Cap. 3

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—Malfoy. —llamó el pelinegro caminado detrás del rubio mientras cargaba unas cuantas bolsas con ropa.

Se encontraban en un centro comercial muggle comprando unas cuantas cosas para su ahijado. Era raro imaginar que Draco Malfoy gustaba de pasearse por este mundo, pero no lo culpaba, no era seguro para un Mortífago salir por el mundo mágico sin varita en mano y la guardia en alto.

Aunque, debía confesar, a él también le agradaba poder caminar por las calles de Londres sin que ningún loco fanático se le acercara para hostigarlo con elogios y alabanzas hacia su persona.

—¿Qué? —dijo distraidamente mirando la vidriera de una de las múltiples tiendas.

—¿No te parece que ya son muchas cosas? —interrogó mostrando las bolsas que cargaba.

—Nop, Teddy aún necesita un pijama y ni hablar de ti, Potter. —respondió mirando al rededor en busca de alguna otra tienda que le llamara la atención.

—Tío Daco, ¿mi padlino tabie nesita lopa? —comentó el niño.

Draco solto una pequeña risa y pillisco una de las mejillas del pequeño.

—Sí, también compraremos algo decente para él.

Entraron a una tienda y fueron atendidos por una jovencita muy amable que les ofreció unos cuantos pijamas para el peliturquesa.

Draco ingreso al probador junto a Teddy y el niño se quito el gorro que cubría su cabello -ver a un bebé de tres años con el pelo de turquesa no era normal-. Podrían pedirle al peque que cambiara su cabello a su color castaño -100% original- pero este volveria a ser de ese llamativo tono por el estado de animo de Ted, así que de todas formas era mejor que utilizara algo para cubrirlo.

—¿Po qué tengo que usa eto? —preguntó arrojando la prenda al suelo.

—Los muggles podrían creer que tienes tintura en el cabello y tú padrino y yo estaríamos en graves problemas. —explicó el rubio —Pero en cuanto volvamos podrás quitártelo, ¿sí?

Teddy asintió no del todo conforme con eso.

Después de probarle los pijamas y decidir cuales llevarían volvió a colocarle el gorro y salieron del vestidor.

—¿Ya nos vamos? —preguntó Harry quien estaba sentado en uno de los sillones que habia en la tienda, muriendo de aburrimiento.

—Por supuesto que no, ahora levanta tu trasero de ahí y sigueme. —ordenó el blondo y Harry suspiro e hizo lo que le ordeno.

Recorrieron la tienda y Draco selecciono unas cuantas prendas para el pelinegro, luego se las extendió y le indico que fuera a los probadores.

Teddy y él aguardaban sentados en los sillones mientras platicaban sobre criaturas mágicas.

—Hola. —saludó la muchacha que los atendió anteriormente.

—Hola.

—¿Cómo le quedaron las prendas al pequeño?

—Muy bien, llevare estas dos. —dijo extendiendole una pijama de dinosaurio y otro más elegante que era blanco con un estampado de estrellas amarillas.

—Ire a registrarlas, si necesita algo más para su hijo no dude en llamarme. —dijo amablemente la joven.

—Oh, no, él es mi sobrino. —aclaró Draco un poco incomodo.

—Oh, pensé que él era su hijo, mil disculpas por la confusión. —se disculpo levemente avergonzada.

—No se preocupe. —la chica asintió y se marcho para continuar con su trabajo.

El Favorito de Teddy. [Harco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora