Por la gloria⚔

La obra...

—Esa es la parte que ha estado poniéndome nervioso–dijo el pelinegro, para que luego se escuchara que alguien llamaba a la puerta de atrás.

Ambos chicos voltearon hacia la pequeña ventana que poseía dicha puerta, encontrándose con un ser de piel de piedra, color verdosa, una gran "nariz" de color naranja, este también poseía seis ojos, tres de cada lado junto con cuatro brazos, le faltaban algunos dientes y llevaba un pantalón con tirantes del cual colgaban dos mochilas de cuero, una sacada lado del pantalón.

—¡Maese Jim!—se dirigió al pelinegro este entrando de golpe por la puerta.

El de menor estatura se asustó y se escondió atrás de su alto amigo, empujándolo hacia la dirección en la que se encontraba el ser de piel de piedra.

—llamaré al 911—murmuró el castaño, para que luego volviera a esconderse detrás de su amigo y soltara un pequeño pero agudo grito, al ver entrar a otro ser, con la piel de piedra, pero más grande, tan grande que casi no cabía por la tan angosta puerta de la casa.

Este ser que acababa de llegar  e intentaba entrar ala puerta, era más alto qué el anterior, tenía dos cuernos una cara ancha con colmillos sobresalientes a su boca, una nariz negra, semejante a la de un perro también poseía una cantidad de pelo por todo su cuerpo, el cual era de color verde, al igual que por todo su cuerpo (a excepción de la cara) estaba cubierto de líneas y andaba en 4 patas por decirlo así.

—No, a Control Animal.—dijo mientras se escondía atrás de la isla de la cocina.—Dios mío, hablan—dijo un vez atrás de la isla, para luego comerse una rebanada de pizza.

—Sabia que era cuestión de tiempo para que el amuleto nos llamara—dijo el de piel verdosa al joven Lake.

—¿El amuleto los llamó?—dijo el pelinegro.

—En realidad, no. Lo estábamos espiando—aceptó el de piel verdosa.

—Espiábamos—dijo el de gran estatura y piel gris, el cual seguía tratando de pasar por la angosta puerta, para luego soltar una corta risa.

—Bueno, vigilándolo de cerca.—dijo con el de piel verdosa, mientras se rascaba la nuca con nerviosismo, para que luego un estruendo llamara la atención de ambos, para encontrarse con que el de piel grisácea había pasado por la puerta, pero había caído al suelo, causando el estruendo.

—Control  Animal.—dijo el  teléfono.

—¡Monstruos en la casa de mi mejor amigo! ¡ Necesitamos un escuadrón !—dijo el castaño, para que del otro lado del teléfono sonará la voz de una mujer que decía《¿es una broma?》—¡Que sea la Guardia Nacional! Control de animales corto la llamada—dijo Tobías desconcertado, mientras que por atrás se acercaba el más grande de los dos seres hacia él.