Capítulo 3

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~Draco~

Las cosas en la vida de Draco no se veían nada alentadoras. Ya era imposible para el negar que su padre era un mortífago y de los peores, y que claramente esperaba que él siguiera sus pasos, más pronto que tarde. Eso solo lo aterraba más.
El Señor Tenebroso se había asentado en la mansion Malfoy ese verano, y era normal escuchar peleas y gritos de ayuda de las víctimas de los hombres lobos. Todo el ambiente era lúgubre y tenso, Draco comenzó a sufrir trastornos alimenticios debido al estrés que lo hacían vomitar cada cosa que le entraba a su boca, no podía dormir bien y pasó la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación tratando de sacarse de la cabeza que esto no iba a parar en un futuro cercano. Cada día que pasaba era una tortura muy lenta, pero el agradecía cada hora que pasaba, porque era una hora más cerca de irse de ese lugar a Hogwarts,  ahí al menos podría pensar en otras cosas, podría ver a Potter.
Desde que vio como era todo con el Señor Tenebroso, entendió que lo que hacía el Trío de oro, peleando con el, aun a su corta edad, era digno de admiración. Potter había peleado con el tantas veces, mientras él ni siquiera podía hacerle frente a su padre y decirle que no quería seguir sus órdenes. El respeto que tenía hacia a Potter hinchaba su pecho, de la misma forma que el anhelo y el resentimiento por no haber logrado ser su amigo en ninguno de los años que llevaban siendo compañeros, pero aun así, el hecho de que cara rajada lo considerará su rival y que siempre le siguiera sus peleas, lo consolaba, al menos él era algo en la vida de... Harry.

*********

Era el segundo viernes desde que habían entrado en Hogwarts, y se sentía humillado, y más solitario que nunca.

Estaba sentado en el piso del baño de hombres, escondiendo la cara en sus rodillas, con una de las cartas que su padre le mandaba cada semana contándole cosas que el no quería saber, porque sabía que mientras más le contará, más cerca estaría el día en que la carta de su padre le dijera que el Señor Tenebroso se había interesado en él.  No era tonto, entendía que el era perfecto para ser los ojos y boca de Voldemort dentro de Hogwarts, pero el no quería tomar esa posición, por eso es que cada carta que le llegaba lo hacía sudar frío y lo enfermaba. Quería gritarle a su padre que el no estaba interesado en nada de eso, pero temía que este nunca más lo mirara, no quería el repudio del hombre que había admirado toda su vida.

Por otro lado estaba Potter, el maldito Potter, quien parecía encontrar insignificante su existencia. Sino,  porque es que ya no le contestaba ninguna de sus provocaciones. Ni siquiera lo miraba, simplemente lo rodeaba y de iba, siempre dejándolo con las palabras en la boca. ¿Es que acaso el tampoco era suficiente para el maldito niño dorado?

Estaba harto. Las lágrimas corrían por su cara en contra de su voluntad, al final haberse ido de su casa no mejoraba nada. Estaba corriendo a un destino que no deseaba.

Pero entonces sintió a alguien arrodillarse a su lado mientras lo rodeaba con sus brazos. Una esencia masculina,  de árbol de pino le lleno las fosas nasales, era... tranquilizador, luego vino la voz.

-Todo estará bien, aquí estoy.- La persona solo le repetía eso mientras le acariciaba la espalda. Se aferro a esa persona y a sus palabras mientras lloraba hasta perder la conciencia.
Lo último que pensó fue que se parecía a la voz de Harry Potter.

Es complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora