Dos semanas...
Dos malditas semanas habían pasado desde que Inuyasha y yo estábamos viviendo tranquilamente nuestra vida.
Bueno. "Tranquilamente" no seria la palabra que yo usaría para describir lo que estaba viviendo ya que Inuyasha no dejaba de jugar con mi mente de una manera tan sensual, tan sexual que me estaba enloqueciendo.
Con cada beso. Con cada mimo. Con cada abrazo me perturbaba en limites insospechados. Era virgen, si, pero eso no quitaba que él me hacia vivir el deseo carnal como si de verdad alguna vez lo hubiese probado.
Pero estaba convencida de que él lo sabia y que todo, todo, TODO, lo hacia a propósito el muy maldito.
¿De que hablo? Pues del sensillo hecho de que se paseaba por delante mio en su ropa interior super ajustada. O cuando dormia se pegaba a mi, apretando su bulto contra mi trasero. Pasaba por atrás mio, mientras me abrazaba y me susurraba en el oído.
Y con cada minimo detalle, mi sangre hervia aun mas. Y, repito, el muy maldito lo sabia.
¿No se supone que es el hombre quien muere de deseo por la mujer? ¿Qué es él a quien se le henerva la sangre cada vez que ve a su pareja en poca ropa? Pero no. En mi caso era yo la que moria de deseo por ese demonio que me sonreía cada vez que me pescaba mirándolo.
Pero ese dia todo terminaría. Esa noche lo haría mio y, que dejara de llamarme Kaghome Sue Higurashi, si ese maldito no caia en mis redes. Era virgen, si, pero eso no significaba que no podía ser una mujer sexy cuando lo deseaba.
Luego de que Inuyasha fuera a buscarme a la universidad, porque a pesar de que Kouga ya no se encontraba entre nosotros, se había vuelto una bella costumbre, cenamos comida tailandesa y vimos una película, mientras charlábamos de su nuevo trabajo en telecomunicaciones.
Al terminar la película sonreí al saber que mi plan se ponía en marcha. Esa noche, Inuyasha No Taisho, caería ante mi.
-Ire a ducharme, babe – Bese sus labios con delicadeza y me adentre en la ducha. Utilice mi shampoo especial con aroma a lavanda y cítricos, el favorito de mi demonio. Al terminar encreme mi cuerpo con aroma a rosas y sonreí al sentir mi piel muy suave. Me maquille levemente, pero mis labios los coloree en un rojo pasión, que dejaría marcado por todo su vientre. Y quizás un poco mas abajo también.
Del fondo del mueble de mi baño tome una caja blanca con un gran lazo turquesa. Al abrirla sonreí al ver ese baby doll morado que hacia días había comprado, esperando el momento perfecto.
El diminuto y transparente vestido que se ataba por delante, hacia juego con una pequeña braga del mismo color y la misma tela*. Mi cabello lo deje suelto, peinando mis ondas y, por primera vez en toda mi vida, me sentía sexy. Por primera vez quería coquetear con un hombre y que me faltara el respeto.
Respire varias veces frente al espejo mientras terminaba de acomodarme el cabello. Inhale y suspire tantas veces que perdi la cuenta. Estaba deseosa por verlo, pero al mismo tiempo estaba nerviosa. ¿Y si no le gustaba? ¿Y si me despreciaba?
El golpeteo en la puerta hizo que de un brinco, escuchando la voz de mi demonio del otro lado.
-¿Todo bien, pequeña? – Y entonces tome coraje. Era ahora o nunca.
- Si, babe – Abri la puerta, encontrándome con sus bellas esferas doradas mirándome con una sonrisa, pero cuando noto mi atuendo su mirada cambio a una hambrienta, en tan solo un segundo.
- Tu... ¡Por el infierno, Kaghome! – Sus manos se apoyaron en mi cintura mientras me acorralaba contra la pared que se encontraba tras de mi – Me vas a matar, pequeña.
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KAME NO AKUMA
Romance"Mejor conocido como Inuyasha, el demonio con ojos de sol es un ser con largo cabello plateado y muy raros ojos dorados. Su apariencia es igual a la de cualquier humano, con la diferencia de que sus garras y colmillos se dejan ver. Su presencia se...