Los Manoban Kim, son una familia muy diferente al resto, para la humanidad, no son mas que simples personas. Pero al llegar una fecha o acontecimiento en específico, todo cambia.
Ellos son Metamorfos quileutes, muy similares a los lobos normales, p...
Jennie y Jisoo se encontraban en la cama, viendo la ventana con terror notorio. De pronto, su ventana fue abierta, de la nada, y una enorme criatura color café hizo acto de presencia.
- ¡Ahhhh! —Gritaron ambas.
- ¡Ayuda! —Volvieron a gritar.
La enorme criatura tomó a Jennie del torso... Pero, ¿Por qué Jennie?
-¡Lisa!, ¡ayuda! —Gritó Jisoo.
Lisa salió corriendo de su habitación, entró a la de las chicas y se percató de lo sucedido, no era nada más ni nada menos que Kai, su enemigo de años.
- ¡Sueltala, Kai! —Gritó Lisa.
A pesar de lo que estaba pasando, Lisa no quería que Jennie viera lo que era realmente, pero esa situación estaba provocando lo contrario.
El lobo tomó con más fuerza a la chica y salió. Lisa salió corriendo detrás del lobo. Una vez en el suelo, el lobo le gruñia a la felina, en amenaza de ataque. Jennie estaba ahí, visualizando todo.
- ¡Lisa!, ¡Corre! —Gritó Jennie.
Pensamientos telepáticos.
-Si Lisa, corre, como la cobarde que eres. —Dijo mentalmente el lobo a la chica.
- Aléjate de aquí, Kai, estas no son tus tierras. Te lo advierto. —Respondió.
-Vengo por esa chica, Lisa, es hermosa, y demasiado atractiva, a puesto que cuando me largue de aquí, la follaré como nunca. —Atacó.
-Tú sabes la regla... Un lobo imprimado es un lobo superior, atreve a tocarla y te mato. —Se defendió.
-Bueno... No sé diga más. —Kai corrió hacia la chica. Y de pronto, un golpe lo hizo caer, era Lalisa Manoban, el lobo más imponente y fuerte de la tribu, color negro intenso.
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- Ataca, Kai, sabes que nunca podrás ganarme. —Dijo.
Los lobos comenzaron a pelear, Jennie estaba en shock... Lisa era un lobo, una bestia, una criatura que es temida por todos. Continuaban peleando y de pronto dos Lobas color negro con blanco atacaron al contrario, las hermanas Manoban estaban ahí...
Arañazos, golpes, mordidas, gruñidos y demás actos hacían presencia.
-Jennie!—Gritó la mamá corriendo a ella. —Vámonos Hija, corre.
Las dos corrieron dentro de la cabaña, escuchando absolutamente todo.
-Ustedes son... Son.. Lobos... —Susurró la castaña aterrada. A su costado estaba Jisoo, acostada he inmóvil.
-Todos aquí lo somos, por eso es que somos una tribu, y una manada. Somos lobos poco comunes, pero demasiado fieles y dóciles con que lo merece. —Respondió la Mayor.
-Dios... Todo este tiempo creí que era simple mito, pero todo este tiempo fueron reales, si existieron. —A pesar de tener miedo, Jennie se sentía protegida, había leído sobre las criaturas nocturnas, sabía que eran fieles, y demasiado cariñosos, con las personas correctas, pero cuando no, debes temerle con él alma, no tendrán piedad por ti.
- Debemos irnos Jennie, ¡Ahora! —Mencionó Jisoo.
-¿Qué?, ¿Estás loca? —Respondió.
-¡Ahora! —Cómo pudo se paró y caminó.
-¡No seas tonta Jisoo, estás personas nos salvaron la vida, no seas tan mal agradecida y al menos da las gracias. —Bufó.
La pelea seguía, tanto a fuera como a dentro. De pronto todo era silencio, no se escuchaban gruñidos ni nada de lo antes mencionado.
-¡Lisa! —Corrió Jennie hacia la escena. —Lisa, ¿Estás bien? —Preguntó acercándose a un enorme lobo negro que se encontraba tirado.
Lisa suspiró, tenía unas cuantas mordidas.
- No puedo perderte, no a ti, Lisa, por favor. —Susurró.
Lisa no hizo un movimiento más, su respiración iba disminuyendo, sus ojos se fueron cerrando y su pulso era demasiado débil...
