Amalia—Este tiene buena pinta, ¿No crees?
—No se...he escuchado que no es de los mejores... ¿que tal ese?
—Una compañera mía de pilates lleva a su hija allí, está encantada pero no se si te vas a sentir cómoda.
—¿Porque no lo haría?... Oh mierda es privado, busquemos otro.
—¿Y que si es privado? podemos permitírnoslo, es tu último año y si a ti te gusta, pues adelante, quiero darte lo que quieras.
—¿Enserio? en ese caso, me gustaría probar aquí, solo que llevan uniforme...
—Tranquila, cuando lo hable con la directora, entenderá la situación y serás la excepción y si no entra en razón, cambiamos a otro, ¿de acuerdo?
—Mmh esta bien.
Desgraciadamente, estamos a finales de septiembre, con el curso ya empezado, y tenemos que buscar un nuevo colegio para poder cursar mi último año.
En el último colegio ya tengo una reputación no muy buena, sería un infiero, quiero empezar de cero y por ello mamá y yo llevamos casi todo el día buscando un colegio no muy lejos de casa en el que pueda encajar bien, es lo único que quiero.
Luca lleva todo el día fuera, le comentó a mamá que estaría con Lilia, pero justo en ese instante ambos entran por la puerta, y un dóberman muy grande entra corriendo por la puerta.
—¡Cosmo! No entres así, ¡pero que haces!—Lilia intenta parar al perro, que ahora sé que se llama Cosmo, para que no rompa la casa entera, está saltando, corriendo y subiéndose a todas partes. He supuesto que es el perro de Lilia.
Cosmo viene hacia mi corriendo y por un momento tengo miedo de que me tire, es muy grande, pero se sienta delante y me empieza a oler la rodilla izquierda, con cuidado acercó mi mano a su cabeza para acariciarle, y me asusto cuando con un movimiento rápido, me ha lamido la mano entera y se ha ido corriendo junto a Lilia.
—Buen chico—Luca se acerca y juega con el mientras yo obligo a mi corazón a relajarse del susto, ¡pensaba que me iba a morder la mano!
—Hola chicas, ¿que hacéis?
—Hola Lilia querida, estamos buscando un colegio para Amy para su último año.
—¿Y que tal la búsqueda...? Ese de ahí es al que yo fui, esta muy bien, las instalaciones no están en mal estado de hecho todo está bastante moderno, y los profesores son muy empáticos y ayudan en todo lo posible. Si les digo que eres mi amiga incluso te suben de más la nota— señala el colegio que habíamos comentado como una opción, se empieza a reír y yo la sonrío, parece un ángel caído del cielo.
—Mamá deja de buscar quiero ir ahí, Lilia tiene unas dotes para convencer increíbles.
—Está bien, mañana iré a hablar con la directora, quiero que empieces cuanto antes, ya vas muy retrasada y ya habrán empezado con los exámenes.
(...)
Decido pasar el resto de la tarde haciendo una visita a Zandra, llevo por lo menos una semana en casa y la echo demasiado de menos. Mi hermano me ha traído hasta aquí, y ahora con mi ukelele en la espalda, entro con el corazón desbocado en la recepción.
Se siente raro volver a entrar aquí, me recuerda al día en el que me ingresaron, yo lo veía todo en blanco y negro y un recuerdo vino enseguida a mi mente.
Una gran puerta en lo alto de unas largas escaleras se encontraba frente a mi y los médicos que me acompañaban, yo no podía dejar de llorar y todo lo veía borroso por culpa de las lágrimas. La puerta de la entrada se abrió en cuanto estuvimos arriba, y los sanitarios que me dirigían iban con mucha prisa.
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Échalo a suerte
Teen FictionAmalia nunca ha conocido más allá del sufrimiento, el dolor y lo que se siente al perder a la gente que quiere, ya lo tenía más que integrado, estaba acostumbrada a sentir ese dolor y angustia a diario, para ella todo estaba perdido desde hacía much...