Bad.

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Las clases continuaban, Lisa estaba nerviosa, no podía dejar de pensar en Jennie. Cuando de pronto, algo comenzó a olfatear, sus oídos detectaron un peculiar sonido, ¿Nini?

Pasaron al rededor de dos minutos, la puerta del aula se abrió, Jen hizo presencia.

- Hola profesor, ¿puedo pasar? — Habló la chica.

Lisa estaba feliz, si tuviera forma felina, definitivamente su rabo estuviera moviéndose con fuerza. El profesor aceptó y la dejó ingresar. Pero..., la felina se percató de algo. Con la vista doblemente desarrollada que tenía, visualizó dos moretones, uno en su muñeca y otro en su brazo. ¿Qué había ocurrido?. Jennie caminó hasta su asiento, a lado de Lisa y se sentó.

-Hola, Liz. —Mencionó la contraria, al hacerlo, no le dirigió la mirada.

-Hola, nini. —Intentó buscar la mirada de la chica, en ningún momento lo logró.

- ¿Me puedes pasar los apuntes por favor? —Nuevamente, su vista jamás se dirigió a los ojos de Lisa.

-Claro, pero... ¿Qué te ocurrió? —Le dió su libreta para que anotase los apuntes ya escritos en la pizarra.

-Me caí y me pegué, nada grave, niña. —Sonrió de lado viendo la libreta.

Lisa sabía que Jennie mentía, lo podía sentir, algo no andaba bien, su instinto nuevamente se lo avisaba. Las clases continuaron y ninguna más habló. Al término de la clase, todos salieron, excepto las dos chicas.

-¿Qué te sucedió, Jen? —Nuevamente preguntó la felina.

-Nada, soy muy torpe y me golpeo o me caigo con cualquier cosa. —Dijo con firmeza o al menos trataba.

-Bien... Te creeré. —Mintió.

- ¿Nos vamos?, está a punto de llover y vivo demasiado lejos de aquí, seguro me agarrará la lluvia. - Sonrió ahora viendo los ojos de Lisa.

- S-si, vámonos. —Contestó nerviosa.

Las dos salieron del instituto, caminaron hasta llegar a la  parada donde Jennie siempre esperaba el bus.

- Bueno Liz, gracias por los por pasarme los apuntes. —Se sonrojó al instante de decir aquello.

Lisa veía a la chica con gran admiración, le gustaba, se había imprimado y eso hacía que todo fuera más complicado.

-Esperaré contigo a que pase el bus, se está oscureciendo y por aquí está muy solo. —Comentó la más alta mientras le brinda una sonrisa.

Las dos estaban paradas, esperando, platicaban y se regalaban sonrisas y miradas fugazes, se sonrojaban ante aquello.

- Ya es noche y no a pasado, vamos, te acompañó hasta tu casa. —Dijo la más alta para agarrar el hombro de la más baja y caminar.

-No quiero que te expongas, de verdad, puedo irme yo. —Sé apenó por lo ya mencionado.

-No te dejaré ir sola, te puede suceder algo y... Anda, caminemos. —Cortó Lisa para luego caminar.

- ¿Qué ibas a decir? —Se puso a la par la más baja para estar al ritmo de caminata que Lisa.

-Nada, no importa. —Se encogió de hombros la más alta.

-Vamos, dime. —Hizo un ligero puchero.

-No, mejor dime qué sucedió ayer. Todos comentaron en el instituto que te vieron forzejear con el estúpido de Kai. —Arqueó una ceja para después ver a Jennie mientras caminaban.

- Uhm.. —Suspiró.

-Vamos, dime, quiero saber, quizá pueda ayudarte en algo. —Lisa sabía lo que había ocurrido, pues ella era la enorme bestia.

-Conocí a Kai hace una semana, me pareció un tipo agradable, y por lo que vi, es un chico demasiado popular. En fin, me invitó a salir y cuando estábamos caminando, el me metió a un lugar, más bien, en el bosque, creí que me llevaría a la colina mágica. Dicen que en el atardecer y a pocos minutos de ya anochecer, las almas de las bestias salen y rondan por el lugar. Muchos les temen, dicen que son horribles, y la verdad no sé si eso sea cierto, pero me daría mucha curiosidad ver uno. —Contó.

-¿No te daría miedo ver a una de esas bestias? —Lisa esperaba con ansias su respuesta.

-Para ser sincera, no. Sé que nadie me creé y creo que tu tampoco me creerás pero... Cuando Kai intentó abusar de mi, justo en el bosque, un enorme lobo negro apareció de repente. En serio yo moría de miedo, pero a pesar de que todos los describen como criaturas horribles, ese lobo me defendió de haber sido violada. Y eso no es todo, pude palpar su suave pelaje negro. Ese bosque es mágico, y lo sé porque a pesar de que esas criaturas muy probablemente ya no estén vivas, sus almas quedan ahí, cuidando su hogar. —Relataba Jennie mientras Lisa la escuchaba atenta.

- ¿Como es posible que tocaras un alma de una criatura como esa? —Lisa tenía que sonar ingenua, y no tuvo más remedio que preguntar aquello.

-No lo sé, fue demasiado irreal pero a la vez en serio sentía que lo estaba presenciando en carne y hueso, que todo era sumamente real y no sólo parte de mi imaginación. —Exclamaba con emoción.

-Describeme a esa criatura, si dices que la viste, claro. —Comentó irónica.

-Era del tamaño de un caballo, o mucho más alto. Su pelaje era negro completamente, lo único que resaltaban eran sus ojos marrones. Sus orejas eran largas y firmes, pero sobre todo era imponente. No me crees, lo sé, pero yo sé lo que vi. — Bufó.

Lisa rió ante la expresión de Jennie. Al terminar su historia, la felina se atemorizó, no sabía si decirle la verdad. A pesar de lo que había escuchado, creía que sí Jennie sabía la verdad, se alejaría sin más.

- Es una locura, pero te creo, nunca he visto a esas criaturas, y tampoco he ido a la colina que mencionaste, estaría bien ir. —Mintió.

-Lo sé, quiero ver el alma de ese gran lobo negro nuevamente, quiero saber por qué me defendió, y por qué no me atacó cuando más indefensa estaba yo. — Respondió la más baja.

-Supongo hay una razón, no sabemos cuál es pero espero la encuentres pronto. —Lisa comentó aquello con nerviosismo.

*Ese gran lobo negro te defendió porque ya eres parte de él, y si tu llegaras a faltar, el lobo jamás tendrá un motivo para existir. * Pensó lisa.

Después de una hora de caminata, las dos chicas llegaron.

- Bien Jen, aquí estamos. —Comentó Lisa.

-Así es... —Susurró Jennie con tristeza.

- ¿Pasa algo? —Preguntó la felina.

-No, nada, gracias por traerme. —Le brindó una sonrisa forzada.

-Uhm..bien, cuidate, nos vemos mañana. —Sin más, caminó de regreso a su hogar.

-Liz... —Gritó Jennie.

Cuando lo hizo, Lisa volteó y recibió un gran abrazo por parte de la más baja.

-Descansa Nini. —El corazón de Lisa palpito con fuerza.

-Gracias por traerme. —Susurró Jennie, abrazándola aún.

Las dos se despidieron un par de veces y cada una fue a su destino.

Voten guap@s ❤️❤️❤️❤️

LOS MANOBAN KIM (Jenlisa G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora