Daniel—No, pero me parece que se ha pasado muchísimo, es decir, solo quedan dos semanas para los últimos partidos de este año, y tenemos que concentrarnos en eso, y ella va y nos manda mil trabajos, aun sabiendo que no tenemos tiempo.
—Ya tio, pero es que tampoco podemos hacer nada, el entrenador no va a hablar con la profesora ni loco, a él le da totalmente igual que también tengamos que entregar trabajos.
Miro a ambos con cara de aburrido y lanzo una mirada a Sasha, que mira embobada a Nick, siempre me preguntaré que ve ella en ese capullo.
—Y...¿en vez de intentar buscar una solución a algo que claramente no tiene otra que no sea ponerse a hacer las cosas?, si queréis puedo ayudaros.
Odio hacer esto, nunca me he sentido cómodo con estos chicos, llevo años soportándoles, no tengo ninguna gana de ponerme a hacer sus trabajos de biología, pero no me queda otra, porque así es como se gana a la gente, engañándoles, Maquiavelo estaría orgulloso.
Solo que todo esto me está perjudicando a mi, pero todo esto sea por tener una excusa para no estar en casa. La gente esta tan rota por dentro, que tenemos más miedo de no encajar y decepcionar, antes que de ser felices.
—¡Eso sería increíble, muchas gracias Dani! así podríamos pasar también más tiempo juntos Nick y yo — Parece que le salen corazones por los ojos y yo no único que quiero es meter los míos en ácido.
Sasha siempre ha sido la chica más guapa que he visto, desde que éramos pequeños y jugábamos al escondite en el patio. Ella siempre ha sido muy delicada y coqueta, con sus vestidos de colores, cada día uno nuevo con el cual poder lucirse, sus lazos y diademas y su pelo largo y castaño.
El día del flechazo fue cuando en clase, tocaba exponer un trabajo hecho en casa sobre nuestra familia y antepasados, ella salió a la pizarra y delante de todos sin vergüenza alguna, nos empezó a contar todo aquello, que su madre la había hecho aprenderse, para poder sacar la máxima nota en ese trabajo. A partir de ese día no podía parar de contemplarla, con esos ojos marrones tan expresivos y su sonrisa que nunca se borraba.
El problema fue que nunca me atreví a hablar con ella, mucho menos a decirla lo que sentía por ella, no habíamos hablado nunca.
Cuando empecé a llevarme con Nicholas, ahora, el más popular, y solicitado por chicos y chicas, aquella pequeña obsesión se convirtió en un simple sueño, porque empezaron a salir, y por mucho que deteste a Nick, no soy tan mal tío, aparte de que es obvio a quien elegiría ella primero.—Muchas gracias tío, mañana podemos quedar los tres y hacer el trabajo, mis padres y mis hermanas no estarán, y tengo cerveza— se levanta para chocarme el puño, que yo le correspondo sin mucho entusiasmo y su amigo Zack asiente enérgicamente.
>>Si quieres tú también puedes venir guapa.
Vomitivo.
(...)
Amalia
Todas las fotos..., la verdad no lo recordaba así.
Estoy comiendo la tarta de chocolate blanco que mi madre me ha preparado mientras escaneo mi habitación, pero es extraño, pensaba que todo era distinto, es como si no fuera mi habitación.
—¡Mamá!, ¿¡habéis tocado algo en mi habitación!?
—¡Por supuesto que no hija!
Somos una familia que siempre habla a voces, nos comunicamos a gritos, la verdad es que no soportaría ser mi propia vecina, sería un martirio.
Destapó la cama y me tumbo en ella después de lavarme los dientes, dejar el plato en la cocina, y cerrar la puerta de mi habitación. Estoy muy nerviosa, va a ser mi primera noche aquí y me siento emocionada.
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Échalo a suerte
Teen FictionAmalia nunca ha conocido más allá del sufrimiento, el dolor y lo que se siente al perder a la gente que quiere, ya lo tenía más que integrado, estaba acostumbrada a sentir ese dolor y angustia a diario, para ella todo estaba perdido desde hacía much...