- Eiji, Eiji - escuchaba como lo llamaban, sonaba lejano, pero era una voz conocida - Eiji, Eiji estas aquí.
Se forzó a abrir los ojos, todo daba vueltas y fue difícil enfocar su vista en algo. Una silueta corría en su dirección entre los campos de trigo, crecía conforme se acercaba y su vista se nublaba por las lagrimas, sabia a quien pertenecía esa silueta.
- ¿Ash? ¿Eres tu?
- Soy yo Eiji - dijo lanzándose sobre el azabache - No sabes cuanto tiempo he esperado por ti - ambos cayeron sobre el trigo, el rubio lo apretó aun mas fuerte y las lagrimas se asomaron por esos ojos jade - Pero no creas que te perdono lo de las calabazas en Halloween, oni - chan. - dijo separándose - ¿Sabiendo que no me gustan las apuntas al cielo? - estallo en risas.
El nipón no podía articular palabra alguna, solo se escuchaban sus sollozos. Llevo sus manos a su rostro y sollozo aun mas fuerte.
- Creí que estarías más feliz Eiji. - dijo separándose del japonés y tomándolo por los hombros - Te extrañe tanto.
- Ash... ¿Esto es real?
- Claro que es real, llevo años esperándote, pero ahora que llegaste cumplirá su promesa.
- ¿Promesa?
- Le pedí que nos diera otra oportunidad de ser felices en vida. - el moreno abrió sus ojos de par en par, el rubio solo lo miraba a los ojos con tanto amor que volvería a llorar - No tenemos mucho tiempo.
Ash se puso de pie y le extendió la mano, claramente la tomo y cuando estuvo de pie, observo el atardecer entre el dorado trigo.
- Tiempo...
Tiempo, esa palabra causaba un vacío en el corazón del japonés. Había esperado mucho tiempo para volver a ver a su amado, y ahora que lo tenia frente a frente le decía que no había tiempo.
Tiempo, tiempo, tiempo...- las palabras se repetían en su cabeza.
- El tiempo es un hijo de puta - soltó el rubio - pero valdrá la pena esperar. - tomo entre sus manos el rostro del pelinegro, el cual estaba empapado en lagrimas - Nunca te deje solo Eiji, siempre estuve a tu lado y siempre lo estaré, te amo, te amo mas que a nada.
" Prometo amarte como lo mereces, prometo hacerlo correctamente. Cuando nos volvamos a encontrar, no importa como ni cuando, nos daré un final feliz, un para siempre - beso su frente y se aferró al nipón - Te lo prometo en tu nombre, porque eres lo más importante de mi vida, y de todas las que sigan.
Una luz cegadora aturdió a la pareja y todo se volvió negro.
[...]
- Eiji cariño despierta - escucho un suave voz femenina - llevas mucho tiempo en la cama, ya son las 11:24.
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Soledad Y El Mar
De Todo"Oh Eiji, si solo hubiera alguien a quien el importaras" Sabía que nunca nadie lo querría ¿a quien le gustan las cosas rotas? Pero en sus sueños esas lindas palabras se repetían, un amor y una promesa, un para siempre y su corazón no se sentía tan s...