llevo cinco años.-Responde Dylan.

-Yo llevo tres años.-Responde Nova.

-Y yo llevo 17 años.-Finaliza Annabel, y no tardo en darme cuanta de la voz femenina que tanto me ha estado dando vueltas desde esta mañana <La chica del Icor>.

Voy al comedor y veo tanta variedad de comida que me quedo boquiabierta babeando como tonta. El olor que emanan los deliciosos manjares que yacen en el comedor me dejan atontada. Escojo un trozo de pizza, una porción de arroz chino, papas fritas y una hamburguesa.

Dylan, Aria, Annabel y Nova se me quedan viendo mientras me dirijo a la mesa.

-¿Qué? Váyanse acostumbrando a verme comer como una cerda.-Respondo a sus miradas.

-Joder, eres de las mías-Aria levanta las manos para que las choquemos.

Empezamos a comer todos hasta que toda la cafetería queda en silencio concentrándose en un punto fijo; la puerta de la cafetería. De esta aparece un chico estúpidamente atractivo que...Joder, me deja babeando como bebé sin babero.

Sin EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora