Omega bonito [Yoonmin]

Capítulo 6

Dio un par vueltas en el lugar, no encontraba Jimin por ahí, en ningún lado. 

Una pequeña sonrisa adornó el rostro del Alfa cuando el bonito Omega giró su asiento en la barra, tenía un traje negro impecable, una camisa con pequeños bordados y los mechones de su rubio cabello bien acomodados. 

Él se levantó de su asiento llegando con pasos lentos hasta donde se encontraba esperando. 

-Llegaste tarde -había extrañado esa dulce voz durante las horas posteriores a su llamada. 

-Te ves hermoso -no podía apartar la vista de él e inhalar ese dulce aroma a cerezas. 

-Haha te perdono -y ahí estaba esa agradable risita. 

Con cuidado  tomó la mano del Omega para caminar junto a él. 

El restaurant era tal y como Yoongi le había dicho, grande, elegante y caro. Tan solo esperaba que su clase exprés de etiqueta funcionara. 

En cuanto llegaron a la mesa donde los estaban esperando Yoongi se dedicó saludar al viejo Alfa y a su nieto, y a presentarlo. 

-Y él es Jimin, un amigo -con una gran sonrisa saludo a los otros dos hombres.

Tan pronto como se sentaron sintió la necesidad de acomodarse de una mejor manera, así que se levantó de su asiento causando que los tres Alfas que lo acompañaban hicieran lo mismo. 

El Alfa pelinegro rápidamente se acercó un poco más. 

-¿A dónde vas, Jimin? -dijo susurrando. 

-Al tocador, voy al tocador -ni siquiera quería ir al baño. 

-Subiendo a la derecha -le respondió Yoongi.

-Gracias. 

A unos pasos de alejarse de la mesa la grave voz del Alfa lo detuvo. 

-¿Ordeno por ti? -le pregunto Yoongi. 

-Si, ordena lo que quieras. Gracias.

Tras decir aquello se encaminó a su destino.  

Al llegar se encontró con la entrada ya servida en su lugar. 

-¿Y la ensalada? -se acercó un poco a Yoongi.

-La sirven al final de la comida -explicó el pelinegro. 

-Es el tenedor que conocía -formó un pequeño puchero, eso causo una pequeña sonrisa en Yoongi y en el joven Alfa. 

Algo indeciso tomó un tenedor pequeño y luego uno más grande, ¿una cuchara sería mejor?

-No sé usted -el viejo Alfa lo interrumpió de su búsqueda del tenedor -pero nunca he sabido para que sirve cada cual. 

Causo que Jimin riera y el viejo Alfa tomó el pequeño aperitivo con una de sus manos para comerlo a lo que el Omega lo imitó. 

Jimin cada vez lo sorprendía más.

El rubio Omega vio con algo de desagrado su plato, escargots habían en el. 

-¿Quién lo ordenó?

-El caballero -ah si claro, Yoongi. 

El Alfa seguía enfrascado en una conversación con el joven nieto del viejo Alfa quien también conversaba animadamente con ellos. 

-Es escargots, son caracoles -el pelinegro le dijo segundos después. 

Ya sabía eso, lo que no sabía era como los comería. 

Le pasaron unas pinzas al igual que Yoongi, tan solo esperaba ver como él las utilizaba para hacer lo mismo solo que su plan estaba fallando porque el Alfa seguía conversando intensamente. 

El Alfa le hizo un casi imperceptible ademán de que con esas pinzas podía aplastar los caracoles, así que eso haría. 

Mientras los Alfas seguían con lo suyo él trataba de comer, con cuidado sostuvo uno de esos caracoles entre las pinzas, trató de no presionar fuerte sin embargo uno de ellos salió volando directo a uno de los meseros. 

-Que resbalosos -susurró con sus mejillas sonrojas por la vergüenza. 

Tanto el nieto como el Alfa mayor rieron enternecidos. 

-Siempre pasa -uno de los meseros le respondió. 

La cena continuó sin ningún percance más de su parte. Hasta que al fin lo que estaba esperando llegó, un delicioso postre.

Tan pronto como el helado llegó decidió probar primero una de las hojitas con las que estaba decorado, su nariz de botón se arrugo al sentir el feo sabor, se sacó discretamente la pequeña hojita de la boca o eso creyó. 

-... el bastardo soy yo. Mi padre ya murió -es a lo único que prestó atención de la conversación. 

-Lo siento -el viejo Alfa lo lamentó. 

-También yo -dijo ahora Jimin.  

Aun le quedaba casi la mitad del helado cuando los meseros se acercaron par a llevarse los postres, al final solo alcanzó a tomar una cucharada más. 

No prestó atención a la conversación hasta que los dos Alfas se levantaron de la mesa y se despidieron de ellos. 

-Tenga cuidado Min que lo haré pedazos.

-Lo esperaré ansioso.  

Fue lo último que escuchó del viejo Alfa antes de que se marchara tras su nieto. 

Los errores serán corregidos al finalizar la historia.