Epilogo

2.1K 147 17
                                    

Calle agarro el atril con ambas manos para detener el temblor de sus dedos.

Había leído sus libros frente a cientos de personas sin pestañear, pero de alguna manera, esto era diferente. Aquí no podía enconderse detrás de sus personajes.

Esto era sobre ella. Con la esperanza de calmarse, dejo que su mirada recorriera el sótano, contando a los miembros que se habían reunido para escucharla hablar. Veintiuno. Justo como mi primera reunión. Ella tomo como una buena señal, a pesar de que la única persona cuya presencia realmente le importaba aun no se había presentado.

La puerta se abrió y alguien mas entro en la habitación.

En lugar de molestarse porque su numero de la suerte había sido destruido, Calle sonrió. -Lo lograste -articulo ella.

Poché le levanto el pulgar y se sentó junto a Raúl en la primera fila, mas cerca de Calle.

Como había venido directamente de la corte, todavía llevaba una falda lápiz y una blusa de seda color esmeralda que…
Por mucho que Calle disfrutara de verla vestida así, planeaba desnudarla tan pronto como llegara a casa, tal vez usando sus colmillos para arrancar los botones si se negaban a cooperar. Pero primero, ella tenia que pasar por este discurso.

Respirando profundamente, su mirada fija en Poché como si fuera la única en la habitación, se puso de pie y dijo: -Hola, mi nombre es Calle, y soy adicta.

-Hola, Calle -dijo el grupo al unisonó.
Una oleada inesperada de poder se apodero de Calle, y ella soltó el atril, ya no necesitaba su apoyo.

-Vengo de una larga línea de bebedores. Se podría decir que es un legado familiar.

Desde su lugar en la segunda fila, Camila asintió.

Calle sabia que su madrina también provenía de una larga línea de bebedores. No tanto como el de Calle, por supuesto.

-Durante años, también bebi, a veces varias veces al día. No pensé nada de eso. Parecía ser normal. Hasta que Sali con una amiga o alguien que pensé que era una amiga, en la víspera de Año Nuevo, ansiosa por tomar una copa. Solo una pequeña copa. Pero entonces no pude parar. Yo… -se mordió el labio y se detuvo antes de decir demás. -Alguien casi muere esa noche. Casi mato a alguien. Esa fue mi última llamada de atención.

Varios miembros asistieron. Todos habían tenido una llamada de atención de algún tipo.

-Así que me encontré aquí porque no sabía a donde más ir -Calle extendió los brazos, indicando el sótano de la iglesia. -En las primeras reuniones, realmente no estaba segur de volver. De hecho, estaba segura de que no volvería. Pensé que mi problema era tan diferente, tan único que nadie podría entenderme y ayudarme. No podía ver porque todos los demás parecían encontrar estas reuniones tan útiles. Todo lo que hizo fue recordarme a lo que había renunciado. Pero luego comencé a trabajar en los doce pasos con María José.

-¿Es así como lo llaman hoy en día? -dijo Raúl. -¿Trabajando en los doce pasos? -todos riendo. Por ahora, su relación era de conocimiento común.

Poché le dio un suave empujón. -Cállate, Raúl -dijo cariñosamente.

Calle puso los ojos en blanco, hace mucho tiempo acostumbrada a sus bromas. -Sí, trabajando en los pasos, Raúl. Me doy cuenta de que tienes que trabajar para que funcione. Ponerse sobrio, y mantenerse sobrio, no es como pedirle un deseo a un genio, que chasquea los dedos y resuelve el problema por ti -miro a Poché, que le sonrió. -Tienes que trabajar en eso todos los días. Algunos días es fácil. Otros días, sigue siendo tan difícil como lo fue al principio.

Le había llevado mucho tiempo aceptar que siempre seria una lucha, así como Poché siempre seguirá siendo alcohólica, sin importar cuantos años permaneciera sobria.

-Pero, a diferencia del principio, ahora se que no tengo que hacerlo sola. Hay personas que me darán un abrazo o una patada en el trasero si lo necesito -miro a Poché -Así que gracias.

Cuando ella se movió para salir del podio, Raúl se levanto de un salto. -Espera un minuto -se inclinó y abrió la caja en el fondo del atril. Sonriendo, sostuvo un chip de sobriedad con el brillante número seis.

Calle lo tomo y agarro el chip con tanta fuerza que le dolieron los dedos. Cuando bajo del podio, la gente a su alrededor le dio unas palmaditas en los hombros; Raúl y Camiña incluso la abrazaron.

Ella dejo que sucediera, ya no trataba de detenerlos con su control mental, a pesar de que en realidad solo había una persona que quería abrazar. Sus abrazos llevaron sus cuellos demasiado cerca de la boca de Calle para su gusto.

Su boca se hizo agua reflexivamente, pero no fue demasiado difícil resistir la tentación, no con Poché en la misma habitación.

Finalmente, la multitud a su alrededor se dispersó, y Poché se paro frente a ella. -Buen discurso. Sabia que podías hacerlo -ella tiro de Calle en sus brazos, presionando sus cuerpos justo desde las caderas hasta los hombros.

El hormigueo que atravesó a Calle, familiar pero emocionante, hizo que valiera la pena subir al podio.

-Estoy tan orgullosa de ti -le susurro Poché al oído. -Pero tan pronto como lleguemos a casa, voy a eso comentario sobre chasquear los dedos.

Calle se rio y la hizo girar. -Cuenta con ello.

FIN.



[En mi perfil hay un link de YouTube que los llevara a un Playlist-Book de "Sí, si es contigo" básicamente son las canciones mencionadas en el libro de Calle y Poché]

[Espero hayan disfrutado la historia y las demás que he estado subiendo. Gracias]

𝑺𝒖 𝑻𝒐𝒒𝒖𝒆 [𝑪𝒂𝒄𝒉𝒆́]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora