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-Ven. Entra -dijo Poché cuando llegaron a su auto. -Te llevare a casa.

Lo último que Calle necesitaba era estar aún más cerca de ella.

-No. Estoy estacionada allí -ella señalo sobre su hombro. -Y no quiero que conduzcas tan lejos. Estoy segura de que fue un día largo para ti.

-No me importa. Pareces un poco… temblorosa después de ver a tu amiga. No te permito conducir o irte sola a casa así. Podemos volver mañana a buscar tu coche.

¿Permitirme? Calle arqueo una ceja. Después de toda una vida de ser capaz de engañar a los humanos para que hicieran lo que ella quería, conocer a una humana que podía enfrentarse a ella e incluso ordenarle fue una experiencia completamente nueva. Extrañamente, descubrió que le gustaba.

Poché abrió el auto y suavemente la empujo hacia la puerta del lado del pasajero.

Una corriente eléctrica paso entre ellas. A estas alturas, Calle ya estaba acostumbrada y ya no le dolía. Todo lo contrario, en realidad. ¿Por qué no se deshace de ese suéter? Oye, espera un minuto.

Con una mano en la puerta del lado del pasajero, se detuvo y se volvió. -Tu suéter.

Poché miro su abrigo desabrochado y el suéter que llevaba que llevaba debajo. -¿Qué pasa con eso?

-No es el que dijiste que te produce cargas. L

Los ojos de Poché se abrieron. -¿Oh? ¿No es? Uh, si, claro. Bueno, supongo que no era el suéter después de todo. Deben ser mis zapatos, entonces.

Calle bajo la mirada hacia los zapatos de cuero sensible de Poché. -No lo creo. Tienen suelas de goma.

Por un momento, Poché miro a su alrededor sin poder hacer nada. -Entonces… entonces… -una pequeña sonrisa curvo sus labios. -Creo que solo hay una chispa entre nosotras.

Calle la miro a los ojos y se perdió en sus profundidades verdosas. Saber que Poché estaba sintiendo ese fuerte tirón entre ellas también le hizo girar la cabeza. ¿O Poché solo bromeaba? Ella busco en su rostro.

De repente, Poché se dio vuelta y rodeo el auto. -Vámonos. Se está haciendo tarde.

La tensión entre ellas dificultaba la respiración en los confines del automóvil. El viaje al condominio de Calle parecido tomar una eternidad.

Calle dio un suspiro de alivio cuando su edificio de condominios finalmente apareció a la vista. -Solo déjame salir aquí -señalo.

-No, estacionare -dijo Poché -Quiero asegurarme de que estas bien antes de irme.

Calle sacudió la cabeza. -No necesitas hacer eso. Estoy bien.

-Hazme reír, por favor.

Maldición. El ajo y el agua bendita no podían dañarla, y la brillante luz del sol solo causaba irritaciones leves en la piel, pero un simple “por favor” de Poché rompió todas sus defensas.

El pecho de Calle se contrajo. Nunca había dejado entrar a un humano a su casa. No es gran cosa, trato de decirse a sí misma. Dejaría entrar a Poché por solo un minuto y luego fingiría estar cansada o algo así.

No era como si algo en su condominio revelara el hecho de que ella era lo que Poché llamaría un vampiro. Ella dormía en una cama, no en un ataúd. No es que Poché vea su habitación de todos modos.

Después de guiar a Poché a un lugar de estacionamiento para huéspedes frente al imponente edificio, la condujo al ascensor.

Ella arrastro los pies mientras abría la puerta de su condominio en el piso dieciocho. -No mires a tu alrededor. No tuve tiempo de limpiar mi desorden antes de irme a AA.

𝑺𝒖 𝑻𝒐𝒒𝒖𝒆 [𝑪𝒂𝒄𝒉𝒆́]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora