[•XXI•]

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Éxtasis.

Ava.

—¡Aria, que no me sale!

—¡Joder, Ava! Te he dicho mil veces que tienes que concentrarte. Ya deja de ver a Donovan.

—¡Shhhh! No estaba viendo a Donovan.

—Ajá. Vamos de nuevo—ambas volvemos a poner las manos por encima de lo que parece ser...¿un mapa? No lo sé—. Concéntrate en tu objetivo. Siéntelo, manifiéstalo y reclámalo. Pero sobre todo créetelo.

Empiezo a sentir como una oleada eléctrica recorre todo mi cuerpo haciéndome temblar por la sensación.

—Mmm, percibo.... Nada—levanto las manos y abro mis ojos—. Aria, no sé hacer esto, en serio lo intento, pero no puedo.

—Ava, eres la bruja más poderosa que vive actualmente, ¿crees que no puedes hacerlo?

—Es que...

Paro de hablar cuando el sonido del teléfono de Aria me interrumpe. Aria lo toma y contesta la llamada.

—¿Sí?

—Joder, ¿será que puedo volver a la puta cabaña?—espeta Thomas al otro lado—. Ava lleva cuarenta y cinco minutos intentando localizarme y no lo logra.

—¡Lo estoy intentando!—exclamo.

—Vale, pues intentalo más rápido. Aria, ¿estás segura de que pertenece al alto linaje? Porque...

—¡Cállate! No vas a volver hasta que sea yo quien te localice, ¿de acuerdo?

—¡Mueve el culo!

La pelinegra cuelga el teléfono y nos volvemos a poner manos a la obra. Cierro mis ojos y estiro mis manos por encima del mapa, con la cadena de Thomas en la mano. Una oleada de imágenes empiezan a aparecer en mi campo visual.

—Veo un restaurante—hablo acorde a las imágenes aparecen—, no... ¡un bar! Llamado... ¿Afrodita?

Finalmente abro mis ojos, los cuales recorren la habitación buscando al francés que antes miraba con deseo, pero no lo encuentro.

—¡Lo hiciste!—Aria exclama—¡Lo hiciste, lo hiciste!

—¿Lo hice?—indago, confundida.

—¡Sí, sí, sí!—me abraza—. Deberíamos ir al bar a celebrar. ¿Te parece?

—Hum... Sí, genial. Vamos.

Me encamino a mi habitación para cambiarme pero el sonido de la puerta principal toma mi atención.

—¡Aria!, ¡Trajimos todo lo que pediste!—informan unas voces familiares.

Me asomo y me topo con Nova y Circe, quienes traen un montón de especias y sustancias raras en unos envases bastante extraños.

—Aria, ¿ellas... son algo?—pregunto, curiosa.

—Son brujas, Ava. Al igual que tú y yo.

Nova se acerca y me da un abrazo.

—Ay, cariño, lamento que te hayas tenido que enterar de todo esto en esta situación. Me temo a que tu estancia allá no fue buena y... me gustaría aportar mi granito de arena, así que... si necesitas algo, en serio  cualquier cosa, espero poder ayudar, ¿sí?

No entiendo por qué todo el mundo tiene complejo de protegerme...

—Gracias, Nova. Te lo agradezco—le sonrío de manera genuina—. Por ahora solo necesito aprender a usar y controlar mi magia.

Sin EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora